Amelyren Basabe/ Con el Mazo Dando
Versión Cuatro F
«Hallacas sin Chávez». En aquella oportunidad, una vez más la oposición venezolana se lanzó a la aventura de desconocer las victorias de la Revolución, así vimos entre los meses de diciembre del 2002 y febrero del 2003 cómo, a través de un paro petrolero, pretendió parar el país con el objetivo de que el presidente Hugo Chávez renunciara al poder otorgado constitucionalmente en elecciones.
El economista y profesor Gastón Parra Luzardo, en su libro La Apertura Petrolera: conflictos y contradicciones, metamorfosis de un proceso, publicado por La Universidad del Zulia (LUZ) en 1999, destaca que a partir del siglo XX Venezuela se insertó al sistema capitalista mundial como surtidor de materias primas en general y en mayor medida como proveedor de petróleo, teniendo en cuenta que logró zafarse en el siglo XIX de la dominación española; para luego caer en manos del imperio norteamericano.
Sobre esta primera situación, el país heredó del colonialismo español una pluralidad cultural representada en la mezcla de indios nativos, españoles y negros africanos; los cuales dotaron de una complejidad cultural y multirracial a toda la sociedad venezolana que dificultó la unidad política de su pueblo. Por otra parte, el Estado y las empresas petroleras trasnacionales han sido las estructuras más importantes e influyentes de la dominación extranjera y el desarrollo capitalista en el país, entre las cuales se han destacado por su avidez aquellas donde los intereses de EEUU se han mantenido presentes.
Añadió el economista Parra Luzardo que desde la llamada Doctrina Monroe en 1824, la injerencia de EEUU se fue incrementando con mayor fuerza sobre el país, pues aquella sociedad está sustentada en un alto consumo de energía fósil, donde Venezuela hizo las veces de uno de sus principales proveedores.
Los inmensos depósitos de petróleo ubicados en la geografía venezolana fueron explotados por diversas trasnacionales a partir del siglo XX, quienes saqueaban bajo la complacencia de los gobiernos de turno sus recursos naturales, llevándose toda la riqueza y dejando a un Pueblo explotado y sumido en la pobreza, señaló el economista Parra Luzardo.
En la misma visión, una investigación realizada por el profesor Carlos Villalobos llamada “El petróleo como negocio” en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 2005, explicó que “estas situaciones de saqueo sistemático de todos los recursos por parte de las trasnacionales, se llevó a cabo en colaboración con las clases políticas que sustentaban el poder del Estado; y en complicidad abierta con las trasnacionales y los intereses foráneos ajenos al país”.
De igual manera, mientras el Pueblo reprimido y dominado auspiciaba el triunfo electoral bajo una fingida democracia, el desempleo, el hambre y la injusticia social se acentuaban; al mismo tiempo que grupos políticos embelesados por el poder del dinero se repartían los pocos recursos que dejaban a su paso las trasnacionales.
Es con este antecedente que los conflictos y la polarización comienzan a presentarse constantemente y de forma reiterada en todas las esferas de la sociedad venezolana. Igualmente la situación económica colapsa en repetidas oportunidades, y ya para 1983 se da un proceso de ajustes económicos que se conoció como Viernes Negro acreditado de esa manera por la devaluación abrupta de la moneda nacional.
Tal como lo comentó el profesor Luis Lander en su artículo publicado en la revista venezolana de Economía y Ciencias Sociales de la UCV en 2004, llamado La Insurrección de los gerentes: PDVSA y el Gobierno de Chávez, que las contradicciones sociales, económicas y políticas empeoraban con el pasar del tiempo y para 1989 se da la primera señal que indicaba que el Pueblo ya no se contentaba más con el pan y el circo al que estuvo acostumbrado. Igualmente con los ajustes dictados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) implantados por el segundo gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez (CAP), las políticas de shock del neoliberalismo económico tocaron con mayor contundencia el estómago del pueblo.
Relató el profesor Lander que “este primer despertar desembocó con el llamado “Caracazo” donde el pueblo asfixiado por el aumento de los precios de los alimentos, los servicios básicos, el transporte y nuevas políticas fiscales se lanzó a las calles para tratar de resarcir la inaguantable situación de pobreza en el que se encontraba. Asimismo, el aumento de casi el 100% del precio de la gasolina de un día para otro y otras medidas dirigidas al pueblo para sostener el déficit fiscal y la quiebra de toda la economía se hicieron presentes y con ello las incontables revueltas sociales”.
La respuesta, por parte del gobierno de CAP, fue entonces repeler brutalmente al Pueblo con el lanzamiento de todo el poder represivo del Estado y las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN), quienes dispararon y mataron a venezolanos cuyo único delito fue reclamar igualdad ante tal despotismo político.
Agregó el profesor Lander que la situación era entonces tensa y se agudizaba por las insurrecciones militares de febrero y noviembre de 1992, además de las situaciones de corrupción que desembocaron con la destitución del Presidente CAP en 1993, así el país entró en un período repleto de irregularidades en todos sus ámbitos, sufriendo también los desajustes de la economía mundial y la “crisis de la deuda” que embargaba a toda América Latina.
Posteriormente los siguientes gobiernos que llegan al poder por vía democrática se mantienen sumisos ante el FMI, mientras que se jugaba a la quiebra de la principal industria del país, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) y a la superproducción; para llevarla directamente a la independencia total del Estado y posteriormente privatizarla.
Para 1998 con la llegada del presidente Hugo Rafael Chávez Frías al poder, vino un viraje de tendencias nacionalistas, el Estado comenzó a ser reorientado en su accionar político entrando de inmediato en un desfase con PDVSA. La situación de los precios internacionales del petróleo y los bajos aportes al fisco por parte de la empresa estatal se sumaban al problema económico nacional. Ante esta situación, le tocó a Chávez pedirles rendimiento de cuentas a los directivos de PDVSA, por una cantidad de recursos que nunca justificaron, dando comienzo a un conflicto abierto entre ambos sectores de la dirección económica y política del país.