“Para el futuro podemos esperar acercamiento, encuentro, crecimiento, desarrollo, construcción de riqueza virtuosa, transparente, buena, idónea”. El embajador de Venezuela en Colombia, Félix Plasencia, no ahorró palabras para expresar su optimismo respecto al porvenir de la relación bilateral, retomada luego del oscuro paréntesis del gobierno del ultraderechista Iván Duque.
Ante el presidente Gustavo Petro —el miércoles 7 de septiembre— Plasencia presentó sus cartas credenciales como jefe de la misión diplomática venezolana; completando así una serie de actos y gestos que ponen en evidencia la determinación de ambos gobiernos para restablecer los lazos rotos por el afán del uribismo de ser el ejecutor de las políticas de “cambio de régimen” de Estados Unidos para Venezuela.
Las dos naciones viven un momento estelar de reconciliación, luego de sufrir uno de los ciclos más negativos y tortuosos en su historia común.
El acto realizado en el Palacio de Nariño, con toda la pompa protocolar, dejó claro que Petro está resuelto a rescatar las relaciones con el gobierno constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, después del extravío de más de tres años en el que Colombia se sumó a la comparsa de Washington para desconocer al presidente Maduro y montar la tramoya del supuesto gobierno interino.
Del lado venezolano, también ha sido notable el esfuerzo para dejar atrás este tiempo de ignominia; en el que el gobierno colombiano se convirtió en anfitrión y protector de dirigentes de ultraderecha claramente vinculados a planes insurreccionales. En ese período, Colombia fue cabeza de playa para operaciones violentas como el intento de magnicidio de 2018; el plan de invasión utilizando la excusa de la ayuda humanitaria, en febrero de 2019; y la fallida invasión mercenaria en mayo 2020. El anterior gobierno neogranadino también perpetró, en complicidad con líderes opositores venezolanos, el robo de la empresa Monómeros, que además fue llevada a la quiebra por la directiva usurpadora.
Una prueba de la voluntad de Venezuela de hacer borrón y cuenta nueva es precisamente la jerarquía del embajador enviado a Bogotá, alguien cuyo anterior cargo fue el de ministro de Relaciones Exteriores en un período breve pero muy complicado en el ámbito global.
“El recibimiento del presidente Petro al emisario, representante del gobierno de Venezuela, encierra una gran importancia; pues ayuda a recuperarnos de un desencuentro mal construido e irresponsable que nunca debió suceder, y que ahora vamos a empeñarnos en superarlo, viendo hacia el futuro para favorecer a este pueblo; que es el mismo de La Guajira, de los llanos, de las montañas andinas, de la selva amazónica, del Arauca —dijo Plasencia durante un contacto con Venezolana de Televisión, horas después de la reunión con Petro—. Venezuela y Colombia tienen un compromiso histórico profundo con nuestra región, y desde aquí, como una referencia para la paz, para la solidaridad, la integración, la cooperación hacia el resto del mundo”.
Señaló que la entrega de las cartas credenciales puede parecer meramente protocolar y diplomática, pero es un hito histórico “porque marca un desde ahora, un a partir de este momento. Nos enaltece que Petro nos haya recibido en el palacio de Nariño justo a un mes de su juramentación”, dijo el embajador.
“Tuvimos la oportunidad histórica de cumplir con la instrucción del Presidente Nicolás Maduro que muestra su empeño de acercamiento, de paz, de solidaridad, de integración, un sentimiento que él lidera desde Venezuela para todos los países hermanos de América Latina y el Caribe. Aquí en Bogotá fuimos recibidos por el presidente Petro para cumplir con la entrega de las cartas que me acreditan como embajador ante la República de Colombia. Un evento solemne, importante, que confirma el empeño nuestro de hermandad entre gobiernos solidarios que apuestan por un compromiso hacia el ciudadano, hacia el pueblo, hacia la meta de mejorar y dignifica la vida de nuestros compatriotas”, puntualizó Plasencia, quien expresó que para él ha sido un honor participar en dicho evento, representando al pueblo y al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ante el pueblo y el gobierno de Colombia.
Los temas
Con respecto a los asuntos que han ocupado sus conversaciones con Petro, con el canciller, Álvaro Leyva Durán y con el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña Mendoza; Plasencia señaló que en la agenda han estado todos los temas “que son del interés de nuestros pueblos”, y reiteró que el compromiso de Venezuela es trabajar por la paz de Colombia y en la integración de dos países fundamentales en el concierto de América Latina y el Caribe.
“Identificamos asuntos que deben ser atendidos de manera inmediata, como el acercamiento de nuestras naciones con la trascendencia y el empeño digno de una relación histórica. Abordamos temas de relevancia para los dos países como que esta región nuestra se mantenga en paz, en tranquilidad, para así poder construir una ruta de dignificación y mejoría para la vida de los colombianos y los venezolanos. Hablamos de las comunidades de colombianos que residen en Venezuela y de venezolanos que hacen vida en Colombia. Son todos asuntos que nos conciernen, que nos importan y por los que vamos a trabajar 24 horas diarias, siete días a la semana”; aseveró.
“Tenemos que abuenarlo todo, estrechar unos lazos que son nuestros de toda la vida para construir hermandad entre pueblos iguales, entre el mismo pueblo, en realidad, para mejorar la vida de todos nuestros ciudadanos; de manera estrecha, unida. Somos dos gobiernos que pueden mirar al futuro por un camino conjunto para hacer de las dificultades un tránsito hacia la mejoría. Es nuestro deber andar y construir esas metas de amor, paz, tolerancia, inclusión. Los millones de colombianos que viven en Venezuela lo saben y pueden hablar de eso, y nosotros desde el gobierno bolivariano podemos hablar de eso porque lo profesamos hacia Colombia y hacia el resto de la comunidad internacional”, agregó el embajador venezolano.
Reciprocidad en cada detalle
Las dos cancillerías han planificado las agendas de tal manera que la reconciliación bilateral tenga episodios análogos de lado y lado. Así, el nuevo embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, también presentó sus cartas credenciales ante el presidente Nicolás Maduro y ha sostenido reuniones con el canciller, Carlos Faría, y con otros altos funcionarios del Estado venezolano.