Buen día, estimados compatriotas. Por aquí me encuentro nuevamente con ustedes. Esta vez vengo con un tema de alta controversia, se trata de una carta dirigida al gobierno de EEUU, donde 25 ciudadanos habitantes de Venezuela, vinculados a los sectores económicos, sociales y académicos -uno de ellos: Luis Vicente León– solicitaban el levantamiento de las sanciones; fue publicada por el periodista de la agencia The Associated Press (AP), Joshua Goodman, el 14 de abril; obtuvo respuesta dos días después (el 18/04/22) por parte de 68 férreos opositores al gobierno, solicitando al gobierno de EEUU que más bien refuerce dichas sanciones. La llamaré contra-carta.
Para conocer cómo se han venido aplicando esas sanciones de forma sistemática y permanente sobre nuestro país puede leerse en internet el informe de la Relatora Especial de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Alena Douhan, quien investigó el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales en los derechos humanos de la ONU y realizó una cronología de las sanciones que han tenido como fin asfixiar la economía venezolana, violando así los tratados del derecho internacional.
Intentaré dar respuesta como un simple ciudadano venezolano, igualmente afectado por esas sanciones. Primero, en la contra-carta noté como atacaron de inmediato a quienes tomaron la iniciativa de la carta alegando, de entrada, que tenían intereses personales. Me pregunté ¿Quién no tiene intereses personales en la vida? Luego, esos intereses personales estarían promoviendo que también se beneficie el país -si se levantaran las sanciones-.
Por otra parte, ya he expuesto como en EEUU todo su sistema político-financiero-legal se maneja mediante lobbies, de esta manera no tiene nada de extraño que quienes viven en Venezuela, para intentar conseguir lo propio, hagan pública en prensa internacional una carta expresando que se «superen las presiones políticas internas» para permitir el avance en las negociaciones que se han intentado hacer (dejando claro el embudo que conforman los lobbies, pues ahí dentro es que se encuentra el obstáculo). Ahora bien, ¿No se trata de eso la política? ¿Intentar llegar a acuerdos mediante la palabra dicha o escrita que beneficien a las partes?
Segundo, según entendí, en la carta también se intenta hacer un llamado de conciencia a un sector de la oposición que desea la apertura de las relaciones entre ambos países, donde se les insta a evitar caer en provocaciones de los adeptos que sólo desean perpetuar el calvario al que ha estado sometido el pueblo venezolano, desde la aplicación de las sanciones que, como reza la carta se aplicaron en vano, es decir «no lograron sus objetivos».
Tercero, me pregunté porque tendría el Presidente Maduro que aceptar “reformas políticas y electorales”, ¿cuáles reformas políticas? ¿Sugeridas por quien y con qué fin? Por no decir que, es curioso el hecho de solicitarle “reformas electorales” un sector que le desconocía como presidente -son críticos al actual gobierno-; entonces ¿porque mejor no negocian con algo tangible, concreto? Por ejemplo, porque en lugar de tratar de negociar con el Presidente Maduro la liberación de presos políticos, no buscan hacerlo planteando conseguir la liberación del diplomático Alex Saab, pues ya desde nuestro país se han dado concesiones: se liberaron dos estadounidenses presos y se anunció una reactivación del dialogo con la oposición.
Sobre el tema de solicitar el regreso a Venezuela de empresas petroleras y de otros rubros bajo términos de las mismas -y no bajo los términos del gobierno-, habría quizás que realizar un análisis exhaustivo sobre cuáles parámetros realmente benefician a ambas partes; por ahí asomaron que deben crearse «mecanismos libres de corrupción» entre oposición y gobierno para que pueda realmente beneficiarse el pueblo con los ingresos que produzca tal acción. Me parece bien que se acuerden que existe un pueblo.
Cuarto, concuerdo con el punto que, de permitir el regreso de ciertas empresas, podría buscarse la manera de que esto potencie realmente la producción propia (una debilidad estructural en el país). Y sobre que eso “generará empleo” habría que acotar que clases de empleos serían y bajo qué tipo de remuneración estarían, pues, el problema de base, siempre ha sido la explotación de la energía física e intelectual de los trabajadores a costa de un nivel de ganancias exorbitantes para el empresario y mucho más en esta era de hiper-explotación proveniente del entramado cada vez más unificado de las grandes corporaciones llamado Corpocracia.
