Entrevista al exdiplomático Wilmer Depablos
“Quiero denunciar el día de hoy la concreción de un segundo secuestro, con complicidad del gobierno de Cabo Verde, el 16 de octubre de 2021. Esto ocurrió cobardemente, a espaldas de los abogados y de la familia. Nos enteramos por su hermana, la única persona que pudo visitarlo algunas veces. La última vez que ella fue a verlo, uno de los guardias custodios le dijo: “aceleraron la extradición”. Mis dos hijas y yo somos para Cabo Verde personas non gratas y les impidieron ver a su papá. Nos negaron cualquier derecho, como se los negaron a él. Son unos cobardes…”; expresó Camilla Fabri, esposa del diplomático venezolano Alex Saab, durante un acto realizado en Caracas para pedir su liberación.
Wilmer Depablos, abogado y exdiplomático de Venezuela en uno de los países de la antigua Yugoslavia (Eslovenia), analiza para Cuatro F el significado del traslado a Estados Unidos del diplomático detenido en Cabo Verde el 12 de junio de 2020; cuando el avión en el que viajaba aterrizó para reabastecer combustible.
– ¿Estamos ante una extradición?
– La extradición es una institución del derecho internacional público, cuyo objetivo principal es garantizar los principios fundamentales del derecho a la defensa y debido proceso del o los sujetos objeto de la misma y que los Estados partes actúen bajo las reglas previstas para la misma. De ser así, supone un acuerdo, convenio o instrumento entre los Estados actuantes que previamente deben haber suscrito y ratificado. En virtud de lo antes expuesto, podemos inferir que no es posible hablar de extradición entre EE. UU. y Cabo Verde; pues no existe al día de hoy un instrumento de extradición entre ambos Estados.
– ¿Entonces cómo fue posible el traslado del embajador Alex Saab a EE. UU. y por qué Cabo Verde lo permitió?
– La respuesta a esa interrogante la conseguimos en el propio verbo de nuestro presidente Nicolás Maduro Moros, cuando explica que estamos ante un segundo secuestro de nuestro enviado especial y diplomático Alex Saab. Recordemos que el primero fue cuando el avión en que se trasladaba a Irán, aterrizó para repostar combustible y fue ahí cuando de forma arbitraria —sin orden judicial emitida conforme a derecho y en respeto al debido proceso— fue secuestrado por primera vez, violándole todos sus derechos humanos; pero además violando el derecho internacional, pues él goza de inmunidad diplomática concedida por el gobierno de Venezuela.
– ¿Tiene Cabo Verde algún tipo de responsabilidad jurídica ante lo sucedido?
– Por supuesto, los Estados también son sujetos de responsabilidad y se les puede condenar y llevar ante la Corte Penal Internacional por el uso y abuso arbitrario de su poder por violación de derechos humanos. De hecho, las propias Naciones Unidas (ONU) y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) le pidieron a Cabo Verde la liberación del enviado especial de Venezuela con estatus de diplomático por considerar que le fueron violados sus derechos fundamentales y porque además es una violación abierta y flagrante al derecho internacional.
– ¿Qué acciones se pueden ejercer ante esta violación de todas las normas del derecho internacional?
– No desmayar nunca en la lucha por la verdad y la justicia ante la actuación reiterada del mayor violador de derechos humanos del mundo. EE. UU., quien usa los derechos humanos para convertir gobiernos progresistas en dictaduras y poder justificar las invasiones que le convienen a uno de los monopolios que maneja el tráfico de armas. La guerra es el negocio más importante del imperio ante las crisis económicas y financieras que vive; teniendo claridad sobre esto hay que denunciar y acudir a todas las instancias internacionales posibles y denunciar a estos dos países EE. UU. y Cabo Verde, que se confabularon para secuestrar a un enviado especial y diplomático de Venezuela, como otra medida de chantaje al legítimo gobierno del Presidente Maduro y a su digno pueblo. Considero que se debe consolidar un fuerte movimiento mundial que permita llevar a cada rincón del mundo esta arbitrariedad y que sea rechazada. Los gobiernos del mundo deben levantar sus voces en rechazo a este secuestro y verse en el espejo, porque hoy la víctima de dicha actuación arbitraria esVenezuela, pero mañana puede ser cualquier otro país. No podemos desmayar ante tan vergonzosa actuación de estos dos gobiernos.
– ¿Qué llevó a EE. UU. a actuar de esta forma?
– Recordemos que la arbitrariedad y el abuso es parte de la naturaleza del hegemón del norte; como lo ha descrito en reiteradas oportunidades nuestra digna Vicepresidenta, Delcy Rodríguez. Considero que hay que concatenar varios elementos: la exhortación hecha por la ONU, la condena de la CEDEAO, las elecciones que se llevarían a cabo el día antes del secuestro y que el entonces gobierno de Cabo Verde perdería de antemano dado el castigo del pueblo a su servilismo al imperio norteamericano y las declaraciones del candidato de la oposición quién hizo público que al ganar reivindicaría a Cabo Verde ante semejante violación de soberanía.
– ¿Existen precedentes similares que se conozcan de un secuestro de un diplomático por parte de EE. UU.?
– No; pero su desesperación ante el avance en la mesa de diálogo que se estaba llevando en México les hizo entrar en una evidente desesperación. Antes quisieron saborearla simulando que respetarían el diálogo, pero eso es parte del doble rasero, doble discurso o doble jugada. Conscientes estaban que este secuestro traería consecuencia; como efectivamente se vio cuando el diplomático con poderes plenipotenciarios para actuar en México, Jorge Rodríguez, hizo pública la suspensión del diálogo por violación a los principios básicos del derecho internacional y a los acuerdos mínimos de respeto en la mesa. Aquí es importante recordar que para EE. UU. es normal actuar de forma arbitraria cuando de sus intereses se trata, basta recordar los casos de Julian Assange, Edward Snowden y Chelsea Manning; solo por citar tres de sus más recientes actuaciones a la luz del derecho internacional y violación de los más elementales derechos humanos.
Para finalizar, Wilmer Depablos enfatiza que “Alex Saab es y será un referente para todos los que hemos estado y estamos representando a nuestro pueblo y gobierno en funciones diplomáticas, su nombre ya está escrito en las páginas de nuestra historia política, por lo que no desmayaremos en su defensa. Alex Saab no está solo, hay un pueblo que le acompaña, toda nuestra solidaridad para él y rechazo al imperio secuestrador”.