El mes de julio vino con su fuerza independentista y revolucionaria a recordarnos la verdadera esencia y la raíz del ideal bolivariano que enarbolamos: la integración definitiva de los pueblos.
El 05 de Julio, fecha patria, tuvimos la oportunidad de llenarnos de la poderosa energía que evidenció la necesidad de la unión entre nuestras naciones, frente a las actuales coyunturas de la humanidad, una experiencia extraordinaria, en el Estado Plurinacional de Bolivia, donde conmemoramos los 210 años de la independencia de nuestra Patria y ratificamos los lazos de amistad y compromiso por el desarrollo de nuestros pueblos.
Desde la Paz, compartimos con nuestros hermanos bolivianos los inicios de una hermandad que comenzó a forjarse desde los tiempos del Héroe de Ayacucho, Gran Mariscal Antonio José de Sucre, cuando junto al Ejército Unido del Sur, fue a liberar a estas tierras del yugo español.
Historia que se hace vital conocer y tener presente para comprender la génesis de los ataques incesantes de las fuerzas imperiales contra las naciones que deciden unirse para ganar esta batalla por la autodeterminación.
De esta visita, rescatamos el principio aymara que expresa: «que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrás, que todos tengamos todo lo necesario y que a nadie le falte nada.”
Una bella frase que refleja los valores que estamos destinados a promover, viéndonos no solo como Juventud boliviana, mexicana o venezolana, sino como juventud de la Patria Grande en la que tenemos distintas realidades, pero luchamos siempre por una causa común: defender el proyecto histórico de independencia, las juventudes herederas de las causas pasadas y presentes nos hemos comprometidos a forjar la Plataforma Orgánica de Juventudes de Carabobo a Chuquisaca, entendiendo la conexión historica de nuestras luchas con nuestros héroes y heroínas, Bartolina Sisa, Juana Azurduy, Sucre, Bolívar.
El 24 de Julio, conmemoramos la Grandeza de Bolívar, y destacamos la fuerza de su espíritu vivo en México. Tierra de Emiliano Zapata, que nos conmueve con tantas muestras de amor y compromiso por el pensamiento de nuestro Padre de la Patria.
En esos momentos solo pasaba por mi mente, un nombre: Hugo Chávez. Fue él, quien sembró esta semilla de hermandad, quien despertó la conciencia de millones en el mundo alertándonos de que solo unidos podríamos vencer las batallas del futuro y quien puso la piedra fundamental de organismos como la CELAC, que se mantiene vivo gracias a la voluntad de todos los miembros que la conforman.
Indescriptible, la fortaleza que nos dan estos encuentros. En este país azteca, logramos conocer de cerca, la lucha y resistencia del pueblo indígena otomí, apreciando sus costumbres y su cultura milenaria que ha sobrevivido durante siglos, hoy esta vigente la necesidad de entender, avanzar y reivindicar la América Plurinacional.
El 28 de Julio cargados del ímpetu indómito y liderazgo histórico de Chávez fuimos a la tierra de Tupac Amarú para acompañar al pueblo peruano en esta nueva etapa histórica que anuncia la esperanza por el futuro de la integración definitiva de la Patria Grande, respiramos los aires libertarios de las Pampas de la Quinua donde hace 197 años, Sucre bajo las ordenes de Bolívar sellaría la independencia del Perú, mismo lugar que el Comandante Chávez estuvo de Cadete y de Presidente, mismo lugar que se Juramentó Pedro Castillo como Presidente ante el Pueblo Humilde del Perú Profundo.
Estamos en la era Bicentenaria de nuestra independencia, los operadores de la Causa Bolivariana tenemos el deber histórico, heroico y estoico de sellar su legado con victorias definitivas y eternas, poder concluir para siempre la unión nuestramerica como expresión profunda y sustantiva es nuestra principal tarea y juramos hacerlo realidad.
Es el siglo XXI, el siglo en el que nuestros Libertadores y Libertadoras verán concretar los sueños más nobles de solidaridad, unión, respeto y desarrollo compartido, por los que lucharon.
Nuestro reto generacional seguirá siendo construir el futuro de nuestro continente, más allá de fronteras, asumiéndonos como hermanos y hermanas que comparten la misma herencia de rebeldía y resistencia.
¡Viva la Patria Grande!