Al respecto, cabe recordar al multimillonario Elon Musk, considerado el mes pasado por la revista Forbes como «el hombre más rico del mundo», contando con una fortuna de unos 219.000 millones de dólares, quien acaba de adquirir para su imperio personal a la red social Twitter ¡Menudo poder! Por supuesto, ya he mencionado en otros artículos el peligro de que se concentre en manos de unos pocos la banca, empresas productoras de alimentos, las tecnológicas y comunicacionales. Un dato curioso es que, cuando uno se da un paseo por las redes sociales, personas como él, que tanto poseen, siempre le dicen al público las posibilidades de “superación personal y financiera” que todos podrían lograr si siguen sus consejos, a través de una mediática –que ellos controlan- donde pocas veces dirán la verdad sin mezclarlas con mentiras -para su total aceptación-.
Continuando con el tema inicial, es interesante destacar que, la contra-carta enviada después (la de los 68 opositores) iba encabezada por el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma, quien está prófugo de la justicia venezolana desde el 17 de noviembre del año 2017. Recordemos que en el año 2015, a este dirigente opositor se le detuvo por los delitos de conspiración y asociación para delinquir, luego de un plan de intento de golpe de Estado llamado «La Salida» planificado con sus secuaces: María Corina Machado y Leopoldo López (que dejó 43 venezolanos muertos) y aun así, debido a una operación quirúrgica que se le practicó había recibido el beneficio de casa por cárcel, el cual violentó en esa fecha huyendo a Colombia. Actualmente reside tranquilamente en España junto a su familia.
Es así como adicionalmente, llamó mi atención un segmento de esta contra-carta, donde se insta a EEUU a no ser cómplice de:
Necesidades coyunturales de determinados factores pretenden convertir a las instituciones de EEUU en encubridores del asesinato a sangre fría de cientos de ciudadanos, quienes salieron a las calles únicamente a pedir libertad y, reclamar el presidio sin juicio de más de 300 venezolanos. No permita que el país paladín de los DDHH en el planeta se convierta en cómplice de estos crímenes, ya que no habrá narrativa eficaz ni suficiente propaganda pagada que sea capaz de ocultar esta realidad. [Negritas mías]
Sin caer en un juego de ping pong, para nadie es un secreto que este “país paladín de DDHH” ha invadido países y/o incitado cruentas guerras en gran parte del globo terráqueo con sus nefastas consecuencias. Por demás, me sacó una sonrisa como alegan abiertamente que EEUU ha pagado propaganda para ocultar realidades en su beneficio ¿eso no quedaba entre ellos? ¡Je!
Ni que decir de cuando mencionan la palabra “nosotros” quienes la firman aceptándose como venezolanos -cuando les conviene-, pero la mayoría –por no decir todos ellos- ni siquiera viven en el país y por demás contribuyeron a sentar las bases de miseria en la población -que el Proyecto Bolivariano del Presidente Chávez tuvo que levantar desde el subsuelo- para devolver la dignidad a todas esas personas olvidadas en el tiempo; cuan cómodo ha de ser estar, desde esos países foráneos, bajo la luz de la luna degustando un jugoso filet mignon y un Cabernet Sauvignon Screaming Eagle mientras le piden al Presidente Biden y a la administración que le acompaña, no sólo no levantar las sanciones a Venezuela, sino que las refuercen, para quedarse observando, de forma parca los resultados, como sí Venezuela fuera un metaverso.
Con el mayor descaro se atrevieron, incluso, a asegurar que en el país jamás hubo bloqueo para compra de medicinas o alimentos, lo cual también puede desmentirse al visitar la página del canal Telesur Cronología de las sanciones unilaterales de EEUU contra Venezuela o leyendo fragmentos de los informes de Alena Douhan:
Las sanciones introducidas por Estados Unidos desde el 2015 contra Venezuela provocaron severos déficit en el país, «me preocupa las agresiones ilegales que causan sufrimiento en la población venezolana», expresó… Para Douhan, los mecanismos para resolver los conflictos no es «utilizar las fuerzas, ni las sanciones, sino instituciones capaces de llegar acuerdos adecuados para atraer a la Ley y buscar una soluciones idóneas». [Negritas mías]
A modo de conclusión, tenemos que permanecer alertas ante cada acontecimiento nacional e internacional que se presente camaradas, aprender a entender el trasfondo de las acciones opositoras para poder predecir lo que viene –nada ocurre de gratis-. Visto todo esto, bien vale cerrar con una frase de la escritora Sonia Menéndez: “distancias honestas valen más que cercanías hipócritas”. Y así es. ¡Gracias por leerme!
¡Hasta el próximo artículo!
Freddy J. Gutiérrez González
@freddygutierrezgonzalez