La obstinación es un estado de ánimo muy habitual en aquellas personas tercas que desean lograr un objetivo por imposible que éste sea para saciar sus intereses particulares. La terquedad es la incapacidad de atender a razones a la hora de ceder en un empeño, sin importar las consecuencias que ello pudiera acarrear. Ambas son características propias del supremacismo. Este mal va de la mano con el racismo y el clasismo. Los supremacistas, particularmente los angloamericanos y eurocéntricos, ignoran que la raza no existe biológicamente. Para ellos es un constructo social y está relacionada con la jerarquía de clase. Desprecian y ofenden al que no es como ellos, al que consideran inferior, perdedor; y el discurso que suelen emplear es de odio. Cuando los supremacistas se encuentran en una situación desventajosa, su obstinación por hacerse del poder es tal que hacen lo impensable hasta el final. En muchos casos no logran esta meta. Veamos.
Guayana Esequiba
El 21 de noviembre de 1861, herederos y patriarcas venezolanos de grandes negocios y privilegios, es decir, los mismos que se enriquecieron desde la Compañía Guipuzcoana hasta el latifundio de la época, escribieron en Caracas una carta titulada «Exposición que muchos habitantes de Venezuela dirigen al Gobierno de Su Majestad la Reina de Gran Bretaña» solicitando la «intervención de las naciones civilizadas de Europa» en lo que ellos señalan como un lugar «desierto», desconociendo los miles de habitantes indígenas que en esa época y que hasta hoy día han vivido en el sur del Orinoco. Dijeron que llegarían hasta el final. Eran tan infames que pusieron a firmar a un anciano Pedro Gual quien moriría al año siguiente. ¿Quiénes fueron estos acaudalados señores allegados al gobierno, militares antipopulares y manejadores de la cosa pública que cometieron tamaña afrenta contra la Patria? Manuel Felipe de Tovar, Francisco La Madriz, Pacífico Gual, Federico Núñez de Aguilar, Aureliano Otáñez, Juan José Mendoza y Nicómedes Zuloaga, entre otros. Para disgusto de ellos, hoy el sol de Venezuela nace en el Esequibo.
El 2 de marzo de 1894, un grupo de ingleses que venía de la Guayana Británica invadió el territorio venezolano con la intención de apoderarse de parte de Guayana y el Esequibo. Varios de sus líderes decían que llegarían hasta el final. ¿Saben que les pasó? El general Domingo Sifontes fundó una población que llamó El Dorado entre los ríos Cuyuní y Yuruani. Allí estableció un puesto militar desde donde comandó a sus valerosos militares que liberaron sus energías creadoras en medio de la perplejidad, el desasosiego y el caos. Combatieron en tierra a los invasores británicos y al cabo de varias horas estos huyeron despavoridos.
Corea e Indochina
Desde 1910, Corea era una colonia del Imperio Japonés. En 1945, la Unión Soviética y Estados Unidos establecen el paralelo 38 en esa península. El norte estaba bajo la protección de la URSS y el sur, de los EEUU. En 1950, estos entran a la guerra de Corea. Con más de 3 millones de civiles y casi el 15 % de la población del norte asesinada por los gringos, constituye una de las guerras más sanguinarias de la historia. Los generales supremacistas yanquis insistían en llegar hasta el final. ¿Saben qué pasó? Fueron derrotados en 1953 por el pueblo norcoreano. Huyeron despavoridos y sus soldados fueron abandonados. ¡Así son ellos!
Paralelamente a esta agresión imperialista, en 1946, las tropas coloniales francesas combatieron contra el Viet Minh liderado por los comunistas en la Indochina francesa. La mayor parte de la financiación a Francia fue proporcionada por los Estados Unidos. Los generales franceses decían que iban hasta el final. ¿Saben qué pasó? Los franceses abandonaron Indochina tras ser derrotados en 1954 por el pueblo vietnamita.
