Con cautela recomendable a la hora del análisis, se llevó a cabo la reunión de veinte delegaciones en Bogotá, capital de la República de Colombia, denominada «Conferencia sobre el Proceso Político en Venezuela», el pasado 25 de abril y cuya tónica ─al menos desde la visión del Presidente de Colombia, Gustavo Petro,─ era crear dos autopistas que condujeran a la realización de elecciones con todas las garantías y el levantamiento de sanciones contra nuestra patria.
Es evidente que la nutrida convocatoria obtenida por Bogotá, siendo un aspecto positivo, responde básicamente a un tema de realpolitik (pragmatismo) actual y no es otro que la necesidad de acelerar la reactivación de la República Bolivariana de Venezuela como seguro proveedor energético para el hemisferio occidental, en un escenario de angustiantes necesidades energéticas de oro negro y gas por parte de EEUU y Europa Occidental, esta última con reducciones significativas de sus stocks de reserva que para el fin de este invierno pronosticaban, de acuerdo a diversos estudios, una disminución de reservas de hasta 15%, lejos de su histórico ubicado en 35%.
El problema de esa posible reinserción de Venezuela al mercado petrolero mundial y al sistema financiero internacional, depende de cómo suceda y cuándo pueda suceder; especialmente considerando nuestra determinación férrea, demostrada en varias oportunidades, de no dejar tutelar nuestros intereses y sistema político en función de factores ajenos o intereses externos; sin negarnos en proyección a contribuir con el equilibrio energético mundial, desde una visión multilateral y de beneficio mutuo.
De todos modos, y al margen de lo anterior, dicha realidad no borra la necesidad de reafirmar la cautela; porque es muy claro que de una primera experiencia de este tipo, por lo general salen puntos coincidentes, otros no tanto; y la posibilidad de seguir explorando alternativas que conduzcan a dar viabilidad al proceso de diálogo entre una de las oposiciones y el Gobierno Bolivariano, suspendido hasta el momento.
Además es muy clara la gravedad, para un tema clave como la construcción de confianza, vista en el incumplimiento del Acuerdo Social para la Protección del Pueblo Venezolano, suscrito el pasado 26 de noviembre de 2022, y puesto en la mesa previa de esta reunión como una de las condiciones claves para viabilizar la reactivación del diálogo en México, tal como lo expuso el Presidente Maduro en su programa «Con Maduro +»:
«Si alguien de ustedes quiere o aspira que las negociaciones políticas entre este sector minoritario de la oposición, llamada la Plataforma Unitaria y el gobierno bolivariano de Venezuela, vuelvan a México, solamente tienen que hacer algo. En el comunicado oficial que ustedes aprueben pongan la exigencia de que el gobierno de EE.UU. deposite los tres mil 200 millones de dólares secuestrados en las cuentas bancarias que tenemos en el exterior para el plan social firmado en México en noviembre (…) Una vez que depositen vamos a México otra vez (…) Si no hay cumplimiento de los acuerdos en México, olvídense de ese camino (…) Porque si tu firmas un acuerdo es para cumplirlo».
Tal asunto pretendió incluso ser soslayado por la contraparte opositora, que emitió un comunicado obviando en todo sentido un tema vital ya que este Acuerdo Social, ni más ni menos, impacta directamente sobre preocupaciones del pueblo venezolano, anhelos, necesidades, exigencias propias de su cotidianidad y condicionantes de su desarrollo como la salud, la educación, los servicios, entre otros.
De hecho, tal es el socavamiento de esa confianza que el propio gobierno de EEUU emitió, a los días de firmado este Acuerdo, una comunicación remitida a Naciones Unidas, que mediante sus agencias encabezaría la ejecución de proyectos aprobados y dispuestos en este documento, para afirmar la imposibilidad de erogar dichos recursos con el firme propósito de sabotear el avance del proceso de diálogo en los Estados Unidos Mexicanos.
