Venezuela y Colombia se preparan para la apertura fronteriza, prevista para el próximo 26 de septiembre tras siete años de cierre. “Se están afinando todos los detalles para que este primer paso sea auspicioso para avanzar hacia una apertura total, absoluta y libre de toda la frontera entre Colombia y Venezuela”, informó el presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien no dudó en señalar que la reactivación de las relaciones entre Caracas y Bogotá resultará favorable para ambas naciones y agradeció a su homólogo, Gustavo Petro, por contribuir a dar este significativo paso.
Luego de la victoria de Petro, ha sido posible restablecer relaciones diplomáticas entre ambas naciones, acto que se formalizó con la llegada del embajador colombiano, Armando Benedetti, a Caracas y del embajador venezolano, Félix Plasencia, a Bogotá.
En esta nueva etapa, uno de los hechos más significativos ha sido la recuperación de la empresa Monómeros, filial de PDVSA, ubicada en Barranquilla, Colombia, que desde 2019 estuvo controlada por una junta directiva que desconocía al Presidente Maduro, y obedecía al opositor Juan Guaidó; autoproclamado presidente de Venezuela y reconocido por el gobierno de Estados Unidos y sus aliados, entre ellos el expresidente colombiano, Iván Duque.
La recuperación había sido anunciada por el Embajador Benedetti. “El presidente Petro, al reconocer a Maduro, reconoce que el dueño (de Monómeros) es el Gobierno venezolano. Eso ha traído alguna complicación con Estados Unidos, pero siempre se dijo a Estados Unidos, a sus embajadores y consejeros económicos (…) que esa empresa se le va a devolver a Venezuela, de acuerdo con nuestra reglamentación”, aseguró el diplomático.
“Monómeros es un activo de Venezuela, jamás y nunca debió estar en manos distintas de las de su dueño legítimo”, comentó el ministro de Petróleo de Venezuela, Tareck el Aissami.
Recuperación que sucedió luego de que la Cámara de Comercio de Barranquilla aprobara la junta directiva para Monómeros propuesta por el presidente Nicolás Maduro. El lunes 19 de septiembre se firmó el documento que oficializó el nombramiento de la nueva junta directiva, presidida por Ninoska La Concha, quien se desempeñaba como gerente general de Pequiven Oriente desde diciembre de 2020, donde obtuvo resultados tangibles de su gestión.
El superintendente de Sociedades de Colombia, Billy Escobar, dijo «ratificamos la voluntad del Gobierno venezolano en designar una junta directiva, y eso se corresponde a la legalidad que se maneja en el Estado colombiano con relación a los dueños de una empresa que tienen la posibilidad de escoger sus directivas».
Por su parte, el embajador Félix Plasencia comentó “se recupera el deber ser, el orden, la legalidad, el tránsito cierto de las cosas. Toda esa construcción malvada, equivocada, agresiva, que además, afectaba los intereses del pueblo venezolano y del pueblo colombiano, termina».
Basados en las medidas coercitivas unilaterales e ilegales impuestas por el gobierno de Estados Unidos contra Venezuela, Monómeros fue incluida en la lista negra de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de ese país; y en enero de 2019 le fue negada la entrada a Colombia al entonces presidente de la compañía, Ronald Ramírez, designado por el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, asumiendo el control de Monómeros una junta directiva nombrada por Guaidó.
Antes de la usurpación, en el 2014, la empresa daba utilidades entre los 10 y 20 millones de dólares al año y dominaba el 50% del mercado de urea colombiano.
En el 2019, bajo el control de Guaidó, fue detectado un déficit en el flujo de caja y se registraron pérdidas por unos 30 millones de dólares, según informó la Superintendencia Colombiana de Asociaciones, aunado al retraso de más de 45 días en los pagos a proveedores de materias primas y de servicios. También se ha denunciado abuso de poder y asesorías innecesarias, así como el aumento de salario a algunos empleados sin justificación. Se suma la venta de maquinaria en buen estado como chatarra y el gasto de los ahorros de la compañía.
El colapso de Monómeros afectó la agricultura colombiana que perdió rentabilidad y los precios de los alimentos se dispararon, incluidos los de producción nacional, escribió el pasado 12 de septiembre el presidente Petro en su cuenta Twitter, y agregó: «mientras resolvemos la recuperación de Monómeros, el Gobierno comprará fertilizantes en el exterior y los subsidiará».
La compañía, antes de la usurpación elaboraba los fertilizantes que necesita el sector agropecuario colombiano, y al año, tenía una capacidad de producir alrededor de 1,3 millones de toneladas de sustancias orgánicas e inorgánicas destinadas a la siembra a gran escala, con capacidad para generar más de 600 empleos directos y más de 1.300 indirectos. Generó ventas por un millón de toneladas en 2017, bajando a 600.000 entre 2019 y 2020 y a menos, sin brindar datos de lo que va de 2022, cuando se convirtió en una simple “revendedora” de materia prima.
“Vamos a recuperar nuestra capacidad instalada, a recuperar el sistema agrario colombiano y venezolano, y con un esquema de crecimiento sostenido en el tiempo”, se comprometió el presidente de la estatal Petroquímica de Venezuela (Pequiven), Pedro Rafael Tellechea Ruíz.
En los próximos días llegará a Barranquilla, procedente de Venezuela, el primer buque con insumos para continuar produciendo fertilizantes en Monómeros, ahora para generar divisas para el pueblo venezolano.