Nace la Gran Misión Mujer Venezuela, con el objetivo de garantizar, por parte del Estado, la protección social y elevar la inversión en todos los planes de atención a las féminas.
En El Poliedro, lleno de sonrisas y banderas, la ministra de la Mujer y la Igualdad de Género, Diva Guzmán, entusiasmó a la audiencia con un discurso que ha resumido y relanzado los logros alcanzados por la “revolución feminista” impulsada por Chávez, a diez años de su desaparición física. Por la mañana la habíamos acompañado al homenaje floral en el Cuartel de la Montaña; donde el comandante inició la larga marcha del proceso bolivariano con la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992.
Por un lado, grupos de invitadas, de varios estados de Venezuela o de otros países. Por el otro, un nutrido grupo de soldadas muy jóvenes. Mientras unas muchachas cantan las consignas acordadas durante la guardia de honor, ataviadas con el uniforme bolivariano. Entonces dejamos una rosa violeta sobre la tumba del Comandante, con los ojos húmedos por su recuerdo, y las esperanzas por realizar.
Ministra, ¿qué significa para usted estar aquí el 8 de marzo, a diez años de la partida física de Chávez?, le preguntamos. “Cada vez” –responde Diva Guzmán– “es una magia que se renueva, cada vez venimos aquí, no a llorar, sino a recargarnos de su energía. Nuestro Chávez ha hecho mucho para ayudarnos a avanzar en nuestra lucha que hoy, me dan ganas de decir, es un ejemplo de feminismo a nivel internacional. Y luego, como ven, aquí están representados dos lugares mágicos por excelencia, los estados Delta Amacuro y Amazonas”.
En fila, avanzamos, conmovidas, hasta la tumba. “Mira, dice la ministra, ¿cuántas muchachas tan jóvenes hay en las Fanb?” Ocho años después del decreto ejecutivo con el que Obama declaró a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria, ¿cuánto ha costado resistir el bloqueo? “Las mujeres” –responde Diva– “han estado presentes en todas las etapas de la revolución. Haber superado la condición de víctimas frente al imperialismo, nos ha hecho más fuertes para superar la condición de víctimas en las múltiples formas de violencia de género. El bloqueo fue una oportunidad para convertir lo negativo en positivo, para desarrollar cada vez más habilidades para superar todas las formas de violencia. Esta etapa del renacimiento es también un renacimiento de género, en este día tan importante».
A pesar de todas las dificultades, aunque las mujeres, como todo el pueblo, se han visto afectadas por la guerra económica –añade Diva–; la agenda feminista ha seguido adelante. Las mujeres han adquirido mayor conciencia de las tareas que les esperan y mayor poder. Un resultado visible también a nivel parlamentario; porque la Asamblea Nacional ha aprobado muchas leyes importantes, como la Ley de las Defensoras Comunales.
Con nosotras también está Lídice Nava, quien forma parte de la dirección nacional de la Unión Nacional de Mujeres y del Frente Feminista Nora Castañeda. Hoy, dice, “es una oportunidad para recordar los logros alcanzados por las mujeres revolucionarias en todo el mundo, y recordar a una gran feminista e internacionalista como Nora Castañeda, a quien dedicamos nuestro trabajo en el campo socioproductivo; en un ejercicio constante de la soberanía de la mujer, presente con su compromiso en todos los campos de la vida en Venezuela”.
Lorena Peña Mendoza, es presidenta de la Federación Internacional Democrática de Mujeres (Fedim). Ella vino de El Salvador, donde corre el riesgo de enfrentar una pena de prisión; luego de una operación de lawfare que el régimen de Bukele orquestó en su contra. “Estamos en presencia de un régimen neoliberal, fascista” –dice– “que está realizando una persecución generalizada, no solo contra la oposición política, sino también contra la población pobre. Un régimen de excepción que en 10 meses ha encarcelado sin juicio a 60.000 personas, 18.000 de las cuales son mujeres”.
Lorena, fue presidenta del parlamento por la Fedim: “Contra nosotras” –denuncia– “se está haciendo una operación de judicialización política para inhabilitarnos y desacreditar nuestra labor parlamentaria. De hecho, me acusan de haber desviado fondos para quienes no los necesitaban. Fondos destinados a proyectos de alfabetización de mujeres o de cultura comunitaria de los más pobres entre los pobres. Ellos son los corruptos, y nos acusan de corrupción porque no nos perdonan las políticas a favor del pueblo. Debemos denunciar el lawfare, que se está extendiendo en muchos países de América Latina».
A la entrada del Poliedro un grupo de trabajadoras, con una niña, bromean entre ellas; se llaman Dubraska, Maricela, María, Ana… Son parte de una fábrica estatal, fundada por Chávez, un Conglomerado Productivo de ropa y zapatos de calidad, dicen, de marcas venezolanas. Un fuerte antídoto contra la guerra económica. Una fábrica feminista, afirman, formada por “guerreras que no se dejan pisotear por los hombres”. Un poco más adelante, hay representantes de la Misión Madres del Barrio, provenientes de Anzoátegui.
Y luego las milicianas, las abanderadas del Psuv, las del movimiento Free Alex Saab, que vienen a testimoniar su cercanía con Camilla Fabri, esposa del diplomático secuestrado y deportado a EE.UU. El primer mandatario y la Primera Combatiente, Cilia Flores, también se dirigen a Camilla para elogiar su valentía en la batalla por la liberación de su esposo.
Acompañado de la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, Maduro hizo un importante anuncio, que nació –dijo– el año pasado, en el último Congreso de Mujeres: la creación de la Gran Misión Mujer Venezuela, con el objetivo de que el Estado garantice la protección social y eleve la inversión en todos los planes de atención a las féminas.
El jefe de Estado dijo que, “la mujer venezolana debe sentir todo el amor del gobierno, desde que nace, en todo su proceso de desarrollo y de crecimiento”.
Para organizar la Gran Misión Mujer Venezuela está la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez; acompañada de las ministras de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez; de Salud, Magaly Gutiérrez; de Educación, Yelitze Santaella; y el Estado Mayor de la Mujer venezolana.
“Ha llegado la hora –dijo Maduro– de unir todos los programas sociales, todos los presupuestos y poner a la mujer en el centro de atención; para que la mujer tome las riendas de la sociedad. En manos de las mujeres tenemos asegurado el futuro, tenemos aseguradas todas las victorias de la Patria”.