Por: Eduardo Piñate
Al hacer balance de los eventos políticos en Venezuela la conclusión es que triunfó la política democrática de diálogo y paz promovida por el Presidente Obrero Nicolás Maduro y fue contundentemente derrotada la estrategia de guerra y violencia fascista promovida por el imperialismo estadounidense y europeo, el Grupo de Lima, la OEA y los partidos de derecha de Venezuela.
La inscripción de la candidatura a la reelección del presidente Nicolás Maduro y de varias candidaturas de la oposición, entre las que se cuenta la del exgobernador del estado Lara Henri Falcón, indiscutible adversario de la Revolución Bolivariana, junto a otros candidatos; más la suscripción del Acuerdo de Garantías Electorales promovido por el CNE y firmado por los candidatos Maduro, Falcón y Bertucci, y la aprobación unánime en la ANC del Decreto Constituyente que reprogramó las elecciones presidenciales para el 20 de mayo, y fijó las elecciones de consejos legislativos estadales y concejos municipales para la misma fecha; son la evidencia palpable de lo que afirmamos en el primer párrafo.
Mientras esto acontecía, el gobierno supremacista de Donald Trump y sus gobiernos e instituciones aliadas en Europa y América mantenían –en una demostración clara de desconcierto, por decir lo menos— la retórica del desconocimiento del resultado de las elecciones, sea cual sea, los sectores terroristas y fascistas asentados en Miami, Madrid, Bogotá y Cúcuta, igual que sus similares de Voluntad Popular, Primero Justicia y Acción Democrática, acusan de traición a Falcón y a los partidos (MAS, Copei y Avanzada Progresista) que lo apoyan y mantienen sus ruegos de un golpe de Estado, una intervención militar extranjera o ambas.
Esta línea política fascista y sus promotores fueron derrotados y aislados por el pueblo venezolano dirigido por Nicolás Maduro. Seguimos venciendo.