Respecto a las elecciones del 4 de febrero en El Salvador ─presidenciales y legislativas─, contactamos a Nidia Díaz, figura histórica y comandante guerrillera, del FMLN. Se organizó en la guerrilla desde inicios de la década de 1970, Nidia, como dirigente política, es una de las fundadoras, no sólo del Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC); sino también una de las fundadoras del FMLN.
En 1984 formó parte de la delegación de diálogo entre el Frente y el gobierno. Seis meses después, El 18 de abril de 1985 fue herida y capturada, en un desembarco de helitransportados, torturada por el ejército y la CIA, quienes estaban presentes con el mercenario cubano-norteamericano Félix Rodríguez, quien participó en hacerla prisionera. Fue liberada en octubre de 1985 tras un canje humanitario de prisioneros entre el gobierno y la guerrilla, que también había logrado secuestrar a la hija del presidente José Napoleón Duarte. Después de un período de tratamiento de salud en Cuba, Nidia relató su experiencia en un libro: Nunca estuve sola, publicado por Editorial UCA en 1995.
Este fue el Salvador de la sangrienta guerra civil patrocinada por Washington en la cual, entre 1974 y 1992 (cuando se firmó el proceso de paz), los gorilas salvadoreños causaron más de 75.000 muertes y 15.000 desapariciones; además de miles de presos políticos, exilados y migrantes. Nidia fue parte del proceso de diálogo entre las partes, desde su inicio, involucrándose directamente en las mesas de negociación, luego de la gran la Ofensiva política militar del FMLN de 1989, la cual cambió la correlación de fuerzas y derivó en el proceso de negociación con acuerdos políticos que pusieron fin a las causas que habían originado la guerra civil en 1981, Los acuerdos finalizaron la dictadura militar e iniciaron el proceso democrático. Nidia fue elegida diputada a la Asamblea Legislativa salvadoreña por dos periodos consecutivos (de 1994 a 2000; y luego de 2015 a 2018; y nuevamente de 2018 a 2021), también como diputada al Parlamento Centroamericano por dos periodos consecutivos de 2001 a 2011. Desde el 1 de mayo de 2018 encabezó el grupo parlamentario del FMLN hasta abril de 2021. Hoy ─dice─ “sigo con mi compromiso de lucha y resistencia contra la dictadura neofascista de Bukele, para que se enrumbe el país y se restablezca el proceso democrático logrado con los acuerdos de paz”.
─Todas las encuestas dan como gran favorito al actual presidente, Nayib Bukele, del partido «Nuevas Ideas», que podría gobernar hasta 2029 con la mayoría calificada que ha obtenido hasta ahora. ¿En qué ambiente se desarrollan estas elecciones?
─Un ambiente tenso, porque estamos ante la peor dictadura desde el inicio de la historia democrática del país. Las elecciones se desarrollan en un estado de excepción, iniciado en marzo de 2022. Llegamos a la votación con una campaña de odio, miedo, persecución política y fraude crecientes; en condiciones de desigualdad y abuso por parte del régimen, en ausencia de las condiciones mínimas de democracia y libertad. Las fuerzas populares en resistencia y todos los partidos de oposición han hecho todo lo posible para participar; pero, dada la gran concentración de poder en manos del ejecutivo, con los recursos sustraídos del dinero público, utilizados por para su campaña, el presidente puede ganar ampliamente en la primera ronda. Es bueno, sin embargo, hacerle saber al mundo que, detrás de la propaganda, hay otra realidad: la de un país hambriento. Todas las encuestas e investigaciones dicen que, para el pueblo salvadoreño, la principal preocupación es la económica, el aumento del costo de vida, el desempleo, la necesidad de migrar y, obviamente, un régimen excepcional que ha suspendido 10 garantías constitucionales, provocando injusticia y violación sistemática a los derechos humanos.
─¿Qué representa Bukele y quiénes son sus aliados a nivel internacional?
