Segunda parte
En la primera parte de este trabajo, hablamos de como un Sistema Económico Capitalista, al tener como principio la maximización de la plusvalía en el menor tiempo posible, está encadenado a la necesidad de un crecimiento exponencial del consumo y que este es imposible de mantener, salvo cortos períodos de tiempo cuando las condiciones son muy favorables.
El segundo cuello de botella es consecuencia del primero y es de lo que trataremos a continuación.
El cuello de botella en la entrada
Como consecuencia del primer cuello de botella, producto de la imperiosa necesidad del incremento exponencial del consumo, los procesos productivos deben también crecer exponencialmente, pero esto solo es posible mientras la entrada de insumos (materias primas y energía) también crezca exponencialmente.
El problema es que este crecimiento exponencial es imposible porque, en la naturaleza, la disponibilidad de las materias primas renovables (agricultura, ganadería flora y fauna silvestres) crecen, si acaso, linealmente y eso cuando no se sobreexplotan, casi nunca exponencialmente; al mismo tiempo, la disponibilidad real de las materias primas no renovables jamás crece, sino que disminuye. Un caso aparte es el de la energía, dado que existen fuentes renovables (en teoría) de las mismas (solar, eólica, hidráulica etc.), pero las mismas hoy no representan más de un 20 a 25% de la producción total mundial de energía, mientras que la proveniente de combustibles fósiles (petroleo, gas natural y carbón)representan entre 75 y 80% de la producción total de energía.
Tanto el primer cuello de botella (imposibilidad del crecimiento exponencial permanente del consumo), como este segundo cuello (imposibilidad del crecimiento exponencial permanente del suministro de insumos para la producción), hacen del Capitalismo, un sistema económico absolutamente inviable en el largo plazo, pues conllevaría al despilfarro de los recursos, su sobre explotación hasta agotarlos totalmente y finalmente, como lo declaró Fidel Castro, a la extinción de la especie humana (Homo sapiens).
Conclusiones
La primera conclusión es, claramente, que el paradigma Capitalista de maximizar la Plusvalía en el menor tiempo posible debe ser reemplazado y desechado y mientras más tardemos en hacerlo, peores serán las consecuencias.
El paradigma que debería reemplazar al del Capitalismo actual sería el de maximizar la eficiencia de los procesos productivos en lugar de maximizar la plusvalía, No incentivar el consumismo superfluo, sino el consumo eficiente; satisfacer nuestras necesidades reales (físicas, intelectuales y sicológicas) y no necesitar consumos excesivos solo para «GUARDAR LAS APARIENCIAS Y MANTENER EL STATUS SOCIAL». Desde mi punto de vista, el socialismo desarrollado es que TODOS estemos en posibilidades de comprar un carro, mientras que el Comunismo sería cuando TODOS estemos en posibilidades de tener un Rolls-Royce, pero nadie necesite comprarse uno, pues ese monstruo solo sirve para decirle a los demás «Yo valgo más que tú» y para movilizarnos bastaría con un carrito compacto o un transporte público eficiente y cómodo. Ninguna de estas cosas es posible dentro del Capitalismo, pero muchas de ellas no serían necesarias dentro del Socialismo, porque el «Status Social», indispensable en el Capitalismo, pierde su importancia en el Socialismo y tal vez en una Sociedad realmente COMUNISTA llegaría a ser visto como un desorden mental que necesita tratamiento médico.
Quedan por resolver muchos problemas después del cambio de Paradigma, pero la mayoría de ellos existen y son irresolubles hoy, precisamente porque parten del Paradigma Capitalista, mientras que teniendo como paradigma la maximización de la EFICIENCIA de la producción y consumo, simplemente con los recursos actuales y creando sistemas de producción basados en la SATISFACCIÓN DE NECESIDADES y no en la ganancia, podríamos mantener totalmente al menos al doble de la población actual del planeta sin necesidad de una mayor sobre explotación de los recursos y del ser humano. Tomando como ejemplo la producción de energía, las energías alternativas podrían desarrollarse hasta representar al menos la mitad de la producción, pero ello no ha sido posible porque la Plusvalía que generan es menor y más lenta que en los combustibles fósiles, cosa que no ocurriría si el paradigma fuera la eficiencia y no la plusvalía.
Significa el cambio de Paradigma (Eficiencia en vez de Plusvalía) que no debemos preocuparnos por obtener beneficios, ¡NO! Lo que significa es que será menos importante la rápida obtención de los mismos, que la eficiencia del sistema en su totalidad; se planificará siempre con los beneficios como parte de la ecuación, pero si la eficiencia dicta que el beneficio que hoy se obtiene en 1 año deberá obtenerse a lo largo de una década, pues la eficiencia es la prioridad y debemos aprender a planificar pensando no solo en nosotros, sino en el legado que dejaremos a nuestros descendientes dentro de un siglo o dos.
Imhotep.
(Goffredo Ruscino
C.I. V-4.580.025)