La perseverancia, cuando hay argumentos para no abandonarla, nos lleva a la victoria o, por lo menos, al avance en los objetivos
Hace varios años venimos afirmando que vivimos en tiempos en los que se gesta un nuevo orden mundial. Difícil, ya lo hemos dicho, porque mientras estamos en el medio del huracán, de la marejada, nos es tan fácil.
No lo es, porque no todos vivimos el proceso de la misma manera. Porque, como es lógico, desde el lugar en que nos encontremos, no tenemos la perspectiva.
Nuestros procesos de percibir no son los mismos; nuestras herramientas de análisis tampoco. Pero si hay hechos palpables, tangibles, que muestran los momentos históricos que estamos viviendo, y que reconfiguran el mundo por venir.
Ya es cada vez más notable el rol de China. Ya nadie duda que Rusia va ganando, a su ritmo, a su forma, su guerra contra la OTAN.
Ya hay hechos, situaciones, donde se demuestra que el orden mundial, el hegemón, va siendo desplazado.
Son evidencias de que nuestro discurso, de que emerge un nuevo orden, no está errado. Por eso perseveramos. Ya se advierte la llegada.
Hasta en lo simbólico, fijémonos; hace unos días finalizó el Foro de Davos, donde desde la década de 1970 se reunían las élites occidentales para marcar las pautas que la mayor parte del mundo debía seguir. Representantes de los países anhelaban asistir, ser tomados en cuenta.
Hoy los tiempos han cambiado, ya nadie se desvive por estar allí. Los que van siempre, los tradicionales, lo hacen por ver cómo pueden hacer para preservar sus privilegios; o por lo menos salvar lo más que puedan, en este nuevo orden que emerge.
Otros, como China, asistieron para hacer sentir su peso, su importancia.
Así pudimos ver cómo empresarios, líderes políticos occidentales; se acercaban a la delegación china para buscar, más allá de los discursos que los burócratas de la Unión Europea imponen; acuerdos con el gigante asiático, con sus empresas.
Por eso la expectativa que causó el discurso del primer ministro de China, Li Qiang.
Fue el 16 de enero cuando el funcionario, en una declaración de principios, señaló que China siempre ha sido partidaria del multilateralismo, hablando de «reconstruir la confianza»; tema central del evento de este año.
Resaltó el potencial de China para la inversión extranjera, afirmando que su país siempre está dispuesto a los negocios.
Li Qiang, aseveró que su país no romperá compromisos, ni obligará a otros a elegir lados; al tiempo que subrayó la firme posición del país en la defensa del multilateralismo.
«Independientemente de cómo evolucione la situación mundial, China mantendrá la política fundamental de apertura y abrirá sus puertas, cada vez más, al exterior», enfatizó.
Li Qiang afirmó que la apertura para las inversiones extranjeras en China será aún mayor.
«La contribución de China al crecimiento económico mundial permanece en cerca del 30 por ciento. El año pasado, la economía china repuntó con un crecimiento de alrededor de 5, 1%«, dijo.
Uno de los temas impuestos, por quienes organizan el Foro de Davos, fue el de la Inteligencia Artificial. Al respecto, Li Qiang dijo que la inteligencia artificial es como una espada de doble filo que puede reducir la brecha entre las economías de altos y bajos ingresos, detonar la productividad; pero, también podría traer mayor división.
«China cree que la tecnología debe servir para el bien común de la humanidad, debe hacer el bien. Y lo mismo aplica para la IA. Primero, debe centrarse en las personas. Los seres humanos deben controlar las máquinas. La inteligencia artificial debe guiarse hacia una dirección que propicie el progreso de la humanidad, por lo que debe existir un límite en su desarrollo, un límite que no debe cruzarse», expresó.
Después de su participación en el Foro de Davos, Li Qiang viajó a Irlanda para una visita de dos días. En Dublín, el premier chino se reunió con su homólogo irlandés para tratar el mejoramiento de los lazos entre China y ese país.
Pero la diplomacia china no cesa, está siempre activa. Y una de las zonas claves en su visión geopolítica global es Latinoamérica. El canciller del gigante asiático visitó Brasil durante unos días.
Allí quedó claro el incuestionable respaldo del Gobierno de Brasil al principio político de una sola China y el rechazo a Taiwán como Estado independiente.
