I
El miércoles 28 de julio, las venezolanas y los venezolanos conmemoraremos el aniversario 67 del natalicio del Comandante Hugo Chávez; una fecha de especial significación para nuestro Pueblo y otros Pueblos del mundo, que reconocen los importantes aportes del líder histórico de la Revolución Bolivariana.
Y es que, sin lugar a dudas, el debate en torno al legado del Comandante Eterno nos toca hondo a todas las revolucionarias y todos los revolucionarios, dada la dimensión de la obra que llevó adelante, siempre fiel al ideario de otro cumpleañero del mes de julio: el Padre Libertador Simón Bolívar; una obra cuya trascendencia histórica tiene su esencia en haber despertado la esperanza de cambios profundos y transformado de manera significativa la realidad del país, y porque no decirlo, del planeta. La lucha de Chávez enrumbó a Venezuela hacia un destino mejor y la colocó a la vanguardia de la construcción de una nueva geopolítica internacional, con un rol destacado en la integración de los Pueblos de Nuestra América Latinocaribeña y, más allá, del Sur Global.
De manera que esta es una fecha para, como lo expresara en alguna ocasión el compañero Presidente Nicolás Maduro, “…reivindicar nuestra condición de chavistas, de revolucionarios, por hoy y para siempre, de bolivarianos auténticos y de cristianos en acción”.
II
El Comandante Chávez nos sigue guiando por el camino de la emancipación de los Pueblos del mundo y alertándonos de no bajar la guardia frente al enemigo histórico de éstos, que no es otro que el imperialismo norteamericano y sus aliados.
Su legado de humanidad, dignidad, soberanía e independencia está presente en el día a día del Pueblo venezolano; su espíritu combativo nos da fuerzas para enfrentar victoriosos, en unión cívico-militar, las batallas que libramos diariamente por el derecho que tenemos a la paz y a transitar, sin injerencias de ningún tipo, el camino que hace 22 años decidimos.
Es la razón amorosa del líder bolivariano, que no solo despertó la conciencia de las venezolanas y los venezolanos, sino que también abrazó a otros Pueblos hermanos de la América Latinocaribeña y el mundo; una razón amorosa que lo mantiene vivo en el alma de éstos, pese a la pretensión de quienes tratan de acabar con su obra, y que orientó todos sus esfuerzos por hacer realidad un mundo mejor, más justo y humano, para todas y todos.
Es por ello que, en una coyuntura tan compleja como la actual, y al mismo tiempo definitoria para la Revolución Bolivariana; las hijas y los hijos de Bolívar y de Chávez nos mantenemos firmes, enarbolando las banderas legadas por el Comandante Eterno hasta llegar, más temprano que tarde, al punto de no retorno de nuestra construcción socialista.
Ciertamente queda mucho camino por andar para alcanzar este cometido, y con seguridad dicho tránsito no estará exento de dificultades; pero pese a las situaciones que aún debemos resolver y las complicaciones que trae consigo la permanente arremetida de la que es objeto el heroico Pueblo venezolano, seguro estoy que éste seguirá manteniéndose firme, recorriendo el camino de la Revolución Bolivariana, fiel al legado del Comandante Chávez.
III
La conmemoración del cumpleaños del gigante es propicia para seguir haciendo el llamado: seamos leales a los principios éticos y morales que orientan el accionar de nuestra construcción socialista, a los ideales que sustentan esta causa revolucionaria, al legado que nos dejó Chávez.
No es leal quien sobrepone sus intereses personales a los del colectivo, quien se atreve a dudar de que el camino que debemos transitar es el de la construcción del Socialismo Bolivariano, quien lejos de asumir el pensamiento y la manera de interpretar la realidad del Comandante Eterno, apela a valores antiéticos, al sectarismo, al dogmatismo.
Tampoco es leal a la causa revolucionaria aquel que no siente sobre sus hombros la responsabilidad de seguir adelante a pesar de las dificultades, quien no siente la voluntad diaria y permanente de continuar firme en la defensa de los logros alcanzados por la Revolución Bolivariana en favor de nuestro Pueblo.
Se trata de asumir dicho compromiso con mucha conciencia revolucionaria, a fin de ser capaces de afrontar cualquier situación que se presente sin perder, al decir del Comandante Chávez, la pulsión hacia el objetivo que nos hemos propuesto, aún a costa de la propia vida si fuese necesario.
Chávez sigue llamándonos a no rendirnos nunca jamás hasta lograr la emancipación plena, la integración latinocaribeña y, más allá, la consolidación del mundo multicéntrico y pluripolar que tan acertadamente avizorara. Esa será la victoria definitiva de las revolucionarias y los revolucionarios, de las y los chavistas, de las y los antiimperialistas.
Por ello hoy, cuando el imperio conspira abiertamente contra Venezuela y ha dejado de disimular sus propósitos injerencistas y desestabilizadores, y cuando la oposición golpista insiste en sus planes violentos; las bolivarianas y los bolivarianos seguimos trabajando incansablemente, sumando conciencias y voluntades, empeñadas y empeñados en alcanzar ese punto de no retorno de la Revolución Bolivariana al que nos hemos referido antes, demostrándole al mundo la estirpe de la que estamos hechos las venezolanas y los venezolanos.
Así ha venido ocurriendo; de allí que, aun cuando desde Estados Unidos y Europa se acentúa el criminal bloqueo económico, financiero y comercial impuesto al país, así como la pretensión de cercarnos política y diplomáticamente, y el brutal ataque mediático contra la nación; crezca en nuestro Pueblo la conciencia patriótica, su férrea determinación de continuar siendo libre e independiente, y de responder a cada arremetida imperial profundizando su unidad y reafirmando el compromiso con la defensa del legado del líder histórico de la Revolución Bolivariana.
Nos enfrentamos, ya con un camino andado, pero aún con mucho trecho por recorrer, a la misma contienda de hace doscientos años, entre quienes luchamos por la libertad, la independencia, la paz, la soberanía, la dignidad y el derecho a forjar nuestro propio destino; y quienes promueven la dependencia, la guerra, la esclavitud, el oscuro camino del coloniaje.
Cuando estas dos opciones se evidencian tan descarnadamente, como hoy está sucediendo, nos corresponde a todas y todos los patriotas seguir defendiendo lo que tantos años de lucha nos ha costado. Es el legado de Bolívar, es el legado de Chávez, es el legado de las libertadoras y los libertadores de esta Venezuela irredenta.
Unámonos, luchemos y seamos fieles con el compromiso del cambio de época que palpita en la profundidad de los Pueblos de la América Latinocaribeña.