Por: Rosita Caldera
Termina el año 2023. Fue un año cargado de tensiones, expectativas, y frecuentes confrontaciones políticas o económicas. Muy pocas de tipo social o cultural. Este año, Venezuela sigue estando en el centro de la atención pública mundial. Nuestro país es noticia porque denunció el complot urdido por la trasnacional petrolera ExxonMobil con el gobierno de Guyana para continuar extrayendo, ilegalmente, petróleo del territorio venezolano.
Ante los reclamos hechos por el gobierno, de cesar con esas concesiones, Guyana amenazó con buscar refuerzos y militarizar la zona; pero la belicosidad que se instauró y atemorizó a tantos pobladores indígenas fue canalizada, casi terminando el año, hacia una mesa de diálogo como vía de resolución de conflictos, que es la posición sostenida por Nicolás Maduro. Así se hizo y generó una corriente de apoyos en el plano internacional.
Ese y otros hechos que ocurren en Venezuela, captan el interés público e impactan en otras naciones; porque el país mantiene su imbatible posición de no dejarse intimidar por las amenazas y acciones intervencionistas que le aplican los Estados Unidos y sus siervos de la Unión Europea.
Durante todo el año se reforzaron las campañas mediáticas desvirtuando los hechos y decisiones que asume Venezuela, las iniciativas adoptadas por el jefe del Estado o las instituciones; y fabricando falsedades que los impulsen, como en Irak, a justificar la anhelada (pero frustrada) intervención.
Venezuela no se rindió. Se ha defendido y demostrado, en distintos escenarios del mundo, las evidencias de una agresión ilegal, arbitraria, que Estados Unidos mantiene contra esta nación; porque la considera “una amenaza”, por defender su libertad y soberanía.
Desde la Jefatura del Estado se promovió este año, con más fuerza e insistencia, una posición conciliadora, de negociación; para lograr un apaciguamiento general, aquietar la constante agitación estimulada desde el exterior, con privación de alimentos o medicinas, bloqueo comercial y financiero, restricciones de vuelos a Venezuela, prohibiciones y sanciones de toda índole; que siguen afectando a la población, especialmente a los sectores más vulnerables por causa de enfermedades crónicas, ubicación geográfica, ancianidad o impedimentos físicos.
Con firmeza, el pueblo ha resistido y acrecentado su capacidad de autodefensa y supervivencia en medio de todas las dificultades; y lo ha logrado. En los balances que se están haciendo en este final de año, se destacan mejoras, récords, crecimiento económico, turístico, e incrementos productivos; con buenas perspectivas para 2024.
Ante el rudo bloqueo, se optó por incrementar la producción nacional de distintos rubros, en variados ramos además del petróleo; junto con campañas para inducir en esa dirección a nuestros emprendedores, como lo anunció el presidente Maduro en su mensaje de Navidad.
El año que termina dejó muchas lecciones válidas para 2024: se fijaron metas, se luchó por ellas y se alcanzaron. Un ejemplo fue la exhortación al diálogo, a procurar la paz y evitar la guerra, que mantuvo el presidente, para dirimir conflictos. Resultado: hubo concertaciones, negociaciones y acuerdos entre las diferentes corrientes políticas activas en el país. Hubo acercamientos y una “puesta en común”, por ejemplo, para planificar “todos juntos” la recuperación y creación del estado Guayana Esequiba.
El año que termina luce con más brillo y alegría. Hay más adornos en las ciudades, programas festivos, bandas musicales que llenan plazas y parques; artistas famosos, y un crecimiento del turismo como parte del levantamiento de algunas medidas restrictivas. Aunque el suministro de gasolina sigue afectado, la población no se doblega y prepara la recepción del nuevo año.
Creció el espíritu nacional de solidaridad y firmeza con la liberación del diplomático Alex Saab, secuestrado, encarcelado y torturado por Estados Unidos bajo falsas acusaciones que nunca pudieron probar. Violando leyes, convenios y el derecho internacional a los que apelará Venezuela para exigir justicia y sanciones para los que, a golpes, dejaron sin dientes a Saab en una cárcel norteamericana.
2023 fue el año en que más se lucieron nuestros deportistas, con el mayor número de medallas y distinciones en diversas disciplinas.
El balance es positivo al aumentar las distinciones otorgadas por la Unesco a Venezuela en patrimonios culturales. Hay una intensa actividad en ese frente y el rescate de nuestros valores.
Este año aumentó la recuperación de instalaciones dañadas en Caracas y otras ciudades del país: edificios, aeropuertos, hospitales, parques, teatros, balnearios, iglesias, monumentos y muchas otras localidades entre las que resalta ese patrimonio cultural y arquitectónico que es la Ciudad Universitaria de Caracas.
Como en ningún otro momento, en 2023, la Asamblea Nacional asumió un papel protagónico y de gran impacto nacional e internacional reflejado en la elaboración y aprobación de leyes que suman catorce o más, entre las que destacan las de protección social y legal a personas con trastorno de autismo, el trabajo de discapacitados o la activación del parlamentarismo de calle.
En las últimas semanas del año, y por unanimidad, la Asamblea Nacional generó leyes especiales para crear el estado de la Guayana Esequiba, y para la defensa, protección, registro censal de población y la ordenación político territorial en general de esa zona que es parte de nuestra nación.