Guerra de Resistencia contra Estados Unidos
Ese año, en la Conferencia de Ginebra se decidió el abandono de la colonia asiática, la separación de Vietnam en dos estados soberanos (Vietnam del Norte y Vietnam del Sur) y la celebración de un referéndum un año después donde los vietnamitas decidirían su reunificación o su separación definitiva. Los dirigentes del Sur dijeron que iban hasta el final. Pero ¿saben qué hicieron? Como sabían que iban a perder optaron por dar un golpe de Estado, con el apoyo de la CIA, el 30 de abril de 1955. El general Ngo Dinh Diem declaró la República de Vietnam e impuso una dictadura.
El pueblo norvietnamita comienza a ser exterminado, razón por la comienza una guerra en la cual el norte infiltra soldados en apoyo del Vietcong para derrocar al dictador y crear una sola Vietnam. Entonces Estados Unidos, en virtud de la Doctrina Truman y la Teoría del dominó (contener la expansión del comunismo), envió en un primer momento recursos y, a partir de 1964, envió tropas a Vietnam del Sur. Sus generales decían que llegarían hasta el final. A Estados Unidos siempre le preocupan los gobiernos comunistas, porque eso de educar al pueblo, que la medicina sea gratuita, que se construyan viviendas para todos, que sus hombres y mujeres defiendan su cultura, y promuevan los poderes creadores del pueblo; atenta contra los intereses de sus empresas trasnacionales.
Estados Unidos, haciendo uso de la ciencia sin conciencia, entre 1965 y 1969 contrató los servicios de la compañía Dow Chemical Company para que produjera napalm (acrónimo de ácido nafténico y ácido palmítico) con la finalidad de calcinar al pueblo norvietnamita. El tío Sam asesinó a más de tres millones de personas. ¿Saben qué pasó? El 30 de abril de 1975, las tropas de Vietnam del Norte tomaron Saigón, la capital de Vietnam del Sur. Después de contabilizar 58 mil 159 bajas y más de mil 700 desaparecidos, los Estados Unidos fueron derrotados. Hoy hay un solo país: la República Socialista de Vietnam.
Bahía de Cochinos
El 15 de abril de 1962, tropas paramilitares de cubanos exiliados, apoyados por el gobierno de Estados Unidos, invadieron Cuba por Playa Girón, para intentar crear una cabeza de playa. Los invasores decían que irían hasta el final, es decir, derrocar a Fidel, formar un gobierno provisional y buscar el apoyo de la Organización de los Estados Americanos y el reconocimiento de la comunidad internacional. ¿Saben qué pasó? En menos de 65 horas, la invasión fue completamente aplastada por las milicias y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba. Más de un centenar de soldados invasores murieron, y el ejército cubano capturó a 1.200, junto con importante material bélico.
¡Bolívar vive!
Estos supremacistas son tercos y caprichosos. Los pueblos que los han derrotado tienen firmeza porque tienen la razón. Simón Rodríguez nos enseña que: «la terquedad pertenece al capricho y la firmeza es propia de la razón». ¿Quieren saber qué es firmeza? Veámoslo con un ejemplo:
En 1818, las fragatas estadounidenses Tigre y Libertad fueron confiscadas por el Ejército Libertador por el delito de contrabandear armas y víveres a favor de los realistas. James Monroe, sumamente molesto, envió a Angostura a John Baptist Irvine para que Venezuela le regresara las naves. ¿Saben cómo llegó el gringo? Llegó altanero, obstinado, terco y caprichoso y dijo que llegaría hasta el final. Como no consiguió el objetivo, redactó un informe secreto dirigido a la Casa Blanca donde recomendaba que: «la dictadura de Bolívar debía tener un fin”. Se desató una guerra epistolar. Bolívar le escribió el 7 de octubre de 1818 una carta que todos los obstinados con el poder, supremacistas y vendepatrias deben leer: “no permitiré que se ultraje ni desprecie al gobierno y los derechos de Venezuela. Defendiéndolos contra la España ha desaparecido una gran parte de nuestra población y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende”.