«Recordamos el apoyo histórico, consistente e inequívoco de Brasil al principio de una sola China», manifestó el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, durante una declaración conjunta con su par chino, Wang Yi.
Mao Ning, portavoz de la Cancillería china, dijo recientemente que el resultado de las elecciones en Taiwán, no cambia el consenso general de la comunidad mundial de adherirse al principio de una sola China.
En el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería amazónica, Vieira calificó como provechosa la reunión con su homólogo chino, que hace parte de una serie de encuentros de alto nivel programados para 2024; celebrando los 50 años de nexos diplomáticos entre las dos naciones.
A su turno, Wang señaló que su administración valora que todas las instituciones brasileñas tengan en cuenta el principio de una sola China.
Resaltó que Brasil es el mayor socio de China en Latinoamérica, esperando profundizar la cooperación en áreas como agricultura, minería, investigación y desarrollo aeroespacial.
En la presentación ante los medios, se confirmó que el presidente de China, Xi Jinping, viajará a Brasil en noviembre a la cumbre del G20, grupo que reúne a las principales economías del mundo y la Unión Europea.
Por cierto, a partir de este año también ingresa la Unión Africana.
Tanto Vieira como Wang copresidieron la IV Reunión del Diálogo Estratégico Global Brasil-China, donde se abordaron asuntos del ámbito internacional, regional y bilateral.
Entre los temas tratados por los altos funcionarios estuvo el conflicto entre Rusia y la OTAN, así como los ataques israelíes en la Franja de Gaza.
Ambos países estudian cómo «contribuir para la solución de esos graves conflictos».
Además, durante esta reunión, el 19 de enero se firmó un acuerdo entre Brasil y China que dobla a 10 años el plazo de vigencia de visado para ciudadanos de ambas naciones.
Apenas entre en vigor el acuerdo, las autoridades consulares de ambos países concederán visados de hasta 10 años de validez, duplicando el plazo máximo de concesión actual.
Según estadísticas reveladas, más de 37 mil chinos visitaron Brasil en 2023.
Según trascendió, Lula se reunió con Wang el 19 de enero en Fortaleza, capital del estado de Ceará al noreste de Brasil.
Pero por esos días, mientras se daban los prolegómenos del Foro de Davos, otro rincón del mundo recalentaba la geopolítica mundial, la estabilidad.
En efecto, el 16 de enero, los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI), una rama de élite de las Fuerzas Armadas de Teherán, destruyeron dos cuarteles generales del grupo terrorista Jaish al Adl (Ejército del Islam, traducido del árabe), ubicado en Pakistán.
Dicho grupo ya había atacado en varias oportunidades a fuerzas iraníes.
Pakistán, de inmediato y como es lógico, condenó los ataques, calificándolo como una «violación» de su soberanía y advirtió que este «acto ilegal», que «no está en conformidad con las relaciones de buena vecindad, pueden socavar gravemente la confianza bilateral», que acarrearía «graves consecuencias».
Posteriormente la Cancillería pakistaní retiró a su embajador en Teherán.
En el Foro de Davos, el ministro de Exteriores iraní catalogó las relaciones con Pakistán de «muy buenas» e hizo hincapié en que las partes han acordado, en varias ocasiones, erradicar el terrorismo y garantizar la seguridad de las fronteras.
El jueves 18, Pakistán efectuó ataques militares de precisión, altamente coordinados, contra «escondites terroristas» en la provincia iraní de Sistán y Baluchistán.
Teherán convocó al encargado de negocios de Pakistán para que diera explicaciones sobre el incidente; el portavoz de la Cancillería iraní, Nasser Kanaani, condenó el ataque pakistaní y el primer ministro interino de Pakistán, Anwaar ul Haq Kakar, acortó su estancia en Davos, ante los «acontecimientos en curso» entre su país e Irán.
Ante los hechos, potencias aliadas de ambos países activaron sus cancillerías, interpusieron sus buenos oficios para buscar una desescalada en la tensión, algo que parece haberse logrado por el momento.
Uno de los más activos en la búsqueda del apaciguamiento ha sido China. ¿Por qué?
Pues porque en la zona del conflicto quedan dos puertos vitales para Pekín: Gwadar en Pakistán, arrendado por Pekín a 43 años en 2015, y Chabahar en Irán.
Es vital para China, porque de producirse un bloqueo en su contra, por Estados Unidos y sus aliados, estos puertos desempeñarían un papel clave para los suministros de hidrocarburos desde el golfo Pérsico hacia China.
