Por Angelo Rojas
Los recientes acontecimientos acaecidos en el estado Amazonas que dejaron un saldo de tres efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana asesinados y más de una decena heridos dan cuenta de una realidad que se desarrollado desde hace más de 50 años como consecuencia de la guerra en Colombia que permea a todo el continente, muy especialmente a Venezuela país que ha acogido a casi 6 millones de desplazados colombianos que han huido del terror y la miseria.
El conflicto colombiano tiene sus raíces en la enorme desigualdad social existente y la pérdida de su soberanía; desde Santander hasta Duque el destino de esta nación obedece a los designios de la casta gobernante en la casa blanca, quienes han usado el territorio neogranadino como narcogranja y cabeza de playa en sus planes de injerencia y colonización de América del sur.
El Estado colombiano es padre y guía del paramilitarismo, ha diseñado estén germen para contrarrestar cualquier resistencia popular a su régimen de opresión, el asesinato de dirigentes sociales, la erradicación de cualquier disidencia y la protección a la industria del narcotráfico forman parte de su historial de crímenes y violencia.
Este flagelo ha penetrado territorio venezolano, la política de oídos sordos y ojos ciegos del gobierno colombiano empeora la situación, desde este espacio rechazamos contundentemente cualquier violación de nuestra soberanía y ataque a nuestra FANB; actualmente estos grupos terroristas escalan un plan de provocaciones y violencia paramilitar made in Colombia.