Nuevas ideas representan un régimen neoliberal radical, autoritario, populista y corrupto, que ha acumulado riqueza y poder durante sus 4 años de gobierno, su grupo familiar no sólo representa la oligarquía que asume nuevas formas, sino que se esfuerzan en ser parte de ella. No es antiimperialista en absoluto, se mueve en la ola del trumpismo. Durante los gobiernos del Frente abrimos nuevas relaciones con China, con Cuba, Vietnam, Rusia, con la República Saharaui; dejamos 143 representaciones diplomáticas en el mundo. Bukele anunció inmediatamente que quería romper relaciones con Beijing y abrirlas con Taiwán. Cuando asumió el cargo no invitó a los representantes de Venezuela, Cuba, Nicaragua ni de Honduras, con este último tal vez por conflictos de intereses. Nada más ser elegido, aunque es de origen palestino, visitó el lado de Israel en el Muro de los Lamentos y ahora, ante el genocidio del pueblo palestino, su política exterior es contradictoria, puesto que también condena a Hamás y no toma posiciones coherentes en las reuniones internacionales donde se construye un mundo multicéntrico y multipolar; suele enviar a su vicepresidente . Más bien, está comprometido a mantener su imagen de «dictador cool«, razón por la cual gasta millones en videos y publicidad para seguir dominando la revolución tecnológica que le hizo ganar. Apenas llevaba 3 meses en su gestión, cuando rompió relaciones diplomáticas con la República Saharaui, y el 2 de noviembre expulso a la misión diplomática de la República Bolivariana de Venezuela, y pretendió instalar en la sede de la embajada a Guaido y su equipo, a quien había reconocido meses atrás. Mientras tanto continúa con la política del lawfare, sometiendo al poder judicial con fines políticos. Le bajó perfil a las relaciones con Cuba, expulsó a los médicos cubanos, y cerró la Misión Milagro, y ya no continuó con el plan de alfabetización del programa Yo sí puedo. y mantiene un perfil bajo con Nicaragua. Aborrece todo lo que sea de izquierdas. El año pasado recibió con todos los honores al senador ultraconservador estadounidense, Marco Rubio, quien le dejó una placa de homenaje. Cuando Trump ganó, le envió como embajador a Ronald Douglas Johnson, quien dirigió a los asesores estadounidenses en El Salvador durante la guerra civil. Y sabemos que fue la interferencia y la intervención norteamericana lo que prolongó la duración del conflicto. Ahora, el espectro de la dictadura militar ha vuelto a asomar; él pretende duplicar el ejército a 40 mil y darle más funciones de seguridad pública. Quiere reducir las competencias de seguridad de la policía y disminuirla en cantidad.
─Bukele hace alarde de sus logros en la lucha contra el crimen. ¿Es eso así?
─El problema es cómo afronta la delincuencia, porque establecer un régimen de excepción, suspendiendo garantías constitucionales para toda la población, y meter en prisión a 75.000 personas, de las cuales el 40 % son inocentes, como admitió el propio Bukele al liberar a 7 mil de ellos, diciendo que estos habían estado en el lugar equivocado, el día equivocado; y provenientes de lugares que la pobreza los ha estigmatizado, no soluciona las causas que llevan a la delincuencia, en un país presa de la marginación económica, política y social, en el que las familias se están vaciando porque muchos se ven obligados a emigrar. Además, según una investigación de la Corte Federal de Nueva York, Bukele ganó gracias a un acuerdo o pacto con los grupos criminales que siguieron matando, pero en silencio, como lo demostraron los comités de presos víctimas del régimen de excepción y desaparecidos; revelando la existencia de cementerios clandestinos con más de 1.000 personas, incluso antes del estado de excepción, vigente desde 2022. Ahora, como todo dictador, Bukele necesita legitimarse con elecciones, pero lo cierto es que cuenta con acabar con todos los partidos de oposición. Mientras tanto, ninguna justicia repara los daños físicos y morales de personas inocentes encarceladas sin garantías y sin juicio, torturadas o asesinadas. Las ejecuciones extrajudiciales están aumentando llegando a más de 225 bajo tutelaje del gobierno, sin contar los bebés que han fallecido en la cárcel de mujeres. EL LAWFARE hacia la oposición, ha llevado a que líderes feministas sean procesadas y arrestadas. Donde no hay justicia, donde no hay respeto por los derechos humanos, donde no hay seguridad económica no puede haber verdadera seguridad. Nuestra posición no es sólo la de perseguir a los delincuentes, tanto pandilleros como de cuello blanco, sino la de garantizar el debido proceso, y sacar los inocentes estigmatizados por la pobreza, la de liberar a los presos políticos encarcelados de manera espuria: todavía nos quedan 20 del FMLN, antes eran 40 y muchos están con procesos judiciales, bajo investigación o tienen limitada su libertad; pero incluso la derecha tradicional, y otros sectores considerados de «centro progresista», han sufrido represión, porque cualquiera que exprese críticas al régimen es considerado un enemigo interno que debe ser tratado según leyes especiales, objeto de la picota mediática y social. El Parlamento ha otorgado poder al fiscal general para designar quién es considerado terrorista, aduciendo tratados internacionales contra el terrorismo. El ministro de Justicia ya ha anunciado una ley aún más restrictiva para tipificar como delitos los comportamientos de personas que incomoden a ciudadanos, personas que podrían ser pandilleros. Lo que supone una amenaza adicional para las protestas populares y para todos los derechos conquistados con el proceso de paz. Bukele ha creado una narrativa negacionista de la memoria histórica; dice que la lucha y la guerra civil fue una farsa y que el proceso de paz fue un pacto entre corruptos. Derribó el busto del Che Guevara y el monumento a la reconciliación nacional, y ahora, durante la campaña electoral, prometió hacer desaparecer al Frente y a los demás partidos, después de haber reducido drásticamente el número de parlamentarios. Si mantiene la mayoría cualificada, está pensando en crear una nueva constitución, anulando por completo lo establecido por los acuerdos de paz. Quiere cambiar la doctrina de las fuerzas armadas para seguir militarizando todo el país, dándole cada vez más funciones de seguridad pública y tener el control total de las finanzas públicas a favor de los poderes oligárquicos, y seguir enriqueciéndose. De esta manera evitó contabilizar los millones y millones que recibió durante la pandemia; seguirá proporcionando supersueldos y subsidios parlamentarios a los funcionarios, y permitiendoles “evadir la rendición de cuentas”.
