Poema del maestro Jesús Enrique Guédez
Te molesta que se levante de madrugada
a buscar la botella de aguardiente
que dejó al sereno entre las yerbas
Te molesta que le ponga agua a los pájaros
para que beba y se bañe la pareja
que esta tarde trajo a su hijo
Te molesta que haga juguetes
para los niños con taparas y concha de jobo
Te molesta que acaricie la vejez
Con ungüentos aromáticos
Te molestas que sea negro, indio
O un poquito menos blanco
Te molesta su ignorancia
De tus furias posesivas
Te molesta que la historia
Sea su historia y no la tuya
Te molesta que su belleza
No sea la belleza de tu estética privada
Te molesta que como vive muera, sereno
Te molesta que ame y sea amado
Sin dinero
Te molesta que está jubilado,
Reciba una pensión para comer
Y no heredó ni deja herencia
Te molesta que orine detrás de la casa
Cuando llueve
Te molesta que no lea los periódicos
Pero le gusta que le cuenten los crímenes
Te molesta porque no se molesta
Cuando lo llamas horda, turba y asesino
Y te mira como si nada
Te molesta que se alegre con el tam-tam
Y baile hasta el amanecer
Molestia aparte, a mí tampoco me molesta
No molestarme por tus necias molestias
Que no te dejan ver el sol hoy ni mañana
Que mueres molesto, desgraciado en penumbra