El proceso interno toma rumbo hacia la exaltación y el trauma
Renuncias para salvar la imagen
Más que elecciones, el proceso interno opositor parece un torneo de “emociones primarias”. Un claro síntoma de que esa consulta de una parte del antichavismo va “cuesta abajo en la rodada” son las renuncias de dos integrantes de la comisión electoral.
Primero lo hizo Rafael Arraiz Lucca, un integrante suplente pero que le aportaba prestigio académico y un aire de seriedad al equipo. Luego lo hizo nada menos que la vicepresidenta del órgano, María Carolina Uzcátegui.
Ambos renunciaron porque han previsto que la consulta estará muy por debajo de las expectativas que se han creado respecto a participación, número de centros de votación y otros aspectos técnicos fundamentales. Los propios analistas opositores consideran que los dos tratan de poner a salvo sus imágenes públicas de un previsible desastre.
Arraiz Lucca se despidió a mediados de junio, a través de un tuit: “Creo que sin el CNE, y los centros electorales, es imposible hacer la elección primaria de manera extendida. La PU podría optar por otro método para escoger el candidato presidencial de este sector de la oposición”, dijo.
Uzcátegui, a finales de julio, dijo que «no están dadas las condiciones técnicas y logísticas para que el proceso de primaria sea una consulta amplia«.
En su carta de dimisión deja ver el trasfondo de su decisión, cuando afirma que tiene el temor de que el proceso interno “esté siendo utilizado por intereses que, lejos de creer en la fortaleza del proceso democrático electoral, hoy juegan a enrumbar al país por proyectos personales y no colectivos”.
Casal, “sin querer-queriendo” lanza globo de ensayo
Mientras tanto, el presidente de la Comisión Nacional de Primaria, José María Casal soltó lo que pareció ser un globo de ensayo, cuando dijo que si el electorado opositor vota mayoritariamente por alguno de los precandidatos inhabilitados, eso “allanaría el camino” para que la medida fuese levantada.
Casal, abogado constitucionalista y decano de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, es considerado una voz moderada en el espectro opositor, pero en este caso ha puesto a circular una tesis que favorece al ala más extrema, la de María Corina Machado, al hacer ver que el proceso interno podría tener un carácter “habilitante”.
La postura de Casal es otro reflejo del conflicto interno que sacude a la oposición y a la propia comisión electoral. El jurista se mueve como una veleta, según la corriente dominante. Al comienzo era partidario de solicitar el apoyo del Consejo Nacional Electoral, pero repentinamente se tornó contrario a ello.
La frase sibilina del jurisperito fue utilizada de inmediato por voceros más radicales para lanzar la tesis de que las primarias opositoras tendrán la facultad de suprimir las inhabilitaciones de los dirigentes políticos y que, en consecuencia, el Consejo Nacional Electoral estará obligado a inscribir la candidatura de quien reciba esta especie de unción derivada de los votos de un proceso interno, privado y muy restringido.
Torrealba sabe lo que advierte
Dentro de la oposición se han elevado diversas voces para señalar que el camino de las primarias va a conducir a otra gran frustración. Una de ellas es la del exsecretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús “Chuo” Torrealba, quien ha advertido que “tenemos la perspectiva de una primaria empobrecida, reducida, poco útil para lo que necesita Venezuela”.
Torrealba respaldó los argumentos que dio Uzcátegui al presentar su renuncia a la comisión. “Ella dice que a estas alturas del partido no se tiene certeza de cuántos centros de votación podrían contarse, que no se han verificado los que se han postulado por las juntas regionales y que tampoco hay la capacidad de verificarlos. Esas afirmaciones son difícilmente rebatibles”, aseveró.
El dirigente opositor sabe muy bien lo que advierte porque estuvo dentro del monstruo que fue la MUD y fue dejado fuera de esa estructura a pesar de los buenos resultados electorales que la coalición obtuvo en 2015, cuando él la coordinaba. Es decir, que conoce demasiado la hoguera de vanidades que allí arde.
Un viejo ofidio vuelve con su veneno
El panorama de unas primarias que bien podrían derivar de nuevo hacia salidas violentas e inconstitucionales lo completa nada menos que un anciano obispo, Ovidio Pérez Morales, quien a sus 91 años sigue instigando a la feligresía opositora a que asuma rutas escabrosas.
“Si el soberano elige como candidato a un inhabilitado por el régimen, ipso facto, es decir automáticamente, lo está habilitando. El soberano tiene las primarias como su primer paso para las presidenciales. Soberano es soberano”, dijo Pérez Morales, apoyándose en una interpretación suya de la Constitución Nacional Bolivariana, a la que él, por cierto, siempre ha adversado.
Le respondió, entre muchos otros, el viceministro de Políticas Antibloqueo del Ministerio para Economía y Finanzas, William Castillo: “¿En qué parte de la Constitución o de las Sagradas Escrituras estará escrita esta estupidez? Estos señores deberían dedicarse a lo suyo: a administrar en la vida real un reino ilusorio”, expresó el funcionario.
Pérez Morales, a quien los adversarios internos en la iglesia apodan “Ofidio” (por su naturaleza venenosa), ha sido un contumaz enemigo de la Revolución Bolivariana y, como tal, ha respaldado todas las iniciativas y aventuras extraconstitucionales que han sido puestas en marcha para derrocarla. En eso sigue, dios lo perdone.