I
Desde mediados de agosto, y hasta inicios del presente mes, se desarrollaron como parte de los acuerdos del V Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y del IV Congreso de su Juventud (la JPSUV), intensas jornadas de renovación de todo el liderazgo de base de nuestra organización; jornadas durante las cuales fueron electas y electos 330.880 lideresas y líderes de calles, comunidades y Unidades de Batalla Bolívar-Chávez, así como sus equipos de trabajo.
Se trata, sin lugar a dudas, de un profundo ejercicio de democracia interna, que debe permitirnos entre otras cosas profundizar el trabajo político y social del Partido en el territorio, a partir del accionar renovado de mujeres y hombres que, imbuidas e imbuidos de la más genuina praxis chavista, están llamadas y llamados a organizar, unir y sumar.
En esa misma medida, estaríamos allanando el camino para seguir avanzando en el cometido de lograr hacer irreversible la Revolución Bolivariana, en una coyuntura en la que con toda seguridad continuaremos haciendo frente a las pretensiones del imperialismo estadounidense y europeo de tratar de dar al traste con el proyecto de amplias transformaciones que nos legara el Comandante Hugo Chávez.
II
Quienes militamos en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y, de manera particular, quienes han asumido recientemente el liderazgo de las estructuras de base, debemos poner todo nuestro empeño para, como lo establece la Declaración de Principios del Partido “…elevar la conciencia revolucionaria de la masa, organizarla y formarla…, elevar su nivel de conciencia filosófica, política, ideológica, moral y organizativa”; una labor para la cual resulta preciso tener presente en todo momento el amor que sentimos por el Pueblo de Bolívar y de Chávez, que en estos años de saña imperial se ha mantenido firme en la defensa de su revolución.
El Comandante Eterno lo expresó de la siguiente manera en las Líneas Estratégicas de Acción Política que propuso para el período comprendido entre los meses de enero de 2011 y diciembre de 2012: “Las circunstancias en que se desenvuelve la Revolución Bolivariana, …hacen necesaria la existencia de un partido que asegure la movilización electoral, pero, principalmente, la formación ideológica, la coherencia y la sincronización de las acciones populares (ofensivas y defensivas). El Partido tiene que ejercer su función como ´maquinaria electoral´; pero, principalmente, como instrumento para la transformación de la sociedad, desde los sistemas de dirección y gestión general del país hasta la cotidianidad ciudadana”.
De manera que, en esas circunstancias —que hoy se han visto recrudecidas en medio de la criminal arremetida con que ha actuado contra Venezuela el imperialismo estadounidense y europeo—, resulta preciso dedicar mucha más energía en el territorio, junto al Pueblo, a la batalla por superar definitivamente las situaciones que afectan su cotidianidad; siendo atendidas las demandas y problemas que este plantea, y consolidando el Poder Popular a partir de nuestra labor revolucionaria cotidiana.
III
El escenario político actual requiere que dirigencia y militancia del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) continúen asumiendo, con renovado fervor revolucionario, una batalla de proporciones como la antes referida, convirtiendo al Partido en propulsor de cada vez mayor participación y protagonismo del Pueblo; incorporándolo al sistema 1×10 del Buen Gobierno, potenciando la construcción de agendas concretas y mapas de soluciones a los problemas de las comunidades, y desplegándolo en el territorio para —precisamente— buscar respuestas a las situaciones que afectan el día a día de nuestra gente; una labor que estamos convencidos asumirán gustosamente las mujeres y los hombres que han sido electas y electos para estar al frente de las estructuras de base del Partido.
Se trata de seguir haciendo de estas instancias, poderosas herramientas que se ubiquen en la vanguardia de las luchas del Pueblo trabajador, y coadyuven, hoy más que nunca, a continuar haciendo del PSUV, en la coyuntura tan compleja que atraviesan el país y la humanidad, un sólido brazo del gran cuerpo de la revolución; como nos lo sigue diciendo el Comandante Eterno. Así, la labor de este poderoso brazo de la revolución (el Partido), estaría en mejores condiciones de apoyar y complementar el accionar político del Gobierno Bolivariano.
Y con esta reflexión vuelvo al líder histórico del proyecto de amplias transformaciones que tiene lugar en el país desde el año 1999, al cierre de este Sentir Bolivariano, a recordar su compromiso con el dolor del Pueblo; el mismo que debe animar el accionar de toda y todo militante del Partido de Chávez, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV): «Si a mí no me doliera el dolor del Pueblo, no podría seguir aquí; porque si no hubiera dolor todo sería mentira, seríamos unos farsantes porque…el dolor es producto del amor, del sentimiento, de la conciencia; y es de allí de donde proviene…la fuerza necesaria para enfrentar lo que haya que enfrentar, ¡hasta la misma muerte si tuviéramos que enfrentarla una y quinientas veces para abandonarlo todo por ser útiles a nuestro Pueblo! ¡Útiles! ¡Útiles!…Miren, ese es un valor, yo creo que el primer y más esencial de los valores éticos que cada uno de ustedes, que cada una de ustedes, que cada militante de nuestro partido debe cargar aquí —en la mente y el corazón— como una columna de acero, forjada en acero».
Nos corresponde, entonces, seguir asumiendo esta responsabilidad de enormes proporciones con mucho compromiso y dedicación; una labor en la que las nuevas generaciones tienen mucho que aportar, a objeto de terminar de edificar la Patria Nueva que nos legara el Comandante Hugo Chávez, y en la que no podemos dejar que nos distraigan, para continuar la marcha victoriosa de la Revolución Bolivariana.