Además del cumplimiento de los términos del Acuerdo Social referido, el Gobierno Bolivariano añadió otros cuatro puntos: levantamiento total de las casi mil sanciones o medidas coercitivas unilaterales impuestas al país; devolución de los recursos del Estado Venezolano secuestrados en el exterior; cese del lawfare (judicialización de la política) en contra de Venezuela; especialmente en tribunales de EEUU y en la Corte Penal Internacional, y libertad para el diplomático Alex Saab.
En este contexto la reunión de Bogotá arrancó con las palabras de Gustavo Petro, quien en líneas generales esbozó sus deseos previos de llegar a puntos de acuerdo que liberen a las Américas de sanciones; haciendo nuevamente énfasis en el cuestionado sistema interamericano y su petición de que la República Bolivariana de Venezuela regrese allí:
«Parte del trabajo de hoy tiene que ver con definir si vamos hacia el amor o vamos hacia la guerra. La historia de América Latina está en nuestras manos. Lo que acontece en Venezuela, en Colombia, en Ecuador, en Perú, puede marcar un camino que vaya hacia la guerra (…) La propuesta del gobierno de Colombia es que debe fortalecerse el Sistema Interamericano de Derechos Humanos como nuestro gran pacto democrático. Le he pedido al gobierno venezolano que ingrese al Sistema, que abandonó en el año 2012, y que por allí podamos encontrar las fórmulas para una mejor democracia (…) La sociedad venezolana quiere no ser sancionada porque las sanciones han recaído sobre el pueblo venezolano y aquí lo hemos visto. Un pueblo en las calles de Colombia, huyendo del hambre. América no puede ser espacio sanciones. América tiene que ser espacio de libertades. En el caso venezolano, tenemos que ir sobre dos rieles: establecer el calendario de las elecciones y sus garantías, que el pueblo venezolano pueda decidir libre y soberanamente, sin presiones, pero también el otro riel del levantamiento de sanciones.»
Llamó la atención sobre este proceso las declaraciones del Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad, Josep Borrell, quien afirmó que en la misma medida que se evidencie un proceso de «normalización democrática» en Venezuela, deben levantarse gradualmente las sanciones económicas. A pesar de esto negó la participación directa de la Unión Europea en el proceso de agresión sancionatoria contra Venezuela, sabiendo que existen activos financieros congelados al país por parte de bancos europeos, como el caso del Novo Banco de Portugal que nos tiene secuestrados más de mil millones de dólares.
El desarrollo del debate, a puertas cerradas, expuso las posturas generales sobre el proceso de diálogo; así como los puntos esenciales de la negociación y, como era de esperarse, no concluyó en otra cosa que seguir explorando y estimulando esfuerzos al punto de realizar una segunda Conferencia de esta naturaleza; luego de establecer los puntos esenciales por cada parte.
Así quedó dispuesto a partir de la declaración, al término de esta reunión, dada por el Canciller de Colombia Álvaro Leyva, quien nos afirma:
«Con ocasión de la celebración de la Conferencia Internacional sobre el Proceso Politico de Venezuela que tuvo lugar el dia de hoy, se identificaron posiciones comunes en torno a los siguientes temas:
1. La necesidad de establecer un cronograma electoral que permita la celebración de elecciones libres, transparentes y con plenas garantias para todos los actores venezolanos. En ese sentido, se mencionó la importancia de tener en cuenta las recomendaciones de la Misión de observación electoral de la Unión Europea de 2021.
2. Que los pasos acordados a satisfacción de las partes vayan en paralelo con el levantamiento de las distintas sanciones. 3. Que la continuación del proceso de negociación facilitado por el Reino de Noruega que ha tenido lugar en México sea acompañada con la aceleración de la implementación del fondo fiduciario único para inversión social en Venezuela.
Representantes de un grupo de países que hicieron parte de la conferencia informaran al Presidente Nicolas Maduro, a partidos y sectores de oposición y de la sociedad civil; los resultados de la misma para su evaluación y comentarios.
Se procederá a convocar prontamente, en una segunda oportunidad, a las mismas delegaciones que atendieron la invitación del Presidente Gustavo Petro, a fin de hacer seguimiento a los desarrollos de lo alcanzado en el dia de hoy.
