Hubo un tiempo en el que hablar de hacernos cargo de nosotras mismas y de nosotros mismos, se entendía como una acción aislada, que impulsaba el egoísmo y la falta de responsabilidad; sin embargo, la acción comunicacional en torno al respeto del autocuidado, las luchas de todas las feministas a escala global, y el detenimiento ante los efectos psicológicos; no solo en lo individual, sino en lo intrafamiliar; producidos por la exposición a jornadas cargadas de stress, sin duda, en el último año han hecho mella en nuestra conciencia colectiva.
¿Qué hace que hoy, en medio de todo lo que transitas, continúes armándote de valor para mantenerte dedicando horas y horas a la construcción de nuestro concepto de Patria, qué te moviliza? ¿Por qué sigues en pie?
Yo he creído, sin lugar a dudas, que tiene que ver con nuestra memoria histórica, con el compromiso con la vida y con la dignidad, pero también con aquellas batallas que en la intimidad libramos y nos detonan en lo público, aquellas que nos despiertan la conciencia de Patria, de clase, de etnia y cómo no, la conciencia de género. Todas estas microacciones que levantan nuestra moral en la cotidianidad, forman parte de la lectura que juntas y juntos hacemos de la vida que nos encuentra en la batalla diaria y en las calmas que nos tornan reflexivas, reflexivos y combatientes.
El neurocientífico Antonio Damasio nos recuerda que los seres humanos no son máquinas pensantes o sensibles, sino máquinas sensibles que piensan. El hecho de que estés en tu despacho, en tu clase o en tu estudio no te exime de la emoción que acompaña a este proceso. Es imposible. He allí la razón que moviliza a nuestro país.
Los líderes y las lideresas con más capacidad de transformar y de resiliencia que he conocido en la vanguardia tienen tres cosas en común: en primer lugar, reconocen la importancia de las relaciones y de contar historias en la cultura y en la estrategia, y sienten curiosidad por sus propias emociones, pensamientos y conductas.
En segundo lugar, entienden y sienten curiosidad por la conexión que existe entre las emociones, los pensamientos y las conductas de las personas que están acompañándoles en la construcción del proyecto y por cómo estos factores afectan a las relaciones y a la percepción a la hora de hacer Revolución y en tercer lugar, tienen la habilidad y la voluntad de soportar el malestar y la vulnerabilidad.
De allí, el hecho que vernos a nosotras y a nosotros mismos recorriendo cada rincón del país, bajo cualquier circunstancia nos motive y nos impulse, porque somos espejos que reflejan las voluntades de seguir de pie, un paso entre multitudes para hacer la Patria que soñamos.
¡Seguimos de pie, seguimos venciendo, palabra de mujer!