La intensa lluvia y la tormenta eléctrica durante varias horas no presagiaba nada bueno, el desbordamiento de las quebradas en el norte de Maracay, dejó el doloroso saldo de tres víctimas fatales y destrozos en las casas, en las calles, una calamidad, el lodo, las piedras, imágenes dantescas…
La zona más afectada fue Palmarito, la avenida principal de El Castaño quedó irreconocible, se habla de más de 50 casas afectadas, enormes árboles y autos arrastrados por el torrente que bajó de la montaña, y todo esto cuando aún no salimos del dolor de lo que pasó en Las Tejerías.
Y en eso llegó el Presidente Nicolás Maduro en traje de campaña tomando decisiones en el mismo lugar de los acontecimientos, desplegó una fuerza de trescientos soldados, ordenó el empleo a fondo de maquinaria pesada para remover los escombros, informó al pueblo con celeridad, y recorrió la zona afectada por el deslave.
Maduro en El Castaño, junto a su pueblo, con la camarada Cilia Flores y la gobernadora Karina Carpio, y todos los equipos de la Gobernación y la Alcaldía de Girardot. “Hay que actuar en los dos frentes, en Las Tejerías y aquí en Maracay” instruyó el Jefe del Estado.
Ya a las tres de la tarde el Alcalde Rafael Morales había logrado llegar a la parte alta de Palmarito, tenía la información detallada de la tragedia en desarrollo, el despliegue fue inmediato, y pendiente de las otras zonas afectadas, porque también se produjeron preocupantes crecidas en las quebradas que atraviesan la ciudad.
Los maracayeros tenemos que aprender a vivir con nuestra selva tropical húmeda al norte y nuestro lago al sur.
El Presidente Maduro y el Primer Vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, están al frente de las tareas de atención a las familias afectadas, el humanismo radical en plena acción. La reconstrucción de las Tejerías avanza, y El Castaño se levanta con firmeza y con valor.