«Lo que está claro es que las posibles hostilidades en Baluchistán afectarían sobre todo a la seguridad energética de China. Con el conflicto del mar Rojo como telón de fondo se trata, de hecho, del segundo golpe global a los intereses de China en el mundo», señala Nikolái Vavílov, especialista en temas del Medio Oriente.
Es muy posible que algunos elementos, interesados en frenar el quiebre de la hegemonía norteamericana, occidental, intenten desestabilizar el comercio chino, no solo en el mar Rojo, sino también en el mar Arábigo.
Existe un proyecto de un Baluchistán independiente. Se está debatiendo activamente, y recibe apoyo en Estados Unidos.
En opinión de Vavílov, la nación separatista podría convertirse en un Estado totalmente controlado, como Kurdistán, que le daría a Washington acceso «al corazón de Eurasia; y podría cortar las arterias del proyecto de la Franja y la Ruta de China”.
Siendo así las cosas, es de esperar que la puja por influencia en el Medio Oriente se hará más intensa el 2024.
«China cree que la tecnología debe servir para el bien común de la humanidad, debe hacer el bien. Y lo mismo aplica para la IA. Primero, debe centrarse en las personas. Los seres humanos deben controlar las máquinas. La inteligencia artificial debe guiarse hacia una dirección que propicie el progreso de la humanidad, por lo que debe existir un límite en su desarrollo, un límite que no debe cruzarse»
Li Qiang
Llamó la atención también, algunos lo comentaron con preocupación, que Perú y China planifiquen futuros ejercicios militares, así como programas de instrucción y entrenamientos conjuntos.
Según la información hecha pública el 20 de enero, la reunión se originó con una carta remitida a la Dirección General de Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa del Perú por el encargado de negocios de la Embajada de China en el país andino.
Trascendió que una delegación de seis oficiales militares chinos visitó la ciudad de Lima para conversar con representantes del Ministerio de Defensa del Perú y de los institutos armados sobre la implementación de medidas de fomento de la confianza bilateral, la programación de ejercicios militares conjuntos, programas de instrucción y entrenamiento militar.
No olvidemos que China continúa siendo el principal socio comercial de Perú en el mundo. Según fuentes oficiales del gobierno peruano, China es el principal destino de sus envíos de minería (51 %) y pesca (47 %).
En el Caribe, autoridades venezolanas y chinas evaluaron el viernes 19 las oportunidades de cooperación en los sectores de petróleo y gas.
El presidente de PDVSA y también ministro de Petróleo venezolano, Pedro Rafael Tellechea, y el embajador chino en Caracas, Lan Hu, se reunieron con el objetivo de “revisar y dar seguimiento a los esquemas de cooperación petrolera entre ambas naciones, además de evaluar nuevas oportunidades de cooperación”.
Tellechea indicó que, en el encuentro, revisaron la “evolución positiva de la cooperación energética bilateral”.
Ante eso, el subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, del Departamento de Estado de EE.UU., Kevin Sullivan, advirtió a los países sudamericanos que tengan cuidado en sus relaciones con China, que busquen acuerdos en condiciones ventajosas.
El funcionario declaró, el 18 de enero en La Tercera, de Chile, que China es «un socio comercial para todos los países de la región y es natural que tenga cierta presencia y cierta relación con todos… Pero sí pensamos que es importante que los países y los Gobiernos de la región pongan un ojo crítico en esa relación; para asegurarse que los términos siempre se mantengan a su favor», afirmó.
Resultan irónicas, para cualquiera que haya estudiado las relaciones de Latinoamérica con las distintas potencias mundiales, sobre todo con Estados Unidos, esas palabras.
Si existe un país que hizo de la expoliación a nuestras naciones una política de Estado, es precisamente Estados Unidos.
Cualquier analista, medianamente informado y objetivo, sabe que Pekín tiene una forma más sana de relacionarse que Washington.
Hasta ahora, por ejemplo, China no ha promovido ningún golpe de Estado, ninguna masacre de pueblos, exterminio de comunidades originarias, ni impuesto programas económicos hambreadores como Estados Unidos a través del Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. Hasta hoy, China no ha impuesto sanciones coercitivas unilaterales contra ningún país del hemisferio.
El mundo cambia para mejor, un nuevo orden mundial emerge. El hegemón lo sabe.