Injerencia extranjera e hipocresía endógena caracterizaron las reacciones a esta “noticia con efecto retardado”
“La ciudadana María Corina Machado está inhabilitada desde 2015, cuando ella, siendo diputada, aceptó la embajada de Panamá ante la Organización de Estados Americanos, lo que está absolutamente prohibido en nuestra legislación y constituye delito. Se le allanó la inmunidad parlamentaria, que perdió por esa razón de aceptar un cargo de un gobierno extranjero, se le siguió juicio de acuerdo a lo establecido en la Ley Orgánica de Contraloría y fue inhabilitada por 15 años. Ello, incluso, le impidió ser parlamentaria de nuevo. Aquí no ha habido decisión distinta u otra decisión. Un diputado opositor solicitó información sobre el estatus de la señora Machado y desde la Contraloría General de la República le dieron respuesta a su petición. Es todo. Lo demás son ganas de desinformar y manipular, por parte de sectores opositores”.
Este fue el mensaje que circuló intensamente en las redes sociales de altos funcionarios del gobierno y del Partido Socialista Unido de Venezuela, dirigido a cuadros medios y militares, luego de que esta especie de “noticia de efecto retardado” se difundiera y ocasionara airadas reacciones del sector opositor y las típicas expresiones “preocupadas” de la mal llamada comunidad internacional.
Las líneas reproducidas arriba ofrecen el panorama objetivo de lo que pasa con la exdiputada cuyo estatus legal ha quedado ahora inequívocamente señalado.
El hecho de que haya sido necesaria esta especie de aclaratoria, es una muestra de que en el mundo de los medios de comunicación digitales y las ubicuas redes sociales, hay mil maneras de que alguna información pase por debajo de la mesa, se distorsione o se olvide.
La velocidad con la que ocurren los acontecimientos, la multiplicidad de emisores de mensajes, la banalidad predominante en las redes, y la perversidad de la maquinaria mediática; hacen posible que eventos públicos y notorios queden sepultados en el olvido, o corran sobre ellos versiones inexactas o abiertamente falsas.
Machado fue electa diputada en los comicios de 2010 para el período parlamentario 2011-2016. Era parte de la AN cuando aceptó que el gobierno del corrupto presidente de Panamá, Ricardo Martinelli le cediera la silla de embajadora ante la OEA para que la opositora venezolana tuviera voz y voto en la Asamblea del organismo internacional, una maniobra orquestada por el enemigo declarado de Venezuela Luis Almagro, secretario general del bien llamado Ministerio de Colonias de Estados Unidos.
El haber aceptado ese cargo, sin consultar a la Cámara, fue motivo para que se le retirara el fuero parlamentario y se procediera a su inhabilitación. Fue por esa razón que el nombre de Machado no apareció en las planchas de la Mesa de la Unidad Democrática en las elecciones parlamentarias de 2015, en las que esa alianza obtuvo mayoría aplastante. De haber participado, esta dirigente habría sido, casi con toda seguridad, una de las llamadas a ocupar la presidencia de la AN, cargo mediante el cual se realizó la grotesca maniobra del gobierno interino autojuramentado en 2019.
Reacciones reveladoras
Como todo hecho político, una de las maneras de evaluarlo y juzgarlo es por las respuestas que genera. En este caso, el refrescamiento de la información acerca de la inhabilitación de Machado generó varias réplicas que aportan datos importantes.
En primer lugar, se puede hacer notar que no hubo una reacción popular, ni siquiera en los sectores sociales afines a la fallida candidata presidencial. Un tuitero opositor comentó, con amargura, que lo que debió ser una jornada de protesta y hasta de violencia callejera, fue un típico viernes por la tarde, con mucha alegría, música e ingesta alcohólica.
Este no es un punto anecdótico. Durante las semanas anteriores, una fuerte maniobra mediática y de redes (seguramente lubricada con muchos recursos) presentaba a Machado como un fenómeno electoral que iba a arrasar en las primarias y se perfilaría como favorita para las presidenciales de 2024. Si eso tuviese una base real, la simple aclaratoria sobre la inhabilitación habría generado una fuerte respuesta de calle.
Sí, fue notable la reacción de los factores de la injerencia internacional; por supuesto encabezada por Estados Unidos y el ya mencionado secretario Almagro. Las expresiones grandilocuentes llegaron casi en tiempo real, con su clásico tono de amenaza y expresiones como dictadura y autoritarismo.
Este tipo de acontecimientos tienen la virtud de hacer que los jugadores muestren sus cartas y en este caso quedó claro hacia dónde se estaban inclinando las preferencias imperiales en el torneo de vanidades de la oposición venezolana.
También hubo declaraciones aparentemente contraintuitivas, como fue la del presidente colombiano Gustavo Petro, quien salió a criticar la inhabilitación de la dirigente ultraderechista, aliada de postín de Álvaro Uribe y enemiga radical de todo lo que representa y defiende el Pacto Histórico. Él, que ha sido un presidente muy sagaz y coherente, sabrá por qué se pronunció de ese modo.
Las otras reacciones que merecen comentarios son las nacidas en el seno de la misma oposición. En este caso, el factor sobresaliente es la sospecha de falsedad. Varias de las expresiones de condena emitidas lucen como “de la boca para afuera”.
Por ejemplo, la decisión tomada en 2015 y que ahora es ratificada, ante una solicitud del diputado opositor José Brito, coloca a Henrique Capriles Radonski en igualdad de condiciones con Machado en el contexto de las primarias.
Dos figuras que deploraron la inhabilitación, pero que pueden obtener provecho de ella son el gobernador del Zulia, Manuel Rosales y el comediante Benjamín Rausseo. El primero ha permanecido libre de medidas judiciales o administrativas a pesar de los casos de corrupción de sus anteriores gestiones en ese estado y de su participación en las tramas de Monómeros y otras vinculadas al “gobierno interino”. Rausseo, por su parte, había anunciado que se mantendría al margen de las primarias. Según algunos análisis, su objetivo era ocupar el espacio que iba a dejar Machado cuando quedara claro que está inhabilitada.