Por Geraldina Colotti
Lo que aflige a Venezuela, explica Curcio, es una inflación inducida por la «mano visible del mercado»
Hay muy pocos libros de economía que, en Europa, puedan mostrar la presencia de más de 200 personas durante una presentación: tanto más cuando tratan con un tema especializado, considerado materia para profesionales. Solo que, en la Venezuela bolivariana, las disciplinas han dejado las academias, para construir el futuro, como ocurre en cada período revolucionario.
Por esta razón, los libros de la economista Pasqualina Curcio, reciben un interés sin precedentes. Esto fue visto durante FILVEN 2018, donde se presentó su último trabajo: «Hiperinflación», publicado por Nosostros Mismos, con un prólogo de Judith Valencia.
Las reflexiones de Pasqualina Curcio, que ofrece instrumentos de análisis contra las falsificaciones de la economía burguesa, también están dirigidas a las generaciones más jóvenes. Lo que aflige a Venezuela, explica, es una inflación inducida por la «mano visible del mercado». En este caso, con el ataque a la moneda, un arma no convencional utilizada por el gran capital internacional para generar caos y desestabilizar el país. Viejas tácticas, para guerras de un nuevo tipo – escribe la economista, recordando lo que sucedió en la República de Weimar, en Alemania hace casi un siglo.
En ese contexto de confrontación política – en el que la burguesía dio luz verde al nazismo para cerrar el camino hacia un socialismo victorioso en Rusia en 1917, que también se estaba extendiendo en Europa -, se determinó «una de las hiperinflaciones más catastróficas e inexplicables de la historia «.
Después de la presentación de su libro, dirigimos algunas preguntas a Pasqualina Curcio, antes de que se lanzara a otro debate.
– Más de 200 personas, entre ellas muchos jóvenes. ¿Cómo lo explicas? ¿De dónde viene todo este interés en tu último libro de economía?
– Creo que debemos tener en cuenta dos factores: el primero, se refiere a la conciencia del pueblo venezolano, el legado que el Comandante nos ha dejado, enseñándonos a hacer incursiones en áreas que son complejas, pero que no son prerrogativa exclusivas de los economistas. Por lo tanto, aquí vemos el interés de la gente por informarse, comprender, compartir. En segundo lugar, está la situación que estamos experimentando, una consecuencia de la agresión económica del imperialismo, acompañada por una guerra mediática que busca confundir y desorientar. El pueblo venezolano, sin embargo, sabe que no debe confiar en la apariencia, que debe ir más allá de lo que intentan hacerles creer los medios hegemónicos, buscar la causa de los fenómenos y analizarlos. El interés por comprender en profundidad, lo que está sucediendo, tiene que ver, ciertamente, con la participación de tanta gente aquí.
– El suyo es un análisis marxista. ¿Cómo puede el marxismo, el materialismo histórico-dialéctico, ayudar a resolver esta situación de crisis?
– Nosotros pensamos que es una guerra económica, más que una crisis y esto sin negar la existencia de problemas. Pensamos que esto es una manifestación de la lucha de clases entre el capital y el trabajo. ¿Qué capital? El imperialismo, este gran capital concentrado a nivel económico, financiero, mediático, que se siente amenazado por un pueblo organizado, determinado a ser independiente y soberano, en un país extraordinariamente rico en recursos. De aquí deriva el choque, el enfrentamiento. En este contexto, imponer y ganar la guerra económica pasa por la profundización del socialismo y la búsqueda de un modelo más justo.
– El presidente Nicolás Maduro, ha lanzado un plan integral de recuperación económica, que tiene como núcleo el uso de la criptomoneda Petro. Sin embargo, las fuerzas adversarias han intensificado la especulación, burlándose de los acuerdos nuevamente. ¿Dónde deberíamos empezar, para que las medidas sean realmente incisivas y duraderas?
– Tanto el presidente Maduro, como el pueblo, son conscientes de que, en esta guerra, el enemigo reaccionará a cualquier medida o plan de recuperación, con una ferocidad cada vez mayor. El gobierno propuso un plan integral, no debes imaginarte una varita mágica que produce algunos ajustes aquí y allá. Cualquier medida requiere monitoreo y un período de evaluación, especialmente considerando la naturaleza y la fuerza del enemigo. Necesitamos entender el plan de recuperación, como un proceso en medio de un asedio, que debemos tratar de romper lo más rápido posible.