Sea la oportunidad para destacar que los presentes han recogido la intervención del presidente en horas de la mañana como punto de referencia para tener en cuenta en la ejecución de lo acordado.
Agradecemos a las veinte delegaciones de tres continentes su asistencia.»
Al hacer valoración de esta declaración, el Gobierno del presidente de la república, Nicolás Maduro Moros, emitió un comunicado destacando su posición y voluntad con respecto al proceso de diálogo, al tiempo de reafirmar los deseos de exitos de este tipo de esfuerzos tal como lo ratificó el propio Jefe de Estado.
Así se expresa dicho comunicado:
«El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela toma nota de las deliberaciones realizadas durante la Conferencia Internacional sobre el Proceso Politico en Venezuela, realizada el dia 25 de abril de 2023 en la ciudad de Bogotà, con la participación de delegaciones de distintos países convocados por el Gobierno de la República de Colombia.
Venezuela reitera la necesidad imperante de que sean levantadas todas y cada una de las medidas coercitivas unilaterales, ilegales y lesivas del derecho internacional que constituyen una agresión a toda la población venezolana y que obstaculizan el desarrollo la vida económica y social del pais. En este sentido, reclama la devolución de los activos pertenecientes al Estado venezolano ilegalmente retenidos por paises e instituciones financieras extranjeras.
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela reitera que el camino para avanzar en el diálogo político pasa por el cumplimiento a cabalidad del compromiso alcanzado en la Mesa de Negociación en México para la creación de un Fondo Social que, con la liberación de recursos pertenecientes al pueblo venezolano, contempla inversiones en salud, educación, servicios públicos y mitigación de riesgos, así como la inmediata liberación del diplomático venezolano Alex Saab, injustamente detenido en los Estados Unidos de América.
Está demostrado que el desarrollo de un país, el de su pueblo y el de sus instituciones constitucionales y democráticas, no se puede realizar bajo constante agresión, coerción y amenaza. Venezuela cree en la diplomacia de paz que se construye sin agresiones, con respeto y en condiciones de igualdad. Solo asi se pueden edificar relaciones constructivas, de cooperación y beneficio mutuo entre todos los pueblos del mundo.»
Durante su intervención en el programa «Con el Mazo Dando» el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, afirmó que dicha Conferencia estuvo cerca de una declaración final, de no haber sido por la arrogante y aislada posición de rechazo a los términos de Venezuela, hecha por la delegación del gobierno estadounidense en la mesa, actitud que truncó la posibilidad de tener algo más avanzado como conclusión.
Dispuestos todos los elementos, es claro que era imposible obtener un avance significativo en esta oportunidad; siendo apenas una Conferencia donde cada quien coloca sus máximas posturas proclives a reiniciar, o no, el proceso de diálogo.
Lo que si queda ratificado es el hecho de que la Revolución Bolivariana siempre ha tenido una manifiesta voluntad de conducir por caminos pacíficos, democráticos y adheridos a la Constitución Nacional; el proceso político en Venezuela, con un constante esfuerzo de pacificación nacional, como empeño recurrente del ejercicio político del Presidente Maduro en estos últimos diez años; donde hemos tenido que soportar, sufrir, derrotar y salir adelante ante todo tipo de agresiones; demostrando como pueblo que queremos paz y ninguna agresión, tal como lo expresó el propio mandatario, Gustavo Petro, en su intervención inicial de esta Conferencia.
Sin embargo, sólo serán los hechos y gestos, mas desde el Gobierno de los EEUU quien debe hacer rectificaciones profundas a su torpe y fracasada política sobre Venezuela, los que puedan manifestar una clara voluntad de retomar el proceso de México cuya piedra angular pasa por honrar un acuerdo que se sucribió hace cuatro meses y del cual los venezolanos y venezolanas, esperanzados en aquel momento, hemos visto poco o nada en concreción.
Sin siquiera este cumplimiento, es difícil poder avanzar por una o muchas Conferencias que se quieran realizar.
Amanecerá y veremos.