Occidente desesperado
El protagonismo del mundo migra hacia Eurasia, lo venimos diciendo, es cada vez más evidente. Como pocas veces en la historia, mandatarios y jefes de Estado de esa región ocupan mayores espacios en las plataformas mediáticas, así como en los medios de comunicación tradicionales.
El mundo estuvo pendiente, entre el 15 y 16 de septiembre, de la cumbre de la Organización de la Cooperación de Shangai (OCS), donde asistieron, como figuras principales, Xi Jinping y Vladimir Putin.
La atención inició, inclusive, antes que ambos mandatarios coincidieran el jueves 15. La prensa “occidental”, es decir, la funcional a los poderes hegemónicos en declive, Estados Unidos, la Unión Europea, destacó, desde el miércoles 13, como el presidente chino llegaba a Kazajistán, en la que fue su primera salida al exterior desde la irrupción del COVID 19.
De ese país siguió a Uzbekistán, donde se desarrolló la Cumbre de la OCS. Es bueno recordar que ambos países, ubicados en Asia Central, integran la Nueva Ruta de la Seda; proyecto central que Xi Jinping impulsó al iniciar su mandato.
El líder chino fue recibido por el presidente kazajo, Kasym-Jomart Tokayev; y luego del protocolo proclamó que las relaciones con el país de Asia Central gozan de un bienestar sin precedentes.
Pero mientras eso sucedía, en Estados Unidos no se quedaban quietos. Paralelamente, un comité del Senado aprobaba un proyecto de Ley de Política sobre Taiwán, que amplía significativamente la ayuda militar hacia dicho país.
La iniciativa incrementa las tensiones, pero para las empresas norteamericanas representará una ganancia de 4 mil 500 millones de dólares.
Eso no perturbó la agenda del jefe de Estado chino, y tal como estaba previsto, llegó a la cita donde lo esperaban las delegaciones de India, Kazajstán, Kirguistán, Rusia, Pakistán, Tayikistán y la anfitriona Uzbekistán, integrantes de la OCS.
CNN, que sigue con mucha atención la gira del mandatario chino, habló con Alfred Wu, profesor asociado de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur; sobre la determinación de Xi Jinping de hacer ese viaje, pese a que en pocas semanas se efectuará el 20º Congreso del Partido Comunista de China y algunas voces en su país le habían aconsejado que no era prudente su presencia en Uzbekistán.
Según el internacionalista, el gesto de Xi Jinping puede interpretarse como una señal de confianza y poder, de hacer saber que todo está bajo control.
De acuerdo a Wu, lo trascendental es que su presencia respalda a Vladimir Putin en el conflicto con Ucrania.
Eso es lo que preocupa a “occidente”. La unión entre ambos países, la solidez de sus relaciones. No olvidemos que Putin estuvo entre los pocos jefes de Estado que acompañó a China en sus Juegos Olímpicos de Invierno cuando fueron boicoteados por Washington y sus acólitos, el pasado febrero.
Recordemos que hace unos días, mientras se desarrollaba el Foro Económico Oriental, Gazprom, el gigante ruso, concretó otro acuerdo para suministrar gas a China; que será pagado en yuanes y rublos.
En opinión del citado Wu, la reunión entre Xi y Putin servirá para que el mundo sepa que los lazos entre China y Rusia se consolidan.
En efecto, reunidos los miembros de la cumbre de la OCS, Vladimir Putin dijo que “occidente” buscando perennizar la unipolaridad “ha adoptado una forma horrible”.
Aseveró que Rusia aprecia «la postura equilibrada de China respecto a la crisis ucraniana y las preocupaciones de Pekín al respecto».
Enfatizó que Rusia se adhiere firmemente al principio de una sola China y condenó las provocaciones de Washington en el tema de Taiwán.
«Los multifacéticos lazos entre nuestros países se están desarrollando activamente…El año pasado el comercio entre ambas naciones aumentó en un 35 %; hasta superar los 140.000 millones de dólares… A finales del año alcanzaremos nuevos máximos históricos y en un futuro próximo, como hemos acordado, aumentaremos nuestro volumen de comercio mutuo hasta los 200.000 millones de dólares o más», aseveró Putin.
A su turno, Xi Jinping expresó que junto a Rusia deben cumplir un rol de liderazgo y equilibrio en el mundo.
“Ante los tremendos cambios de nuestro tiempo a escala mundial, sin precedentes en la historia, estamos dispuestos, junto con nuestros colegas rusos, a ser un ejemplo de potencia mundial responsable y a desempeñar un papel de liderazgo para situar este mundo tan cambiante en la senda del desarrollo sostenible y positivo», agregó.
Estudiosos de la economía política afirman que los miembros de la OCS, donde también destaca la India, otro coloso económico y militar, comprenden casi la mitad de la población mundial y tienen más del 30 % del PIB global.
Reiteran que no son un bloque militar, pero tienen como principal objetivo fortalecer la seguridad en la región y la cooperación económica.
Irán, otra poderosa potencia regional, culmina los trámites para ser incorporado como miembro pleno de la OCS, esperándose que en breve Bielorrusia complete el procedimiento. Varios países del Medio Oriente también participan en calidad de «colegas de diálogo», entre ellos Egipto, Catar, Arabia Saudita.
La OCS viene desplazando al G7 en cuanto a influencia económica y política. Por cierto, los ministros de Economía del G7 se reunieron el 15 de septiembre; en simultáneo a la OCS. Afirmaron que intensificarán la presión contra Rusia y que dejarán la “ingenuidad” comercial respecto a China. Los titulares de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Japón, Francia, Italia y Alemania; se juntaron en el Palacio de Neuhardenberg, al este del país germano.
Desde Washington, John Kirby, coordinador de comunicaciones estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca; el mismo 15 de septiembre, “sugirió” a China que suprimiera su respaldo a Rusia.
Evidentemente esos pronunciamientos, llenos de retórica, por su nula efectividad en la realidad, son reactivos a lo ocurrido en Uzbekistán.
Washington y la Unión Europea, crecen en descrédito por su doble discurso, allí está el caso de Julián Assange, por la violación del derecho internacional con sanciones unilaterales, entre otras perlas.
Eso llevó a otros países que buscaran y encontraran mecanismos de protección y de encauzamiento hacia un mundo mejor, la OCS es uno de ellos.
El mensaje de la finalizada cumbre es claro: Rusia cuenta con el respaldo de la OCS en este conflicto que no es contra Ucrania, sino que es contra «occidente» y su expansionismo.
Por cierto, finalizando la cumbre, Rusia anunció que entregará 300 mil toneladas de fertilizantes, gratis, a países en desarrollo.