1.- La Vida en Peligro. Según la ONU el Índice de Desarrollo Humano en el 2022 retrocedió a niveles del año 2016 con deterioro en el 90% de los países del mundo. Esto significa una importante involución que afecta la educación, la salud y las condiciones de vida de buena parte de la población mundial. Por su parte, la Organización Meteorológica Mundial de la ONU sostiene que las emisiones de gases de efecto invernadero se incrementarán en 10,6 % desde la actualidad hasta el 2030 y que en 2021 se rompió el récord de emisiones de estos gases en la atmósfera, lo cual representa una catástrofe para el planeta. La desertificación amenaza la subsistencia de más de 1000 millones de personas que habitan 100 países aproximadamente. En efecto, la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de la ONU señala que 41,3% de la superficie terrestre son tierras secas. En el planeta el 24% del suelo experimenta una degradación que afecta a 1.500 millones de personas que dependen directamente de esos suelos. Esto se traduce en un PIB per cápita mucho menor y una tasa de mortalidad infantil mucho mayor que los lugares con otros suelos. En consecuencia, en las regiones con suelos degradados se sufre una menor calidad de vida con respecto a otras áreas del mundo. La tragedia no culmina allí. La ONU también sostiene que más de 2300 millones de personas que sufren problemas a causa de la escasez de agua y 160 millones de niños están expuestos a las sequías. Solamente en África se proyecta que hasta el 2030 se experimentará un desplazamiento de 700 millones de personas por la falta de agua. El planeta está en grave riesgo.
2.- La Amenaza a la Paz. La guerra es un lucrativo negocio para unos pocos. Según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), EE.UU. exportó el 40% de las armas entre 2018-2022. Igualmente, de las 10 primeras empresas de armas y equipamiento militar, las cinco primeras son estadounidenses (Lockheed Martin Corp., Boeing Company, Northrop Grumman Corporation, Raytheon Technologies y General Dynamics Corp). Esto ayuda a explicar por qué actualmente se desarrollan cerca de 20 graves conflictos armados en el planeta. Pero esta dramática situación lejos convocar a la paz, se inscribe en una peligrosa planeación militar. Según la OTAN los Estados Unidos gastan en defensa 3,73 de su PIB anual, lo cual representa 784.952 millones de dólares. Luego de la Cumbre de la OTAN en Madrid en 2022, Estados Unidos aumentó su presencia militar en Europa al tiempo que fortalece AUKUS en la región del indo-pacífico. En esta última región que cuenta con el 65 % de la población del mundo, el 45 % del PIB de la economía global y se erige en un importante eje económico-comercial, EE.UU. intenta rodear militarmente a China al tiempo que utiliza a Taiwan para minar la seguridad. Por su parte, SIPRI señala un aumento del número de armas nucleares en 2023, lo cual coloca el inventario total mundial en 12.512 cabezas nucleares. En síntesis, el mundo se estremece con la guerra. Las amenazas del uso de armas de destrucción masiva colocan a la humanidad al borde de su extinción. El imperialismo estadounidense se prepara para la guerra y así lo confirma la venidera Cumbre de la OTAN en Lituania en julio de 2023. La paz está en peligro.
3. América Latina y el Caribe en la Crisis Económica Global. La CEPAL en su Informe de Abril de 2023 proyectó para América Latina y el Caribe un crecimiento económico de 1,2%, es decir, 2 % menos que en 2022 cuando la región tuvo un crecimiento de 3,2 %. Esta institución en su Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe del 2022 sostiene que el índice de precios al consumidor aumentó al 15,4%, el mismo índice en materias de fertilizantes llegó al 45,9 % y el de alimentos aumentó 4,9 % para ascender a 13,2 % en esta parte del mundo. Como consecuencia de esto la FAO en 2022 sostiene, en su Informe de Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo, que 56,5 millones de personas padecen hambre en nuestra región y la pobreza extrema llegó a más de 86 millones de personas de acuerdo con la CEPAL. Es obvio que la región requiere cambios profundos.
4.- Nuestra América en la Coyuntura Petrolera. Según la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) Nuestra América en el año 2021 posee 19,46 % de las reservas probadas de petróleo. Las reservas de Venezuela ascienden al 17,42 del total de la región. La OLADE también señala que en ese mismo año del total del consumo energético de América Latina y el Caribe, 51 % proviene del petróleo. Sin embargo, a pesar de las fortalezas en hidrocarburos, el índice de precios al consumidor de productos energéticos en ésta región alcanzó un incremento del 45,9% el último año. A pesar de las perspectivas de una transición energética regional con un marcado consumo de energías renovables y baja huella de carbono, en el mejor escenario según la OLADE para el 2050, en el consumo energético de América Latina y el Caribe los combustibles fósiles aún representarán el 27% del consumo para esa fecha. Los hidrocarburos serán la piedra angular de la matriz energética por mucho más tiempo.
5. Hacia una alternativa para la humanidad. Sin embargo, a pesar de la crisis capitalismo neoliberal aún no se vislumbra una clara alternativa anti-sistémica. Por ahora, el mundo unipolar naufraga en una esperanzadora tormenta de cambios. En este contexto, el eje Estados Unidos-Reino Unido-Unión Europea adelanta una contraofensiva para perpetuar el modelo actual. La Cumbre de París para forjar un Nuevo Pacto Financiero Mundial intenta abortar un nuevo orden económico-financiero mundial. La Cumbre CELAC-Unión Europea de julio 2023 pretende recomponer la influencia europea sobre América Latina y el Caribe, y particularmente, avanzar hacia el control de sus recursos naturales. El fortalecimiento de AUKUS es una verdadera espada de Damocles contra China. Aún así un mundo pluripolar y multicéntrico toma fuerza ante el declive de la hegemonía estadounidense. La existencia y ampliación de los BRICS, su Nuevo Banco de Desarrollo, el intercambio económico-financiero en monedas distintas al dólar, el fortalecimiento del sistema ruso de pagos denominado MIR, el acercamiento de Arabia Saudita a las potencias emergentes, la nueva geopolítica petrolera, los retrocesos de Estados Unidos en Asia Occidental, la influencia creciente de China y Rusia en África, la oleada de gobiernos progresistas en Nuestra América y el indetenible ascenso de China a primera potencia económica global, representan pasos extraordinarios hacia nuevas relaciones internacionales. América Latina y el Caribe es de fundamental importancia en la batalla geopolítica actual. Sus riquezas naturales, entre las que se destacan los hidrocarburos y el litio, son recursos geo-estratégicos en esa disputa. Adicionalmente, en la región existe el patrimonio histórico-cultural y la fuerza político-organizativa para que germine en el futuro un nuevo modelo de convivencia que sirva de alternativa para la humanidad. La integración y la unidad de nuestros pueblos será determinante para afrontar el nuevo intento de Estados Unidos y la Unión Europea por retomar el control de la región. Martí tenía razón cuando afirmó; “¡Porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!”.