La derecha se agita
Leer los portales de la derecha venezolana requiere un estómago fuerte y un nivel decente de equilibrio mental, al menos lo suficiente para distinguir que si uno dice que está lloviendo y el otro que hace sol, hay que abrir la ventana para ver quién tiene razón. Asomarse, entonces, en algún chat donde se desata un supuesto debate entre «derecha e izquierda» puede ser un verdadero ejercicio de sátira, o de psicoterror. Y es comprensible porque los periodistas europeos, que todo lo toman al pie de la letra, retratan un país que solo existe en los engaños de los autoproclamados.
Sin embargo, la forma en que la derecha trata o enfatiza ciertos temas de la política nacional o internacional también es un indicador: cuanto más acierta el gobierno bolivariano, más se desata la agitación, se multiplican las hipótesis y las extravagantes interpretaciones. Un síntoma de ausencia de una política propia, de una planificación distinta a la de menear la cola ante los deseos del amo norteamericano.
Esto también ocurre en este momento político cuando —más que nunca— el gobierno bolivariano tiene la iniciativa; y las contorsiones de la derecha, desde que Washington dio luz verde a su reingreso a la arena política, están en su mejor momento. El gobierno ha establecido condiciones claras y transparentes para el diálogo, que implican el reconocimiento de todas las instituciones, el fin de las medidas coercitivas y unilaterales y la devolución de los bienes y activos incautados en el exterior. En este contexto, es claro que el mantra del «fin de la usurpación y las libres elecciones», farfullado por Guaidó en los últimos años, se ha convertido en otro plan para derrocar a Maduro: después, sin embargo, de haber conquistado algunos baluartes; para dedicarse luego al referéndum revocatorio que ya han anunciado.
Los más grotescos son los llamados «exiliados», esos golpistas del exterior que anhelan tener algún poder dentro de las instituciones territoriales, y anticipan la llegada de una amnistía inminente, que les permita recuperar los derechos civiles. Mientras tanto, sin embargo, vemos que una nueva internacional conservadora extiende sus tentáculos, comenzando desde España; y centrada en el partido racista xenófobo y franquista Vox. El grupo de extrema derecha pretende arraigarse en América Latina con apoyo de golpistas venezolanos que, como Leopoldo López, llevan una vida de lujo en Madrid.
Por ello, como ha denunciado también el periodista Pedro Brieger a través de la fundación Disenso; difundieron la Carta de Madrid firmada por diversos partidos y personalidades de la derecha latinoamericana y también europea. Sus lobbies presionan sobre instituciones internacionales, desde el Parlamento Europeo hasta la Corte Penal Internacional, donde esperan avanzar en el proceso a Maduro por «crímenes contra la humanidad». Mientras tanto, sus derivaciones, a través de las redes de ONG que contaminan la política venezolana, están tomando acciones para difundir datos estadísticos a su favor y tienen peso en las elecciones, como en Ecuador, Perú, y lo están haciendo en Nicaragua; y siguen haciéndolo contra Cuba.
Se dirigen especialmente a los jóvenes en su primer voto, es decir, a los mayores de 18 años. El 17 de junio Canadá acogerá la primera Conferencia internacional de donantes; y miles de millones más serán dedicados a la subversión interna, a través de plataformas mediáticas y ONG de la llamada «sociedad civil»; y a través de la pantalla de ayuda a los migrantes venezolanos.
El presidente del CNE, Pedro Calzadilla, dijo que hasta el momento hay 111 organizaciones con finalidad política que pueden presentarse a la votación, 35 partidos políticos nacionales, cuatro de los cuales rehabilitados por el TSJ aunque previamente habían sido excluidos por no tener el porcentaje mínimo para votar en elecciones anteriores. Hay 52 organizaciones regionales, más 6 organizaciones indígenas nacionales y 18 partidos indígenas a nivel estatal. Un número que aún podría aumentar. Pero incluso en esto, por ejemplo, en el voto indígena, la derecha se dedica a sembrar el descrédito y la confusión.
Ante las mega-elecciones del 21 de noviembre, el PSUV solicitó a sus organizaciones de base acompañar a los militantes que necesiten actualizar los datos en el CNE el primer día de inscripción en el padrón electoral (el 1 de junio), al que le seguirán otros, por 45 días, hasta el 15 de julio. Luego, el presidente Maduro invitó a la militancia a motivar al voto a jóvenes e indecisos —un número sustancial, según las encuestas—: “Debemos motivarlos con nuestros líderes y lideresas de calle, con las UBCH, con los líderes de la juventud a nivel de base —dijo— para que el pueblo se registre y actualice sus datos”. Y está realizando por todo el territorio nacional de inscripción y actualización del carnet del PSUV.
El PSUV ha aprobado los métodos para elegir las candidaturas para los 23 gobiernos regionales, 259 miembros de los Consejos Legislativos estatales, 2.459 concejales, y los alcaldes de los 335 municipios del país; y se los está explicando a todos sus órganos territoriales y a su red nacional. Será en asamblea de las 14.381 Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCH) que se elija, el 27 de junio, a las precandidatas y precandidatos que competirán el 8 de agosto en Elecciones Primarias Abiertas ¡EPA!
Pueden participar todas las, y los ciudadanos inscritos en el padrón electoral, y el más votado, o la más votada, pasarán entonces a las mega-elecciones. La regla es que, desde el principio, se debe proponer a una mujer y un hombre para cada cargo, identificados con un número para que el voto sea secreto. También se puede indicar más de dos nombres, pero no menos, y es obligatorio que sean siempre mujer y hombre.
El artículo 5 del estatuto del PSUV, relativo a los métodos de democracia interna, prevé la posibilidad de utilizar diferentes métodos de decisiones internas y elecciones: desde las primarias, a la cooptación, al método de consenso; según el contexto político. Un impulso de renovación, escucha y propuestas; para darle más fuerza aún al partido socialista más grande de América Latina.