El pueblo venezolano es único y diverso. Somos un solo pueblo conformado por obreros, campesinos, jóvenes, mujeres, indígenas, afrodescendientes, profesionales y otros; con el denominador común de ser explotados por el capitalismo y oprimidos por el imperialismo. Unidos por una cultura, la cultura venezolana que es, en verdad, un rico collage de culturas o expresiones culturales de las distintas regiones del país y de esas clases y sectores sociales que forman el “ser” venezolano, que, a su vez, influye y es influenciado culturalmente por los pueblos de Nuestra América, que suman una riqueza mayor a nuestra condición de pueblo venezolano, latinoamericano y caribeño. Este pueblo venezolano único y diverso, es el sujeto histórico de la Revolución Bolivariana y tiene en la clase obrera su vanguardia para construir el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI. El trabajo para fortalecer todos los días la unidad del pueblo es una tarea estratégica de primer orden; pero sobre todo en estos tiempos en los que el imperialismo —enemigo principal de la humanidad— conspira y realiza operaciones de guerra psicológica y manipulación ideológica para romper la férrea unidad con la que nuestro pueblo, conducido primero por el Comandante Chávez y en los últimos años por el Presidente Obrero, Nicolás Maduro, ha resistido y los ha derrotado.
De allí que, es fundamental que la vanguardia social y política de la Revolución Bolivariana estreche todos los días la articulación con el pueblo en las comunidades, en los centros de estudio (liceos y universidades), en las fábricas y demás centros de trabajo, en los campos, ciudades y todos los espacios donde se desarrolla la vida social; espacios en los que nuestro pueblo delibera, diagnostica, elabora colectivamente programas, planes y proyectos para transformar la realidad y los ejecuta, controla y evalúa; es decir, se apropia de los medios de producción y de los medios de poder en un proceso de revolución permanente que desarrolla la conciencia política socialista y patriótica; es decir chavista. De allí nuestro reto como hombres y mujeres de vanguardia en cualquier espacio (gobierno, partido o movimiento social): siempre con el pueblo. Seguimos venciendo.