Por: Aldemaro Barrios Romero
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En contexto este 5 de marzo se cumplen 10 años de la desaparición física del Comandante Hugo Chávez. Desde que alcanzó el poder en Venezuela en diciembre de 1998, Chávez pasó a ser referencia en la política latinoamericana y global. Durante su presidencia, a pesar de la férrea oposición nacional e injerencia extranjera, sus logros en el ámbito gubernamental, transformación del Estado y programas sociales fueron reconocidos por la comunidad mundial.
Sus detractores apostaron que una vez ausente Hugo Chávez, se desvanecería lo alcanzado y surge la pregunta…
¿Sigue vigente su legado?
El legado Chavista
Hugo Chávez y toda su carga política transformadora representan el eslabón entre un siglo traumático de desesperanzas y una nueva era cargada de la emancipación social y de la liberación de los amarres imperialistas que contaron con unas clases políticas demagógicas que entregaron y siguen disponiendo de las soberanías a las pericias de la Reserva Federal de Estados Unidos que la conforman el FMI, BID y toda la estructura financiera del capitalismo mundial.
Chávez retomó los postulados fundamentales del Libertador Simón Bolívar desde su enfoque ético, filosófico y político que se resume en aquel pensamiento fundamental expresado en el Discurso de Angostura de 1819: «El sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política».
Así podemos decir que Chávez tenía una fundamentación doctrinal es decir un sistema de ideas bien fundado.
¿Por qué Chávez irrumpe como referencia mundial?
Por su estilo personal, pero también porque logró sintetizar el pensamiento liberador junto a un grupo de pensadores de vanguardia que proponían la transformación de un Estado rentista dependiente de las transnacionales norteamericanas y europeas a un Estado comunal de vocación social en la distribución de la riqueza pública, pluricultural, de justicia y de derecho como lo señala la Constitución Venezolano un Estado social de derecho y de Justicia.
Pero que además introdujo un alcance novedoso, aunque basado en una sustrato tradicional, de la manera de ver el mundo a través de un discurso épico (histórico-politico) religioso, místico y mitológico al interpretar las creencias ancestrales de los pueblos (las animas lo indígena etc)
¿Cómo Chávez logró emocionar a los pueblos?
Hugo Chávez nunca dejo de ser un hijo de maestros, nieto de una campesina llanera que le dio los vértices de su personalidad original, espontánea pero analítica, audaz y preventiva a la vez, pero sobre todo capaz y con sentido de poder. No tengo dudas que su formación militar contribuyó a forjar su personalidad política de estadista, además de la comprensión de una sociedad críticamente herida de deficiencias y en un periodo histórico de agotamiento de fórmulas políticas neoliberales, en medio de sus contracciones de clase en el contexto de una geopolítica de dominación y de control imperialista que ató las fuerzas productivas nacionales para frenar el desarrollo pleno de los estados.
Fue un hombre que por su personalidad espontánea y llana logró conectarse emocionalmente con un pueblo que demandaba un liderazgo en el que se pudiera ver y sentir como el espejo cultural a través del cual se canalizaran todas sus aspiraciones sociales y una fundamental: la felicidad posible.
Fue un político creativo, que podía atender a su hija Rosa Ines, conformar un gabinete con lo más excelso de la intelectualidad política y cultural, criticar con hirientes discursos las políticas injerencistas de EEUU como aquel huele azufre en la ONU, crear grupos digitales como Chávez Candanga y a la vez jugar beisbol con Fidel Castro en un partido amistoso entre Cuba y Venezuela.
Un hombre diverso y creativo como lo exigen el ejercicio político contemporáneo.
Algunas palabras claves para entender como Chávez con destreza espontanea logró la conexión emocional con el pueblo venezolano y latinoamericano fueron por ejemplo: Por ahora, yo soy responsable de los hechos, frijolito, escuálidos, “clara como la luna llena, la patria como referente afectivo”, es decir un discurso y un léxico apasionado y vehemente con una enorme carga simbólica con el cual se identificó y se identifica un pueblo.
Chávez rompió el mito del fin de la historia.
El contexto que le tocó vivir a Chávez y su manera de afrontar los mitos del capitalismo mundial fue no menos complejo, cuando había caído el muro de Berlin y el bloque socialista se fracturó, se hablaba de la panacea del mundo postmoderno con un escepticismo general, en cuestionarse la razón y la idea de lo relativo, la economía de mercado y sus aparente beneficios y placeres, el anticomunismo fascista en fin todo una «cultura» del capitalismo fue desmontada cuando Chávez comenzó a hablarle al mundo. Entrabamos en una nueva era.
