Para combatir la hiperinflación inducida, es central y estratégico, derrotar el arma imperial más poderosa: la manipulación del tipo de cambio. Se debe evitar que terceros marquen el valor de nuestra moneda. Se propone crear el bolívar-oro soberano. Anclar el valor del bolívar a las reservas de oro que se encuentran en las bóvedas, cuyo precio es fijado en los mercados internacionales.
Para superar el modelo rentista es fundamental acabar con la transferencia de los ingresos petroleros a los grandes capitales, industriales y financieros, transnacionales. Esos recursos deben permear, a través del Estado y con modos de producción social, mixtos y, por qué no, también privados, en el proceso productivo nacional. Bajo ningún concepto deben quedar en las cuentas bancarias que tienen en el exterior las grandes corporaciones. Se propone:
Aprobar una ley constitucional que establezca el plan y el presupuesto anual de ingresos y uso de las divisas provenientes de las exportaciones del sector público. En la que queden claramente establecidos los criterios de asignación y uso de dichos recursos en el marco de un plan de desarrollo nacional, el de la Patria.
Mantener el control cambiario. Crear un espacio para que el sector privado pueda transar sus divisas. En dicho mercado el Estado no debe colocar las divisas provenientes de la exportación de petróleo y otras riquezas naturales.
Desarrollar un sistema automatizado, integrado y público que permita hacer seguimiento desde la asignación de las divisas hasta la recepción de los bienes importados a las fábricas o a los comercios. La contraloría por parte del poder popular es imprescindible.
Contra la especulación se sugiere revolucionar el impuesto sobre la renta. Se propone pechar toda ganancia adicional (en términos porcentuales) con respecto a los niveles de ventas. Si históricamente un negocio tiene ganancias de 5% sobre sus ventas, y de repente, sin mayor inversión ni justificación, registra ganancias de, por ejemplo, 50%, ésta debe ser susceptible de contribución fiscal. El uso de la tecnología blockchain para controlar de manera integrada la facturación electrónica y los ingresos bancarios es altamente recomendable.
Contra el embargo comercial y el bloqueo financiero internacional, transitemos por otra ruta comercial, la de la Seda. Apostemos a ganador en esta guerra comercial entre grandes potencias. Con dignidad y de manera soberana, aliémonos a ellos.
Esto es lo estratégico en estos momentos de guerra económica. Es también lo medular para aprovechar la oportunidad de revolucionar los cambios y consolidar el modelo productivo socialista bolivariano.
Pasqualina Cursio