George Floyd fue brutalmente asesinado este 25 de mayo en Mineápolis (EE. UU.) por un policía que colocó su rodilla sobre el cuello del afroamericano de 46 años durante 8 minutos.
Un transeúnte grabó el vídeo que se ha hecho viral en las redes en el que pide ayuda: “Me duele el estómago. Me duele el cuello. Me duele todo, necesito agua o algo. Por favor. Por favor. No puedo respirar», se le escucha. Pero el policía lo ignora y lo deja morir.
No es la primera vez que alguien muere por ser negro o latino en los Estados Unidos. Yo me pregunto, con qué moral este país que se ha “autoproclamado” el defensor de los derechos humanos del planeta, gendarme de la libertad y de la ayuda humanitaria, impone medidas coercitivas unilaterales, que eufemísticamente llama “sanciones”, para impedir la compra de medicinas, alimentos y bienes esenciales.
George Floyd despertó la ira de un pueblo sufrido, cuyos lamentos han encendido a Mineápolis, y su clamor de justicia recorre el planeta.•