A propósito de la Filven, que empieza hoy en Venezuela y rinde homenaje a Aquiles Nazoa y Earle Herrera, hemos conversado con el ministro de Cultura Ernesto Villegas.
¿Qué representa Aquiles Nazoa para la cultura y la sociedad venezolana? ¿Qué significa para Venezuela hoy, recordar el centenario de su nacimiento?
Aquiles es un referente del Costumbrismo, un género literario que restaura el espíritu de la época a través de la poesía popular, la historia desde la vida cotidiana. Desde esta perspectiva, con refinamiento e ironía, el escritor afrontaba la realidad y el contexto político. Reclamó las cosas sencillas, la lucha de los humildes contra los poderosos. Fue un bolivariano apasionado, escribió poderosas obras sobre la figura de El Libertador, sobre Fidel, pues era un acérrimo defensor de la revolución cubana. A 100 años de su nacimiento, su propuesta artística sigue siendo muy actual. Su humor sutil y nunca banal nos permite reconocerlo como militante de las causas más nobles de la humanidad, está más presente que nunca en todas las expresiones artísticas que le dedicamos en este 2020: en el cine, la danza, el muralismo, la poesía o en la literatura infantil. Entre su obra y la época en que vivimos se identifica una clara línea de continuidad.
—La izquierda, cuando se encuentra en oposición, usa la sátira como arma; pero a menudo la ve como un peligro cuando está administrando el poder. ¿Es este también el caso del chavismo en Venezuela?
Es posible que esta pregunta sobre la sátira tenga su propia relevancia en Europa o en otros países latinoamericanos, pero en nuestro caso no lo creo. El uso de la sátira, el sarcasmo, saber reírnos de nosotros mismos, de las dificultades, peligros, amenazas; es moneda corriente, es parte de nuestra alma caribeña. El comandante Chávez, que era un hombre sencillo, jovial, histriónico, siempre dispuesto a bromear y al buen humor, encarnaba perfectamente este espíritu, y al presidente Maduro también le encanta bromear, nunca pierde el buen humor ni siquiera en circunstancias muy difíciles. Con nosotros la sátira, incluso la de mal gusto, se expresa libremente. Venezuela es un terreno fértil para la creatividad y el humor en todas sus variantes, como se aprecia tanto en las redes sociales como en los debates y también desde la agenda política. Por supuesto, este es un terreno espinoso, porque la sátira o el humor a veces se confunden con racismo, misoginia, homofobia. Esto sucede especialmente en la derecha, pero el chavismo no está exento, por ejemplo, del uso de la homofobia como arma política, porque la superestructura actúa sobre los individuos, haciéndolos reproducir los mecanismos dominantes, pero afortunadamente esa no es la norma. Nuestro ser caribeño, nos hace mucho más tolerantes con el humor y la sátira en todas sus formas y facetas.
Parte de las celebraciones por el centenario del nacimiento de Aquiles Nazoa tuvo lugar en la Casona, la residencia presidencial donde también vivió Chávez, transformada en un centro de cultura. ¿Qué significó este gesto para la revolución bolivariana?
La transformación de la histórica residencia de los presidentes de Venezuela en un centro cultural, es una decisión que tomó el presidente Maduro como líder de la revolución bolivariana. Ya en su época, Chávez había expresado su intención de transformarlo en un espacio público. Hoy, es un gran centro cultural dedicado al arte y al debate, y a la sociabilidad, un tenso hilo entre la historia y el presente. El lugar adecuado para celebrar a Aquiles Nazoa y lo que él representa para nuestra cultura. Hemos recuperado esas hectáreas, que antes estaban a disposición de la familia del presidente, para que puedan ser utilizadas por la ciudad. Es un espacio colectivo, abierto y sin discriminación, como el espíritu de la revolución bolivariana. Mientras el capitalismo privatiza y encoge el espacio público, lo contrario es cierto para nosotros.
Hablando en la Casona, entrevistada por usted, la hermana menor de Aquiles dijo que él era comunista, pero que hoy hay quien trata de negarlo. ¿Porque? ¿Cuál fue el compromiso político de Aquiles Nazoa?
Sí, Aquiles era comunista. Como con otros grandes políticos o artistas que han llenado de contenidos revolucionarios y transformadores los símbolos del movimiento obrero, ocurre que algunos intentan endulzar su mensaje o esconderlo para enfriar la fuerza de esos contenidos. Pero la figura de Aquiles Nazoa estaría incompleta si no se reconociera su militancia, su pertenencia a las ideas comunistas, su dedicación a la causa revolucionaria.
Aquiles tuvo que hacer trabajos de todo tipo para mantenerse en sus estudios. El proceso bolivariano, en cambio, brinda a los niños de los sectores populares la oportunidad de estudiar gratis, y hasta los niveles más altos. ¿Hoy sigue siendo así, cuando el imperialismo está tratando de destruir todos los logros sociales alcanzados por el socialismo bolivariano?
