Hipócritas y apologistas se turnaron en el ominoso aniversario
Estados Unidos deplora el sufrimiento del pueblo
El primer lugar del torneo de hipócritas lo obtuvo, sin sorpresas, Estados Unidos, que emitió un comunicado lastimero acerca de las víctimas de un golpe de Estado que ese país perpetró (como todos los que hay en el mundo contra gobiernos populares) y de una dictadura que siempre contó con el respaldo de Washington.
“Honramos la extraordinaria valentía y los sacrificios de innumerables chilenos que defendieron los derechos humanos y lucharon por el fin de la dictadura y un retorno pacífico a la democracia”, dijo un comunicado leído por el portavoz del Departamento de Estado Mathew Miller.
Según ese texto, el 50 aniversario del golpe de Estado fue una “oportunidad para que reflexionemos sobre el valiente regreso de Chile a la democracia y al liderazgo internacional”, pues ahora el país es un “modelo global de democracia fuerte en acción y un firme defensor de la democracia y los derechos humanos en el escenario internacional”.
Los periodistas le preguntaron al vocero si Estados Unidos no tenía previsto enviar una disculpa al pueblo chileno por haber planificado y financiado el derrocamiento de un gobierno electo democráticamente. “Sólo diré que en el futuro reafirmamos nuestro pleno compromiso de apoyar la democracia y defender los derechos, por supuesto, en Chile y más allá”, dijo el funcionario.
La respuesta real es que no, Estados Unidos nunca se va a disculpar ni por ese ni por ninguno de sus muchos crímenes de lesa humanidad, genocidios y violaciones masivas a los derechos humanos.
La deplorable maquinaria mediática
El segundo puesto en el campeonato de infamias acerca del medio siglo del derrocamiento y muerte de Salvador Allende lo alcanzaron los diferentes actores de la maquinaria mediática global.
En el extremo se ubicó, como era de esperarse, el diario franquista ABC, de España, que tituló: “50 años del fin del fracaso de la vía chilena al socialismo”. Para este periódico, el golpe de Estado no fue un acto antidemocrático y criminal del imperialismo estadounidense y sus aliados locales, sino un fracaso del modelo socialista.
Equivale este enfoque a que una persona sea asesinada en un atraco y alguien diga que la víctima fracasó en la vida porque la perdió.
Mientras tanto, otros medios españoles optaron por reseñar los actos del aniversario y señalar que una parte del pueblo chileno sigue justificando los desmanes de la dictadura.
Por su lado los medios estadounidenses recurrieron a su excusa perfecta para bajarle el tono a la conmemoración del golpe de Estado: centrarse en el 22 aniversario de la caída de las Torres Gemelas de Nueva York, un acontecimiento sobre el que cada día aparecen más y más dudas, dicho sea de paso.
¿Qué más se puede esperar de un matarife?
Muchos méritos en la pugna por una medalla en el torneo de infamias hizo Álvaro Uribe Vélez quien emitió una declaración en la que, como siempre lo han hecho los fascistas, le atribuye la culpa al presidente derrocado y muerto el 11 de septiembre de 1973.
Fiel a su obsesión con el comandante Hugo Chávez, el hombre al que nunca pudo igualar en materia de liderazgo, Uribe dejó correr su veneno:
“Dos errores de Allende libraron a Chile de ser la nueva Cuba: quiso implantar el socialismo por el camino democrático, aunque también se dejó tentar de procedimientos tramposos; y, a diferencia de Chávez, no cooptó con prebendas de negocios corruptos a las Fuerzas Armadas, que finalmente reaccionaron contra el camino socialista”.
Guabinoso y ladino, Uribe criticó la dictadura de Pinochet, calificándola de cruenta y atroz, pero también le hizo loas, al decir que “sembró un milagro económico privado”.
“Ese avance de bienestar económico creó en el ánimo colectivo la necesidad de regresar a la democracia. La anulación de las libertades económicas contribuyó a ambientar el golpe de Estado. La anulación de las libertades políticas contribuyó a restablecer la democracia. Y entonces pensemos en los caminos de América Latina”, dijo Uribe… Bueno, ¿qué otra cosa se podía esperar de este personaje, certeramente apodado “el Matarife”?
Los siempre segundones europeos
Como suele ocurrir, la Unión Europea participó en la competencia, pero quedó en un puesto secundario. El Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, envió un mensaje donde destaca que “hoy recordamos para no olvidar y para rendir homenaje a las víctimas, a los miles de muertos, desaparecidos y torturados”.
Añadió que “el 50º aniversario del Golpe de Estado en Chile es una fecha marcada en el corazón de todos los demócratas en todo el mundo, no sólo de Chile, y de manera muy sentida en particular para los europeos y para mí personalmente”, sin ahondar en la conducta complaciente que tuvo Europa con el dictador chileno durante sus 17 años de tiranía.
[Apenas hace unas semanas, España le retiró a Pinochet una condecoración que se le otorgó en 1975, el último de Francisco Franco y apenas dos años después del sangriento ascenso al poder del general chileno].
“Desde el primer momento, se generó una solidaridad de largo alcance, de largo aliento, fortaleciendo un puente de amistad y una comunión de valores con el pueblo chileno que perdura hasta hoy”, aseguró Borrell, como es habitual en él, distorsionando y maquillando las realidades históricas.