Cierto sector de la contrarrevolución se opone al gobierno, al pueblo, a la Patria y hasta al instinto de conservación
Gente que apuesta contra la Patria
Si solo se opusieran al gobierno, serían una oposición normal. Pero esta gente se opone a su Patria de un modo recurrente y contumaz.
Por oponerse a un elemental sentido de nacionalidad, han solicitado y se han hecho cómplices necesarios de todas las maniobras realizadas para despojar a la República Bolivariana de Venezuela de empresas, depósitos bancarios, oro y otros activos, en actos que amalgaman la traición a la Patria con la más depravada corrupción personal y grupal.
Por oponerse a la tierra que los vio nacer, han planificado invasiones mercenarias y paramilitares, para lo cual hasta han firmado contratos con empresas extranjeras, cometiendo así delitos que en otros países cuestan la libertad de por vida o la vida misma.
Por oponerse a la Patria, respaldan públicamente a las fuerzas irregulares que se encuentran ilegalmente en Venezuela, las que atacan a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y matan a sus oficiales y soldados.
Sea cual sea el momento, el lugar y el adversario, estos personajes apuestan contra Venezuela, el país que aspiran a gobernar.
Díganles que hará el gobierno y dirán por qué se oponen
Por supuesto que también adversan al gobierno, en un sentido más tradicional del quehacer opositor. Sólo que para hacerlo, a veces se oponen a ellos mismos, desdicen lo que han expresado y lo que han hecho, incluso momentos antes. Se han convertido en el espíritu permanente de la contradicción. Su lema parece ser “díganme que hará el gobierno y les diré por qué me opongo”.
Esta conducta disociada se observa a cada paso, pero podemos usar un ejemplo actual: si el gobierno flexibiliza la cuarentena, se oponen porque es una grave irresponsabilidad que pone en riesgo a la población y merece ser juzgada como un crimen de lesa humanidad. Si el gobierno radicaliza la cuarentena, se oponen. Dicen que es una artimaña para ocultar la falta de gasolina, de gasoil, de cerveza o de lo que sea que esté faltando (por culpa de las medidas coercitivas unilaterales que ellos mismos respaldan, dicho sea de paso).
Si favorece al pueblo, la oposición estará en contra
Nuestra oposición (es nuestra, nadie nos la puede quitar) es también una oposición a todo aquello que favorezca al pueblo. Una muestra resaltante de esto es su actitud ante el programa social de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
En vista de que le permitió comer aunque sea muy modestamente a mucha gente de los sectores más necesitados y hasta a un segmento de la clase media, la oposición radical satanizó a los CLAP y a todo aquel que haya ayudado a forjarlos y mantenerlos en marcha.
Parece una conducta extremadamente cruel, casi sociopática. Lo es; se trata de la rabieta de unos niños bien que quisieron doblegar por hambre y desnutrición a todo un país para llegar al poder por la única vía posible; ya que los votos no les otorgan esa opción. Esta política estatal de emergencia les echó a perder su plan macabro.
La persecución implacable contra el empresario y representante diplomático Alex Saab es parte de este empeño en oponerse a aquello que favorezca a la mayoría. No quieren verlo humillado y preso en Estados Unidos porque lo consideren un corrupto o un testaferro, sino porque osó participar en un programa que les saboteó su plan extorsivo.
Oponerse hasta sufrir trombosis
El afán de oponerse a todo lleva a este sector de los opositores (cada vez más aislado, por fortuna) a ir incluso contra el instinto de conservación. Solo así se explica que estén haciendo campaña para que Venezuela asuma la vacunación masiva con el producto de AstraZeneca, cuya aplicación ha sido suspendida por elemental precaución en países que esos mismos opositores consideran de la más alta reputación científica y médica.
Más allá de las controversias geopolíticas, es un hecho verificable que esas naciones han decidido dejar de aplicar la vacuna en cuestión porque genera, entre otros efectos aparentemente relacionados, episodios de trombosis que les ha costado la vida a varios pacientes.
Sin embargo, los opositores a ultranza catalogan como “una irresponsabilidad” que el presidente Nicolás Maduro haya decidido sumarse a esa postura preventiva y prohibir que se utilice la AstraZeneca en Venezuela, al menos hasta que se aclare si es la causa de estos eventos cardiovasculares tan graves.
Los opositores a todo parecen, pues, estar dispuestos hasta a sufrir una trombosis con tal de llevarle la contraria al rrrrégimen.