El derecho a la educación es uno de los principales objetivos alcanzados por la revolución bolivariana, tanto por vía de la educación formal como a través de las misiones socialistas, como la Misión Robinson, que ha permitido salir del analfabetismo a más de un millón de venezolanos y venezolanas o la Misión Ribas, que también permite a quienes laboran y mediante facilidades al profesorado obtener un diploma de bachillerato, o la Misión Sucre, que acercó las universidades a los barrios populares, permitiendo que los jóvenes se gradúen. El derecho a la educación es uno de los logros que nuestro pueblo más defiende contra los ataques del imperialismo porque sabe que, como decía Bolívar, un pueblo ignorante es, fácilmente, instrumento ciego de su propia destrucción. Un pueblo culto y capacitado, por otro lado, es menos manipulable y está listo para convertirse en arquitecto de su propio destino. A pesar de los ataques del imperialismo, que busca forzar la mano del gobierno bolivariano para interrumpir la implementación del programa político de la revolución, o neutralizar su potencial, la idea de que la educación y los servicios públicos puedan privatizarse está lo más lejos posible de nuestro horizonte.
En los países capitalistas, los primeros recortes presupuestarios son los de cultura. En cambio, en Venezuela ¿Cómo funciona? ¿Cuáles son las líneas de su ministerio?
Podemos decir, con Aquiles Nazoa, que hemos apelado al poder creativo del pueblo, al pueblo que crea su propia cultura, como dice el preámbulo de nuestra Constitución Bolivariana. Un enfoque que llevamos adelante también en el ministerio, recogiendo y dando voz a las más diversas expresiones de nuestro pueblo. Para ello contamos con la Misión Cultura, concebida precisamente para animar la vida cultural a partir de los barrios, para captar el vínculo profundo entre identidad, tradición y capacidad creativa de las personas. En resumen, diría que rompemos con la noción elitista de cultura; obviamente sin descuidar ni abandonar las expresiones clásicas de nuestra herencia cultural e internacional. Solo que le atribuimos el mismo valor al artista desconocido, al creador anónimo, que al consagrado.
A pesar de la pandemia, este año también se realiza la Feria Internacional del Libro en Venezuela, que rendirá homenaje a Aquiles Nazoa y al escritor Earle Herrera, quien es también estudioso de Nazoa. ¿Cómo se articulará esta Filven?
Será una feria principalmente digital, con encuentros entre escritores y lectores sobre las múltiples vidas de los libros y los nuevos escenarios del presente. Desafortunadamente, la pandemia impide la habitual celebración multitudinaria de años anteriores en torno a los libros y la lectura. La fiesta tendrá lugar en las formas de comunicación digital. Hemos realizado un gran esfuerzo para involucrar al mayor número posible de personas en la programación, para fortalecer la capacidad tecnológica, para dar estabilidad a los contenidos que distribuimos. El homenaje de la Filven será para Aquiles Nazoa y Earle Herrera, tendremos a México como nuestro país anfitrión y presentaremos libros impresos y digitales. Uno de los hilos principales será el bicentenario de la batalla de Carabobo, hecho de armas que, sin embargo, fue un hecho político, en el sentido de que Bolívar ya había derrotado el proyecto imperialista español en las conciencias, ya había obtenido la victoria simbólica del proyecto independentista. La batalla que tuvo lugar el 24 de junio de 1821 fue un hecho de armas que confirmó la victoria en el campo de la conciencia. Un evento fundacional que fue fuente de inspiración para la producción cultural en los meses anteriores a la Filven y será así durante la Feria, donde habrá un espacio especial dedicado a la batalla de Carabobo, a la explicación histórica del significado que Bolívar le atribuyó a esta batalla, de la que nació la República de Colombia: no la actual Colombia, que es solo una pequeña parte de la Gran Colombia, como la llaman los historiadores para diferenciarla de la actual. Y ese proyecto de Patria Grande de Bolívar, a pesar de las traiciones y las miopías, el proyecto de unidad latinoamericana, y en particular de la Gran Colombia, sigue vigente. Sólo la hermandad de nuestros pueblos nos hará indestructibles, dispersos seremos víctimas de injerencias extranjeras, que se beneficiarán de nuestra división. La prueba la da lo que sucede en la actual Colombia, prácticamente intervenida por una potencia extranjera, utilizada como patio trasero para la producción de drogas y como teatro vergonzoso de subordinación al colonialismo. Salir de este lodo es parte del proyecto bolivariano.
Aquiles Nazoa trabajó en tándem con su hermano Aníbal, a quien está dedicado el Premio Periodismo Necesario. Como reportero que relató el golpe de 2002 y defendió el proceso bolivariano en tantas ocasiones, ¿para qué se necesita el periodismo hoy? ¿Cómo articular la lucha contra el latifundio mediático, dentro y fuera de Venezuela?
Tanto Aníbal como Aquiles fueron militantes revolucionarios, periodistas y comunistas, y por eso los recordamos en nuestro compromiso diario, también en la profesión. Hoy, las grandes corporaciones mediáticas están cada vez más descaradamente al servicio de los grandes monopolios. En el campo de la comunicación deben surgir nuevas prácticas cercanas a las necesidades de los pueblos, que interpreten y cuenten la complejidad de los hechos con rigor profesional, aplicando las mejores técnicas periodísticas, ganando la batalla por la credibilidad a favor del pueblo. Si nos refugiamos en la propaganda, dejamos a las grandes corporaciones en libertad y juego fácil. En cambio, la batalla de las ideas debe tener lugar en todos los ámbitos, en todos los terrenos, incluido el de las nuevas tecnologías y las redes sociales. La batalla por la comunicación es tan importante como la batalla en el terreno militar. Cuando Bolívar le pidió a Fernando Peñalver que le trajera una impresora, pensaba que la artillería del pensamiento es tan útil como la munición. La batalla por la verdad es un arma que el pueblo maneja para preservar su soberanía y su desarrollo, y para ganarse el respeto en un mundo presa de los apetitos de los más fuertes.