El ser comunicador social, popular, comunitario, alternativo, sobre todo en estos tiempos de Chávez, quien rompió con esas exquisiteces del capitalismo que si el Locutor no tenía ese vozarrón como si se hubiese tragado cuatro hombres, o la mujer que no tuviera esa voz aterciopelada que despertara los sentidos y se le erizara la piel al oyente, no podía entrar a una emisora de Radio. Ese mismo prototipo para radio lo aplicaban también para televisión, allí era peor todavía porque, todos sabemos que los papeles de reparto solo eran para mujeres con cuerpos exuberantes, catiras, ojos azules, los niños tenían que ser Bebé Gerber y para las personas de color (morenos o negros), aplicaban ese refrán que: Negro solo para rodapiés y le daban papeles de extras o sirvientes.
Pero llegó El Comandante y mandó a parar y comenzaron las radios y televisoras comunitarias a salir al aire y ahora el pueblo hace su propia comunicación popular, alternativa y Chávez, siempre ahí con su pueblo, porque hasta en las redes sociales Chávez nos enseñó a dar la batalla comunicacional con su “Chavezcandanga” y ahora, con el Presidente Nicolás Maduro, el pueblo está dando la batalla en las redes sociales.
Estamos en yo no sé cuántos grupos de WhatsApp, tenemos yo no sé cuantos amigos en Facebook, en Instagram, en Telegram, en Tic-toc y otros, pero ese es el mejor ejemplo y demostración de que todos somos Comunicadores y Comunicadoras Populares y Alternativos, porque en esas plataformas tecnológicas nosotros decimos, planteamos, difundimos, mandamos cadenas, pero es importante entender y comprender la gran responsabilidad que tenemos nosotros como difusores de la noticia y la información.
Para cumplir bien con esa tarea e irnos formando en esta área de manera autodidacta, es necesario comenzar con tener una percepción crítica al reenviar cualquier información, sobre todo en esta coyuntura y no perder de vista, hermanos y hermanas, que este es un año electoral y ya la derecha venezolana está pescando a esos tontos útiles para engañarlos e incitarlos a reenviar los mensajes que ellos quieren que les rueden por las distintas redes sociales.
Hay que estar muy alerta con eso para no “enredarnos en las redes” haciéndole el juego sucio a la oposición y al imperio; porque ellos sí están bien claros y tienen sus laboratorios mediáticos donde preparan y diseñan sus mensajes para obligarte, voluntariamente, a lanzar, retwittear, enviar esos contenidos que influyen en los demás y subliminalmente, hacerte creer que ese mensaje es verdad, de buena fuente y que con eso vas ayudar al pueblo y vas a quedar como héroe pensando que estás enviando un tubazo.
El tema de Apure, el tema de la Cota 905, los “Ejercicios Militares” simultáneos en Guyana, Colombia, son laboratorios para generar angustia y terror en la población a través de las redes sociales porque ellos envían un video o un audio , preparado con sus guiones, que cuando tú los ves, los escuchas o los lees, te da como una ansiedad de rodarlos por todos los grupos donde participas. Allí precisamente está nuestra responsabilidad como Comunicadores y Comunicadoras Populares y Alternativos, de frenarnos, analizar y si es posible, consultar antes de enviar.
Ya está bueno de que nos singan utilizando como tontos útiles y haciéndonos caer por inocentes tan fácilmente. Para desencadenarnos no hace falta ser profesionales de la Comunicación Social, periodistas, ni científicos; solo debemos tener precaución. Chávez, no aró en el mar con nosotros porque él logró convertir a todos los venezolanos en un Pueblo Comunicador, de hecho, todos los años, desde el 2015, cada 12 de abril se celebra el Día del Pueblo Comunicador decretado por la Asamblea Nacional Bolivariana.
Por: Alcides Martínez