Por: Soc. Francys Mujica
He venido hablando en diversas conferencias sobre el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11, en el marco de la agenda 2030. Esta agenda plantea una serie de alternativas, o posibles soluciones, que los países pueden asumir como estrategias, para enfrentar la crisis climática que actualmente vive nuestro planeta. Es importante destacar que la agenda 2030 fue aprobada en el año 2015 en una conferencia de la Asamblea de Naciones Unidas; a los fines de establecer una visión transformadora hacia la sostenibilidad social, económica y ambiental.
Ahora bien, como dirían en mi pueblo ¿Con qué se come eso? Las ciudades sostenibles son vistas como una estrategia para trasformar la realidad de las ciudades y de lo convulso que significa esta forma de asentamiento humano, que desafortunadamente nacieron con una planificación direccionada al consumo y al movimiento acelerado de la población; pudiéramos decir que las ciudades fueron diseñadas para movilidad acelerada, abundantes tipos de transporte, centros comerciales, grandes edificios, espacios para el desarrollo de la moda y otras formas de interacción social que pueden ser vistas como convulsas.
Esa forma en la que las ciudades han sido diseñadas, las convierten en un epicentro para la producción acelerada y permanente de gases de efecto invernadero, consumo excesivo de productos de toda índole, que se transforman en grandes cantidades de desechos sólidos, alto consumo de agua, gas, energía eléctrica y otros necesarios para mantener el nivel de movilidad y ecosistema propio de las ciudades.
En palabras más sencillas, las ciudades tienen altos niveles de consumo y poca política de preservación; entonces bien, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11 viene a presentar elementos que adaptados a las realidades de los países pueden generar nuevas formas de convivencia e interacción en las ciudades y comenzar a mirar la sostenibilidad como una herramienta a incluir en la gobernanza.
Seguro te preguntas ¿Cómo se puede transformar una ciudad? Ciertamente las ciudades ya están establecidas, cuentan con un metabolismo (forma de consumo y desecho de agua, basura y energía) con transporte, infraestructura y una dinámica propia; y es justo en esos aspectos donde el rol transformador de una ciudad sostenible hace su aparición, ya que para que una ciudad sea sostenible no es necesario derrumbar lo que ya está hecho; sino, generar los mecanismos y las políticas para que lo que nace nuevo, venga pensado en la sostenibilidad.
Te presento algunos ejemplos o posibles alternativas; primero, todos los procesos de adecuación, modificación o ampliación de los espacios deben ir pensados con incluir el verde urbano; propiciar la siembra de árboles adecuados a la ciudad y con ello mejorar la calidad del aire y promover así la disminución de gases de efecto invernadero.
Iniciar de manera progresiva la modernización de los sistemas de transporte, pensando en alternativas que sean de mayor armonía con la naturaleza y financieramente posibles en el ahora y en el futuro. Generar espacios comunitarios para almacenar, procesar y potabilizar el agua de lluvia, de modo que las comunidades tengan alternativas ante las crecientes sequias; promover estrategias para reciclar, reducir y reutilizar; permitiendo la disminución de los desechos sólidos, es decir, una ciudad sostenible debe nacer desde ajustada a las necesidades de la gente, en armonía con la madre tierra y generar equilibrio con todos los actores; UNA CIUDAD SOSTENIBLE NO NACERÁ SI ESTÁ DE ESPALDA A LA COMUNIDAD.
Ahora bien, seguro pensarás que es muy utópico creer que estas son posibles y te entiendo, porque se trata de iniciar un proceso de transformación enorme. Sin embargo todo empieza por un pequeño paso, que además es urgente, desde lo individual para luego dar paso a lo colectivo; se trata de confiar en nosotros como especie humana pensante y elocuente para empezar a tomar las medidas necesarias por nuestra madre tierra.
Demos una mirada a las ciudades sostenibles y veámoslas como una alternativa; y empecemos las transformaciones necesarias para garantizar la salvación de nuestra especie, y preservar la biodiversidad del planeta antes de que sea demasiado tarde; el reloj climático sigue corriendo.