Por: Wilmer de Pablos
Colonialismo
Hemos asistido a la más nefasta elección de la región suramericana de los últimos tiempos, respetando la decisión del pueblo argentino, debemos afirmar con absoluta claridad como lo acaba de hacer el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, en su programa «Con Maduro Más», se ha instalado un gobierno de ultra derecha con un proyecto colonial en la región.
Cabe resaltar que no sólo fue el presidente de Venezuela el que se pronunció al respecto, también lo hicieron: Manuel López Obrador, de México; Gustavo Petro, Colombia y Lula da Silva, Brasil.
Ni el llamado del Papa Francisco desde el Vaticano pudo con la maquinaria comunicacional de occidente, sus empresas de la desinformación, laboratorios de guerra sucia, y anclas; para desorientar a un pueblo manipulado con esta guerra híbrida de 4ª y 5ª generación, o guerra cognitiva, como la llama el filósofo mexicano y rector de la Universidad internacional de las Comunicaciones, LAUICOM, experto en semiótica, Fernando Buen Abad.
Oyendo y leyendo a Marcelo Gullo y Atilio Boron, ambos argentinos y expertos en geopolítica y temas de la región; podemos inferir que la muerte de Argentina ha llegado. Gullo, un poco más radical que Atilio en el tema, ha desnudado la realidad de la Argentina en una extraordinaria intervención que conseguirán en las redes titulada «la muerte de Argentina«, audiovisual impecable que invito a ver y que se encuentra en Youtube. Atilio, por el contrario, menos apasionado en el tema, se atreve hoy, inclusive, a orientar a Milei y su entorno sobre las consecuencias de echar atrás los contratos suscritos en el ámbito internacional y como esto agudizaría la crisis. Dos enfoques que en mi humilde opinión deben leerse y analizarse dado su nivel intelectual.
Desde ya el panorama para Argentina es desolador, basta ver el pronunciamiento de Donald Trump, ex presidente de EEUU, y del Secretario de Estado de EEUU, Tony Blinken, y del nefasto Luis Almagro, para inferir que esa alegría es propia de quienes resguardan los intereses de las oligarquías locales, las transnacionales y el estado profundo que las dirige. Milei ha dicho públicamente que privatizará la petrolera argentina YPF, y esto por supuesto nos permite comprender la celeridad con que fue felicitado por todos los personajes ya mencionados.
Cómo se explica que el 56% de los argentinos, es decir, 13 millones empadronados, hayan votado a favor del candidato, hoy presidente elegido, quien abiertamente les ha dicho que eliminará el Banco Central, dolarizará la economía, privatizará su empresa petrolera, reducirá el Estado eliminando varios ministerios, privatizará los servicios públicos, entre otras ofertas electorales que son del conocimiento de todos los argentinos y el mundo entero. Milei presentó públicamente una propuesta neoliberal sin esconder nada.
Cómo votar por Javier Milei, cuando éste ha hecho una alianza con Mauricio Macri después de haber endeudado las generaciones de ese país por más de un siglo con 70 mil millones de dólares, que además fueron fugados a los paraísos fiscales en detrimento de todo un pueblo, con la agravante de evadir la justicia. ¡No se entiende! Sólo la historia nos permitirá comprender lo que allí pasó.
Neocolonialismo
Cuando el presidente de la República Cooperativa de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, se desmarca del Acuerdo de Ginebra, único instrumento válido para resolver la disputa territorial entre Guyana y Venezuela para subordinarse a la ExxonMobil, en virtud de los hallazgos hechos por esta transnacional en el 2015, evidencia lo que no es más que un acto vergonzoso de neocolonización empresarial.
Pretender parar el Referéndum Consultivo previsto para el 3 de diciembre de este año, convocado por nuestra Asamblea Nacional, y rectorado por el Consejo Nacional Electoral, es un acto de injerencia en los asuntos internos de nuestro noble y valiente pueblo que se dio mediante un proceso constituyente su propia carta política y los mecanismos para consultar al soberano respecto de los temas trascendentales; conforme lo prevé el artículo 71 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Mayor arrogancia, nunca antes vista.
Acudir a un organismo supranacional para someter a consideración un hecho tan trascendental ratifica el neocoloniaje del que es víctima el presidente de Guyana, ya domesticado por el Reino Británico, hoy Reino Unido, y las transnacionales que lo financian; dicho por voceros oficiales de su propio gobierno. Por eso, debemos recordarle al presidente de Guyana que, por encima de nuestro Tribunal Supremo de Justicia no hay otra instancia, porque este pueblo en su constitución no lo autoriza, ya que ese acto aberrante viola la soberanía de un pueblo y sus instituciones libres, autónomas, soberanas; que sólo se subordinan al mandato que da el pueblo como único soberano, y es precisamente lo que haremos este próximo 3 de diciembre; ratificando específicamente las preguntas 1; 3 y 5 a las que tanto le teme. Ese día el Poder constituyente haciendo uso de los mecanismos constitucionales (Referéndum) le dará 5 instrucciones claras al gobierno, las cuales deberá acatar y cumplir. Sr. Mohamed Irfaan Ali, aquí en este país el gobierno y sus instituciones están subordinados al pueblo y no a las transnacionales; eso ya no es posible en Venezuela.
No reconocemos, ni reconoceremos jamás a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), permeada, financiada e instrumentalizada por EEUU y sus aliados, menos aún cuando sus jueces han reconocido al gobierno de facto del triste persona Juan Guaidó y a su «embajador», Julio Borges; lo que desde ya los descalifica para dirimir cualquier asunto del gobierno venezolano, y además, porque nuestra vicepresidenta, la Dra. Delcy Eloína Rodríguez Gómez, se lo ha dicho en inglés, en francés, y perfecto castellano; que la soberanía territorial de Venezuela no es materia de la competencia de ese vergonzoso órgano de «justicia» internacional, por las razones allí esgrimidas en estricto derecho.