Ante la idea del fin de la historia de Fukuyama, Chávez propuso historiar la política teniendo como principal protagonista una figura incuestionable desde el punto de vista ético filosófico Simón Bolívar con Simón Rodríguez y sus ideas presocialistas y un tema fundamental en la historia de América Latina y el Caribe la tenencia de la tierra, con un líder campesino del Siglo XIX Ezequiel Zamora y el fundamento de que la tierra es de quien la trabaja.
Chávez y la constituyente.
¿Por qué seguimos siendo una amenaza para EEUU?
Pues porque propusimos una trasformación social en concreto y de allí con Chávez, la necesidad de subvertir el Estado neoliberal por un Estado Comunal y eso tiene resonancia pedagógica en los pueblos de América Latina y el Caribe. Pero no es solo la promulgación de las leyes sino la aplicación práctica de los textos constitucionales.
Un ejemplo de ello es el tema de los DDHH ,el tratamiento de las protestas de calle, si visualizamos uno de los genocidios más extravagante del Siglo XX fue el Caracazo, 3 mil muertos por el uso desproporcionado de la fuerza pública para controlar la sublevación popular de aquel febrero de 1989, en contraste con la aplicación de uso proporcional y progresivo de la fuerza pública tanto en 2002 cuando las manifestaciones de oposición como luego en los hechos de violencia política promovidos por la derecha entre 2014 y 2017.
Los resultados estadísticos son reveladores y contrastantes.
La Rabo e´cochino de Chávez
Alguna vez Ali Boyer, un operador de máquinas pesadas, chavista radical guariqueño me dijo: “Viste a Chávez y su rabo e´ cochino”, por instantes lo asocié con el cerdo, el animal, pero no, es la curva que se lanza con una maña manual y la pelota gira en su propio eje, a la usanza de la cola de un cochino, como la torcedura de un tornillo tirafondo. Y es que no se trata de un léxico popular del baseball, era la capacidad del Comandante para conectarse emocionalmente con su pueblo, de hablar en términos sencillos, entendibles para las grandes mayorías. Fueron las tantas rabo e´cochino que le lanzó Chávez a un sistema decadente para poncharlo.
Presidentes como Rómulo Betancourt usaron morfologías del castellano que tenían giros “gimnásticos” como aquello de la “multisápida hallaca” o el “toronto” de Luis Herrera, pero eran ejercicios de un discurso político demagógico, en cambio con Chávez, su naturaleza y raíz popular en el uso del lenguaje “llano” no era rebuscado, era su práctica habitual, y me atrevo a decir que muchas veces con carga espontanea, sin estar consciente de la potencialidad comunicativa la jerga popular.
No recuerdo cuando soltó aquel adjetivo calificativo que hirió a la oposición en el corazón y lo “catalogó” en el lenguaje común a tal punto de generalizarse como marca: escuálidos. Los calificó en su justa dimensión y aunque la oposición sigue usando redes y medios convencionales para mostrarse como mayoría, siguen siendo una minoría débil y esquelética.
El “Por ahora” de 1992, no creo que haya sido estudiado concienzudamente por Chávez ni su más cercanos colaboradores, tenía claro el objetivo pero esa frase fue espontánea igual que el asumir las responsabilidades de los hechos, algo que nadie había hecho hasta entonces.
Luego usó para calificar a su oponente electoral Enrique Salas Romer con el apelativo “Frijolito” para hacer una metáfora con un personaje secundario de la radio novela “Martin Valiente” de los años 70, muy popular en la generación juvenil que entonces fueron los votantes durante la primera campaña electoral de 1998. Y ya vieron ustedes los resultados, la más alta votación en la historia electoral contemporánea.
Chávez usó la metáfora hasta el final de su vida, como aquella expresión “clara como la luna llena” o cantar el himno del Batallón Bravos de Apure, “Patria querida” que solo los militares conocían y que él integró a la memoria colectiva del pueblo venezolano a tal punto que cuando lo oímos lo evocamos y recordamos a la patria en una simbología poderosa cargada de emocionalidad, eso es calidad emocional.
Este breve análisis no es solo del discurso o del léxico usado por Chávez en un espectacular carrera política, es una aproximación de la palabra popular vertida en la mente y la voz de un dirigente genial, creativo como razón de su andar revolucionario: Hugo Chávez Frías.