Los BRICS preparan moneda de reserva internacional
Ya no hay duda, el mundo va a la multipolaridad. Ni los más acérrimos defensores de la primacía occidental cuestionan que finaliza un periodo histórico.
Nuevas potencias emergen; pujan por un mundo multipolar, pluricéntrico; por un mundo más justo en sus intercambios comerciales, en la forma de dirimir los conflictos, en donde no exista avasallamiento, en donde la tolerancia se viva diariamente. En suma, donde se respete la Carta de las Naciones Unidas.
Es difícil, hay muchos intereses de por medio. Desde las grandes corporaciones globales, los altos mandos en las fuerzas armadas de diversos países, especialmente en el Pentágono, donde han hecho de la guerra un muy lucrativo modus vivendi.
Pero, finalmente los dueños de las grandes fortunas, de las grandes corporaciones, los que encarnan grandes intereses; son pragmáticos, prefieren ceder algo para preservar el grueso de sus ganancias.
Ya hablan de un “reseteo” del sistema, de darle “rostro humano” al capitalismo. No lo hacen porque de un momento a otro se volvieron generosos, o tomaran consciencia de los escandalosas inequidades que sus negocios, sus modos de producción, generan.
La verdad es que, en el último documento del Foro de Davos lo dicen; notan que se está “erosionando la cohesión social”.
De otro lado, personajes de probado predicamento e influencia en el mundo anuncian que, con la Pandemia del Coronavirus, con la operación de desnazificación de Ucrania, y todo lo que ella implica;, el llamado mundo unipolar llegó a su fin.
Uno de los que más énfasis hizo en ello es el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Durante el discurso principal del Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF), que se inició el 15 de junio, dijo, entre otras cosas, que pese a los esfuerzos de los mandatarios del llamado “occidente”, el mundo evoluciona hacia la multipolaridad.
Los llamó arrogantes y anacrónicos, los acusó de “tratar de contrarrestar el rumbo de la historia pensando en términos del siglo pasado… Las naciones del ‘billón de oro’ siguen considerando a todos los demás países como sus colonias de segunda categoría, viven en un mundo ilusorio y se niegan a ver los cambios globales”.
En otro momento de su discurso señaló que “es un error creer que durante esos cambios fundamentales alguien trate de esperar que baje la marea, que todo vuelva a la normalidad; y que todo siga siendo como antes. Eso no ocurrirá. Sin embargo, parece que las élites gobernantes de algunos países occidentales viven en ese mundo ilusorio, no quieren notar cosas obvias; sino que se aferran obstinadamente a la sombra del pasado».
«No hay nada eterno. Además, nuestros colegas no solo niegan la realidad, sino además intentan ignorar el curso de la historia, piensan en categorías del siglo pasado, están cautivos de sus propios conceptos erróneos», aseveró.
El líder ruso hizo ver los errores de cálculo, en materia económica, que han cometido quienes atacaron a Rusia a partir del conflicto generado por Estados Unidos, vía Ucrania, pretendiendo arruinar su economía, recurriendo a presiones que se revirtieron.
Hizo ver que “en las últimas décadas surgieron nuevos centros económicos en el planeta, cada uno de ellos desarrolla sus propios sistemas políticos e instituciones públicas, implementa sus propios modelos de crecimiento económico y, por supuesto, tiene derecho a protegerlos, a garantizar la soberanía nacional”.
«Aquí ya no funcionan los patrones. Los patrones que de manera burda y sin alternativa alguna se imponen desde un centro único. El fallo se encuentra en la idea misma, de que existe una sola potencia, aunque muy fuerte, con un círculo limitado de Estados cercanos o como dicen, avasallados por ella», expresó.
En ese sentido, llamó «locas e irreflexivas», las “sanciones” que pretendieron pulverizar la economía rusa. Dijo que el efecto fue contrario, que la reputación y credibilidad de quienes pretendieron perjudicarlos quedó resquebrajada, que las divisas de EEUU y la UE, sufrieron pérdidas.
Acusó a la Unión Europea de haber perdido su soberanía política, de haberla dejado en manos de unas élites burocráticas, las que residen en Bruselas, quienes, siguiendo las huellas de Washington, perjudican a los propios europeos.
Como es obvio Putin dijo que estos personajes, con la complicidad de toda la casta política, han puesto muy caros los precios de la energía, los alimentos y combustibles.
De hecho, diversos analistas sitúan en unos 400 mil millones de dólares las pérdidas en la UE por plegarse a las sanciones contra Rusia.
El 22 de junio, durante su intervención en el Foro Empresarial de los BRICS, Putin anunció que «el volumen de los suministros de petróleo ruso a China y la India está creciendo notablemente. La cooperación en materia de agricultura se está desarrollando rápidamente. Rusia exporta volúmenes significativos de fertilizantes a los países BRICS…Las empresas rusas de tecnología de la información están ampliando sus operaciones en la India y Sudáfrica.
Reiterando sus críticas a «occidente», manifestó que «los socios occidentales ignoran los principios básicos de la economía de mercado, el libre comercio y la inviolabilidad de la propiedad privada y aplican políticas macroeconómicas esencialmente irresponsables; como la puesta en marcha de la impresión de dinero, las emisiones incontroladas y la acumulación de deudas sin garantía».
Y, en un anuncio que activó las alarmas de Washington y los centros de poder, dijo que el BRICS considera la posibilidad de crear una moneda de reserva internacional. «Se está estudiando la posibilidad de crear una moneda de reserva internacional basada en una cesta de monedas de nuestros países», aseguró Putin.
La historia no puede detenerse, finaliza la unipolaridad y empieza la multipolaridad. Nuevos vientos soplan para la humanidad, parece que son mejores.