Por Clodovaldo Hernández
Trump ordena tirotear a la gente, como en 1807
Otra de las grandes mentiras estadounidenses se desploma en pocos días de manifestaciones. Ya se había caído el mito del sueño americano y la historieta de que iban a salvar a la humanidad cuando hubiese una amenaza global. Ahora queda demostrado que es una democracia de pacotilla.
Eso ya lo sabía todo aquel que haya estudiado un poquito el sistema político corporatocrático y bipartidista, pero los aparatos ideológicos y de propaganda hacen su trabajo muy eficazmente, así que es necesario recalcarlo cada vez que se pueda.
El cuento gringo de que son la democracia ideal, moderna, respetuosa de los derechos de todos se viene abajo de una manera particularmente grotesca cuando el zafio presidente Donald Trump ordena tirotear a los manifestantes que osen profanar la sacrosanta propiedad privada. “Si empieza el saqueo, empieza el tiroteo”, dijo este sujeto, en un país repleto de gente armada hasta los dientes.
No contento con eso, tachó de débiles a los gobernadores y alcaldes que no quisieron participar de su festín represivo y desempolvó una ley de 1807 para usar tropas con armamento de guerra contra la población civil.
Trump celebra como un gran éxito que a mediados de la semana hubiese ya más de cinco mil detenidos. Y es el mismo elemento que cuestiona el derecho de las autoridades venezolanas a privar de libertad a individuos que organizaron disturbios violentos por más de cuatro meses en Caracas y otras ciudades.
Biden ordena tirotear, pero a las piernas
Un mito que vuelve a caer (ya ha caído muchas veces) es el de la alternabilidad de la democracia estadounidense. Los miembros de la élite y sus defensores en países como el nuestro se llenan la boca diciendo que allá hay cambios de gobierno cada cuatro años o, como mucho, ocho, así que nadie se eterniza en el poder. Pero la verdad es que EEUU es gobernado por la misma macolla desde que se independizó como nación en 1776.
A veces, esta gran mentira se derrumba de una forma tragicómica. Por ejemplo ahora, cuando la supuesta alternativa al impresentable Trump es un individuo como Joe Biden, a quien no se le ocurre nada mejor que prometer que en su gobierno no se le disparará a los manifestantes al pecho, sino a las piernas.
Lo impresionante no es que un candidato presidencial que encabeza las encuestas diga tamaña barbaridad (o estupidez, quién sabe), sino que sea considerada como una jugada inteligente y que entre en la esfera de la normalidad.
Así está planteado el dilema electoral de los estadounidenses el 3de noviembre: o eligen al mismo millonario deslenguado y matón, representante de los ricachones con mucha plata pero sin tanta solera, que los ha gobernado los últimos cuatro años; o se inclinan por otro millonario, representante de la oligarquía bancaria más tradicional y fina. Los negros, los latinoamericanos y los blancos pobres elegirán entre un gobierno que –si se alzan- les va a disparar a los pulmones y otro, más humanitario, que les disparará “a las patas”.
Bachelet reacciona con dureza de majarete
La ola de protestas tuvo que durar más de una semana para que la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, saliera de su mutismo y expresara una opinión.
Este dato ya es, de por sí, significativo, pues en Venezuela conocemos que es una señora muy veloz, una auténtica gatillo alegre de la opinión. Por decir un ejemplo, acá una vez la policía detuvo a un influencerde la derecha y todavía la patrulla no había llegado al Helicoide cuando ya la expresidenta chilena se había pronunciado y expresado su angustia.
Bueno, pero peor es nada. La defensora mundial de los derechos humanos expresó: “Las protestas en EEUU destacan no solo por la violencia policial contra personas de color, sino por la discriminación racial endémica”.
Algunos dijeron que Bachelet había sido “bastante dura” con los gringos, cosa realmente rara.
Esto me hizo recordar a mi amigo “el Excomunista”, quien solía decir en estos casos, en tono burlesco: “Sí, pero esa dureza es de majarete”.
La prensa es libre y representa al pueblo
Otra muy bien cultivada fábula de EEUU es su prensa, supuestamente libre y representante de los intereses del público.
Sobre su libertad, ya hemos visto cómo la tratan los cuerpos de seguridad de la “democracia ejemplar”, la misma que arma escándalo cuando en Venezuela alguien mira feo a un periodista.
Respecto a qué tanto encarnan los medios el sentir de la gente, en estos días se ha notado que es bastante poco. Por algo las masas han ido a expresar su descontento sobre el desempeño de las grandes cadenas informativas, bajo un lema que recuerda luchas ya seculares en Venezuela: “¡Digan la verdad!”.
CUATROF/ CH/ DA