Por: Alex Lanz
Para ningún integrante de mi familia o persona vinculada a mi padre, es sencillo hablar de este tema, en lo absoluto. Pero somos una familia que ha tenido presente a lo largo de nuestras vidas, los peligros que implican la lucha revolucionaria, hemos aprendido de esa experiencia, hemos convivido durante muchos años con los hechos que han enlutado a camaradas cercanos o lejanos. Sabemos que la vida política implica riesgos y también está llena de contradicciones. Lo sabemos muy bien, nadie tiene que decirnos cómo es.
Nos llena de mucho orgullo y estima que los y las compañeras que lo conocen se manifiesten impetuosamente exigiendo su aparición con vida, les agradecemos y sabemos de su sobrada solidaridad, de su permanente vigilia por la preservación de la vida y la seguridad de los y las camaradas. Pero también sabemos que en estos momentos tan sensibles y delicados, es necesario mantener la serenidad y la sindéresis, tener la capacidad de ejercer la presión necesaria a los órganos de seguridad, pero con el tino en la cautela, que permita espacios de diálogo con personas que han sido, son y serán nuestros compañeros de lucha de muchos años.
La familia exige (con sobrada legitimidad) la aparición con vida de nuestro padre, lo exige desde el respeto y desde los derechos que como ciudadanos nos pertenecen, pero también lo exigimos desde la militancia revolucionaria que desde hace años guardamos. El gobierno posee los instrumentos necesarios para incrementar y hacer mas exhaustiva su búsqueda, confiamos que lo harán, es un compromiso ya asumido y comunicado hacia nosotros, cargado de solidaridad y preocupación porque demás esta decir que somos los mismos, estamos del mismo lado de la historia, los organismos del Estado saben que pueden contar con los diversos movimientos sociales que han nutrido de lucha y esperanza este proceso desde hace décadas. Esto no es un discurso más, es una realidad palpable a lo largo de esta historia construida con hombres y mujeres llenos de dignidad.
Camaradas, hermanas y hermanos, la aparición con vida de Carlos Lanz es el objetivo principal, que nada ni nadie nos disperse del mismo. Hagamos ese esfuerzo juntos (desde la diversidad) para que esto sea posible, necesitamos al Carlos profesor, al Carlos combatiente, al Carlos soñador y al Carlos padre de vuelta con nosotros.
Profundamente agradecido por todos los gestos de solidaridad, preocupación y cariño.
En nombre de mis hermanas Nela y Abyayala.