Durante el lanzamiento de la Gran Misión Juventud de Venezuela, las y los jóvenes le presentaron sus propuestas al presidente Nicolás Maduro para mejorar la calidad educativa, adaptándola a la nueva sociedad tecnológica; potenciar los servicios públicos, y en particular el transporte estudiantil; y construir espacios de mejor escucha, desde los cuales se puedan implementar ideas y propuestas. Acompañado de la Primera Combatiente, Cilia Flores, el “presidente de la alegría”, generó de inmediato un buen clima, combinando empatía y decisión.
Estuvieron presentes representantes de más de 50 sectores, quienes habían elaborado sus propuestas en numerosas asambleas en los territorios, siguiendo las indicaciones dadas por el presidente el 12 de febrero; fecha en la que se conmemora la Batalla de la Victoria, ganada por el General José Félix Ribas el 12 de febrero de 1814, cuando derrotó a las fuerzas realistas de Francisco Tomás Morales; con tropas revolucionarias formadas por jóvenes estudiantes y seminaristas.
Junto al ministro del Poder popular para el deporte, Mervin Maldonado, Grecia Colmenares, secretaria general de la Jpsuv, resaltó el espíritu de esa gran victoria, y destacó la alegría transformadora de la juventud con la que, dijo, podemos soñar en grande y vencer.
Organizar, unir, y sumar para triunfar. Con esta entrega, la juventud del Psuv se reunió nuevamente en Caracas para el Primer encuentro de los organizadores. Toda una tarde de debate y propuestas, todo coordinado por Pedro Infante, vicepresidente de Organización del partido. Además de los delegados de los 24 estados, al encuentro asistieron representantes de la estructura juvenil, y de las distintas salas situacionales, centrales en este año de preparación para las elecciones presidenciales de 2024.
Tras un análisis de coyuntura y balance del trabajo organizativo, Infante ilustró las líneas de trabajo para 2023: “Un año de organización para la victoria electoral en las próximas elecciones presidenciales, a las que debemos dedicar pensamientos y esfuerzos”, dijo. “Tarea que el partido debe realizar siempre escuchando al pueblo y construyendo con la base nuevos métodos de trabajo político. Es necesario fortalecer y difundir la línea del partido en todos los territorios, trabajar en conjunto con todas las estructuras, como los CLAP y las organizaciones comunales, con claridad pero sin prejuicios, clausuras ni demagogia”.
Del mismo tenor, el discurso de presentación de América Pérez, responsable de la organización juvenil del partido, –la Jpsuv–. Los jóvenes, dijo, renovaron sus formas organizativas durante su último congreso, pues el partido trabaja todos los días en las calles junto al pueblo, captando las necesidades y expresiones de los jóvenes en los territorios para atraerlos a la militancia.
Tanto Infante como Pérez destacaron los principios y valores que deben sustentar los militantes en la lucha por el socialismo, porque sólo si uno es fuerte en sus convicciones puede resistir las sirenas del capitalismo, que invitan a la corrupción y la desmovilización.
«Que quede claro que yo soy socialista, y no socialdemócrata ni nada parecido», dijo Diosdado Cabello, vicepresidente del Psuv, que acudió a concluir el encuentro. En su discurso, el capitán enfatizó el papel que juegan los laboratorios de guerra del imperialismo en diluir el choque de intereses en el campo (la supuesta despolarización) y en desmovilizar la militancia juvenil, en empujar a los jóvenes hacia el pesimismo, hacia la indiferencia y la parálisis. Estas agencias –dijo Diosdado– hacen un trabajo tan oculto como capilar, a través de sus ONG que actúan en los territorios y llegan a los jóvenes en sus lugares de agregación.
Desmovilizar y desmoralizar, ese es su trabajo, dijo. El capitán explicó la dura lucha del partido contra la corrupción, en la que –urgió– deben sumarse los jóvenes organizadores, captando a tiempo los signos del desvío en el cambio de hábitos y conductas de quienes se han dejado desviar. Hizo referencia al comunicado de la Policía Nacional Anticorrupción, que anunció una operación anticorrupción contra algunos funcionarios públicos, sospechosos de malversar dinero público.
El partido, dijo, debe estar atento y prepararse con escrúpulo, pasión y razón para la batalla electoral porque –especificó cuidadosamente– se trata de una elección presidencial, no de gobernadores o alcaldes. Hay que esforzarse –dijo– porque si perdemos la presidencia, la victoria en los estados y municipios no nos ayudará a mantener el rumbo y la derecha intentará llevar al país a los años aciagos de la Cuarta República.
Un período en el que los jóvenes eran criminalizados y perseguidos y la constitución que ahora defiende sus derechos era un cascarón vacío votado por las élites y desconocido por el pueblo. Diosdado recordó entonces la última batalla electoral del Comandante Chávez, diez años después de su desaparición física.
Cuando ya sentía los síntomas de la enfermedad que se lo llevaría –dijo– no quiso postularse. Pero luego se hizo los análisis, que resultaron estar en orden y decidió postularse. El tumor comenzó a atacarlo solo unos meses después, pero lograría ganar al menos esa última batalla al candidato de la derecha, Henrique Capriles, que ahora quiere volver a presentarse.
Diosdado captó la atención de las y de los jóvenes al relatar otros episodios poco conocidos. Habló del intento de Michelena de derrocar al Comandante con una trampa institucional, y del papel de Pedro Carreño y el suyo propio en descubrir ese plan. Hay que estar atentos a las trampas que puedan venir, tanto de dentro como de fuera, dijo el capitán, volviendo a subrayar la importancia de la elección presidencial: «Sobre vuestros hombros pesa el 80% del resultado», les dijo a los jóvenes.
Recordando las palabras del presidente Maduro, a quien el partido quiere acompañar a la reelección, el capitán dijo que el chavismo “es contacto humano: es el socialismo, nuestro socialismo, corregido por la crítica y la autocrítica para avanzar hacia una nueva y plena victoria».