Por: Benny Rodríguez
“Varios hombres roban un helicóptero y disparan al Supremo de Venezuela”. Era titular de un medio internacional, un abierto opositor al legítimo gobierno de Venezuela. Robar armas del Estado y disparar contra sus instituciones, es una acción que debe tener consecuencias, no solo en Caracas, sino en cualquier otra nación en donde esa aventura, osadía y estúpida decisión de subvertir el orden tenga lugar.
La acción tuvo un amplio despliegue en los grupos mediáticos globales, pero no condenándola como tal, sino más bien, alentaron esa sediciosa bellaquería y de paso influir en otros a aventurarse a atacar a un país, a un pueblo que mediante sus autoridades trata por los diversos medios democráticos posibles alcanzar la paz con una oposición que alienta y aplaude la violencia.
¿Qué habría pasado si un soldado, policía o un ciudadano común realiza algo parecido en EE.UU., Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá o cualquier otra nación desarrollada? Hubiesen aniquilado en el acto a los responsables de una locura terrorista como esa.
Se quiere excomulgar a las fuerzas militares venezolanas, que no son más que el medio para atacar al gobierno, por llevar a cabo una operación, previa labor de inteligencia para ubicar a los terroristas y proceder a la detención de los hombres que como establece el titular robaron la aeronave, dispararon granadas y crearon tensión dentro y fuera de Venezuela.
Ese episodio se quiere usar para retorcer mediante mentiras la real verdad de los hechos y que a nosotros llamó particularmente la atención que en medio de una persecución donde todo puede ocurrir, el principal sospechoso en vez de defenderse comience a gravar un video y compartirlo. Nada más de película.
Los enemigos del régimen venezolano, asociados a las grandes corporaciones mediáticas globales, en vez de cuestionar un hecho como ese, quieren presentar a unos delincuentes y terroristas como “héroes”, cuyo único deseo era “liberar” a la patria de Bolívar y de Miranda de la “dictadura” venezolana que encabeza Nicolás Maduro, el presidente legítimo del país, que accedió al poder por la vía democrática, la única establecida por la Constitución.
Lograr un entendimiento en Venezuela es solo a través del diálogo, como así lo ha entendido la República Dominicana, cuyo presidente Danilo Medina, junto al expresidente del gobierno español y cancilleres de otros países que acompañan las conversaciones. Extraña e irresponsablemente la oposición no vino a la firma del acuerdo el jueves 18 de enero.
Completamente seguro que el tema del terrorista Oscar Pérez, no es más que un instrumento mediático para hacer abortar las conversaciones por la paz y el sosiego de la República Bolivariana de Venezuela, como parte de la estrategia a escala global de grupos, gobiernos y países que “apuestan a la democracia”, pero buscan la vía no expedida para construir la convivencia pacífica en Caracas, aquellas que precisamente esta (democracia) cuestiona.
Fuente Telesur