Por: Edgardo Antonio Ramírez
Querido Sabio, hace 200 años (6 enero) por la noche Joaquín Mosquera visitaba al Libertador enfermo de tabardillo en Pativilca. La Santa Alianza Europea había retornado el poder a Fernando VII en España, reinaba la anarquía peruana y los realistas acechaban; asombrado del semblante cadavérico le preguntaba qué piensa hacer, Bolívar responde como un relámpago con ojos de fuego: “TRIUNFAR!.
El Libertador al conocer, que usted había regresado veintiséis años después a Bogotá, mejorado de salud le escribe la Carta de Pativilca (19 de enero de 1824): “! Oh, Mi Maestro!…Vd. el hombre más extraordinario del mundo… Vd…formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande y para lo hermoso”, epístola genuina de Gratitud, regocijo y voz fuerte de muy adentro irradiaba Moral y Luces. El Libertador tenía su voluntad acérrima de Entreayudarnos entre mujeres y hombres mestizos, rebeldes y Emancipados de la Patria Venezuela y América Meridional, forjando la diversidad cultural de las naciones: el camino Redentor del amor, independencia, unión, sabiduría, justicia, y paz de las próximas edades de los siglos de la humanidad, basado en el origen de su filosofía y semiótica de la Emancipación.