Por Sergio Rodríguez Gelfenstein
La transformación iniciada en China en 1978 que ha llevado al país
a ser la segunda potencia económica del mundo -contrario a lo que se suele suponer- no comenzó en las ciudades, en realidad fueron los campesinos los promotores de esta nueva revolución.
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Ya en 1977 las provincias de Anhui y Sichuan pusieron en práctica una nueva modalidad de producción al ensayar un sistema privado para la responsabilidad y puesta en marcha de la producción agrícola que condujo a un considerable aumento en la producción.
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En el cuarto Plenario del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) se aprobó un documento denominado “Cuestiones relativas al aceleramiento del desarrollo agrícola”, el cual se orientaba a apuntalar el novedoso y exitoso sistema de producción rural privado.
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Para colaborar con el espíritu de apertura que se abría en el país, en mayo de 1978 la Escuela de Cuadros del PCCh publicó en la revista “Tendencias Teóricas”, el artículo “La práctica es el único criterio para descubrir la verdad”, reproducido en todo tipo de publicaciones a lo largo y ancho del país y en el que se invitaba a debatir francamente y sin cortapisas sobre la realidad y los problemas.
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Estas actividades fueron creando condiciones para la realización de una discusión en el seno del Partido que acogiera las demandas crecientes de la sociedad, las que se habían transformado en una necesidad para la sobrevivencia en lo inmediato pero que debían proyectar el futuro a través de medidas concretas que dieran cuenta de la difícil realidad y ofrecieran un camino para salir del marasmo y transformar el país desde el punto de vista de los objetivos estratégicos que se habían propuesto al fundar la Nueva China en 1949 y que se encontraban estancados.
A finales del año 1978 el Partido Comunista de China celebró la Tercera Sesión Plenaria de su Comité Central que discutió acerca de la necesidad de corregir en profundidad los errores del izquierdismo, de la Revolución Cultural y del modelo económico poniendo el énfasis en la modernización socialista de la economía así como esbozando los pilares sobre los que se habría de construir el socialismo con peculiaridades chinas. Con ello dio inicio a la política de “Reforma y Apertura” basada en las cuatro modernizaciones que había enunciado Zhou Enlai y que Deng Xiaoping adoptó como directrices para el desarrollo de China en agricultura, industria, defensa y en ciencia y tecnología. A partir de 1979, el énfasis
de la gestión de gobierno de China se puso en la economía. Como ya se mencionó, los primeros esfuerzos se hicieron en el campo con el fin de crear novedosos modelos de gestión basados en la propiedad familiar de la tierra, estableciendo la posibilidad de firmar contratos con ingresos acordes a su rendimiento y liberando los precios al eliminar las
adquisiciones centralizadas. De la misma manera, la economía agrícola tornó hacia la especialización, comercialización y socialización alrededor de empresas de poblados y cantones.
NOTA: este artículo toma información de mi libro “China en el siglo XXI. El despertar de un gigante”