“VENCER LAS SOMBRAS”
Estamos a seis meses de cumplirse medio siglo de uno de los hechos más bochornoso acaecido contra lo más sublime y bello que pudiera considerarse en una sociedad evolucionada como lo fue el vil allanamiento a la Universidad Central de Venezuela, nuestra “U.C.V.”, esa misma casa que “vence las sombras” y que hoy pareciera que por la acción de unas ilegitimas autoridad la mantienen en la oscuridad de las tinieblas, esas misma autoridades que acusan al Presidente Constitucional de la Republica Bolivariana de Venezuela de dictador, antidemocrático y usurpador, aunque fue electo en una consulta electoral el 20 de mayo del 2018, pero esas autoridades que se niegan a realizar elecciones del equipo rectoral y decanales y tienen tres periodos vencidos, ya que su periodo legal (rectoral) era desde el año 2008 hasta el 2012, o sea que ya se debieron realizar dos procesos electorales.
Nuestra Universidad Central de Venezuela, cuyo origen se remonta al 22 de diciembre de 1921, cuando del Rey del Imperio Español, Felipe V, dictó la Real Cedula que permitía al Colegio y Seminario Santa Rosa el otorgar grados de nivel superior y posteriormente en el año 1722 del Papa Inocencio XIII le otorga su carácter de pontificia y fue inaugurada oficialmente el 9 de agosto de 1725 cuando se convierte en Real y Pontificia Universidad de Caracas.
El triste evento que está próximo a cumplir cincuenta años fue perfectamente planificado con el fin de acallar las millares de voces de los movimientos sociales iniciados en 1968, en lo que se le llamo como “mayo francés” y que en Venezuela tomó el nombre de “renovación, a lo que el estado respondió con la promulgación una reforma a la “Ley de Universidades” que indudablemente cercenaba el principio de autonomía universitaria y que permitió la destitución ilegitima del Rector Dr. José María Bianco por parte del recién creado Consejo Nacional de Universidades.
Como evento previo al allanamiento a la UCV se tiene que el día 29 de octubre se convocó una multitudinaria manifestación de protesta por el asesinato del estudiante Luis Alberto Hernández en la Cárcel de La Pica, en Maturín, Edo. Monagas, a lo que el gobierno socialcristiano del llamado “Pacto de Punto Fijo” (AD y COPEI), respondió con una brutal represión con el resultado de cinco estudiantes heridos por armas de fuego y ochenta y cinco detenidos y en horas de la noche el Dr. Rafael Caldera, afirmaba por los medios de comunicación que su gobierno estaba dispuesto a tomar medidas ejemplarizantes para mantener el orden.
El fatídico viernes 31 de octubre de 1969, se materializó la amenaza velada por el Presidente de la República Dr. Rafael Caldera, Profesor Titular de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela, cuando una acción militar que se denominó como “Operación Canguro”, comandada por el Gral. Homero Leal Torres, (quien gracias es esta acción fue nombrado como Ministro de Defensa entre los años 1974 a 1976), dio la orden para profanar el recinto universitario, violentando la “autonomía universitaria” con más de tres mil efectivos militares y policiales fuertemente armados, entre los que se podían identificar los componentes de la Policía Técnica Judicial (PTJ), Ejercito, Guardia Nacional, Policía Metropolitana (PM) y la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP).
La acción se inicio en horas de la madrugada cuando las fuerzas públicas fuertemente armadas rodearon el recinto universitario, para impedir la entrada de profesores, trabajadores y estudiantes quedando completamente aislados los estudiantes que pernoctaban en las residencias estudiantiles en la entrada de la Plaza Venezuela, aunque la incursión se materializó a las cinco de la tarde (5:00 P.M.), cuando arremetieron con dos tanque de guerra M-8, uno que apostaron en la Plaza del Rectorado y otro en las afueras de la antigua Escuela de Periodismo, mientras que los espacios del Jardín Botánico, el Gimnasio Cubierto, el Hospital Clínico Universitario y la Escuela Técnica Industrial (hoy Facultad de Ciencias) fueron controladas por pelotones militares. Simultáneamente fueron tomadas las Facultades de Medicina e Ingeniería de la Universidad de los Andes (ULA), el Rectorado de la Universidad del Zulia (LUZ) y las facultades de Agronomía y Veterinaria de la UCV en Maracay, Edo. Aragua.
El resultado de esta acción militar que pareciera una respuesta a contra un ejército extranjero que amenazara la integridad territorial de nuestro país, fue de diez estudiantes asesinados y centenares de heridos y detenidos en la UCV de Caracas y veinte heridos y setenta detenidos en los alrededores de la UCV en Maracay.
La Universidad Central de Venezuela, se mantuvo cerrada durante dos años, hasta marzo de 1971, cuando fue reabierta, con la perdida de su Jardín Botánico, donde hasta el triunfo de la Revolución Bolivariana, cuando el Cdte. Hugo Chávez el 21 de diciembre de 2000 lo devolvió a la UCV, aunque durante treinta y un años todas y todos los ucevistas vimos con rabia e impotencia como se mantuvo un contingente de efectivos de La Guardia Nacional y en su entrada implantado una tanqueta como advertencia fascista para que mas nunca se intentara pensar que las y los universitarios podíamos soñar con “vencer las sombras”