─Nayib Bukele proviene de las filas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. ¿Cómo un personaje así pudo progresar tanto, hasta el punto de ser un «modelo» en América Latina?
─En nuestra constitución prevalece el Sistema de Partidos, para tener y participar del poder político. La presentación a elecciones debe darse a través de un partido; por eso un aliado debe hacerlo bajo la bandera del partido con el que está aliado. El FMLN tiene dos categorías de membresía: los militantes, que creen en la revolución y el socialismo, en el antiimperialismo, en la lucha contra el patriarcado, y los afiliados que no son miembros del partido, pero que convergen por intereses parciales. Entonces Bukele, como muchos otros, corrió en nuestras filas. Primero fue electo alcalde de un municipio pequeño en 2012, luego Fue electo alcalde de la capital, San Salvador, en 2015. Sin embargo, inmediatamente quedó claro que tenía ambiciones personales y un fuerte perfil narcisista que no encajaba con los intereses generales. Tenía grandes ambiciones políticas, quería ser presidente. Su padre, un empresario y político, era amigo del FMLN; Nayib también era un empresario, y se dedicaba a importar y comercializar las motos Yamaha, dueño de una discoteca y se dedicó al negocio de la publicidad. Inmediatamente comenzó a usar la política, a favor de amigos y familiares, para desprestigiar al Frente y a todos los partidos políticos, para emerger como figura. No hubo consenso sobre su candidatura y aceptó a regañadientes la reelección como alcalde. Luego, tras las acciones y posiciones ambiciosas y acciones de corruptela y machistas, ya no se consideró apropiado que permaneciera en las filas de un partido también antipatriarcal, socialista, democrático y antiimperialista. Entonces salió del partido y siguió su propio camino. En las elecciones de 2018, ya fuera del frente y sin opción, hizo campaña a favor de la abstención y el voto nulo. En 2019 se candidateo bajo la bandera de GANA, una fracción de derecha neoliberal surgida del partido Arena, con la cual gano la presidencial. Gracias a medios económicos, al pacto criminal y al hábil uso de los nuevos medios, logró su objetivo, apoyándose en la línea de Trump y encarnando un modelo falsamente antisistema que vemos replicado en América Latina y más allá; como es el neofascismo
─El FMLN presentó a Manuel Flores, conocido como el chino. ¿Con qué programa?
─Somos el único partido de izquierda revolucionario socialista, antiimperialista y anti patriarcal. Con una larga y fuerte tradición de lucha. Realizamos una campaña casa por casa para escuchar las necesidades de un pueblo que no ve alternativas en el escenario político institucional, tratando de infundir nuevas esperanzas. Hemos organizado cientos de asambleas. El FMLN está resurgiendo. Nuestro programa, compuesto de 9 propuestas, tendrá como centro ─en primer lugar─, un plan «hambre cero», seguridad sin miedo, derechos humanos y justicia, pensiones para las personas mayores y también para las víctimas del pasado conflicto, el restablecimiento de más de 200 programas sociales que han sido abolidos; salud pública, lucha contra las desigualdades, desempleo, atención a los jóvenes. Nuestras propuestas y nuestros sueños son banderas de lucha que guiarán, dentro y fuera de las instituciones, la resistencia a la dictadura que ha llegado al corazón del pueblo con falsos discursos y que ahora muestra su verdadera cara.
─Este año, más de la mitad de la población mundial acudirá a las urnas. ¿Qué análisis hace Ud. de la situación internacional ante el resurgimiento de nuevos fascismos desde Europa hacia América Latina?
─El capitalismo y el neoliberalismo están en proceso de descomposición, aunque eso no significa que hayan llegado al final. Para ello utilizan el fascismo y producen personajes como Trump y sus clones: los Bolsonaros, los Bukeles, los Mileis y ahora los Noboas, que tienen la tarea de perpetuar el sistema capitalista, combinando el autoritarismo en la economía y la política y concentrando en él todo el poder, según las características locales. El contexto de crisis estructural, como también se puede ver en Europa, es lo que les favorece. Los pueblos deben tener cuidado con esta nueva modalidad y preservar la memoria histórica, central en la batalla de ideas que debe regresar con fuerza; deben contrarrestar el lawfare, dominando la revolución tecnológica, pero organizando todas las formas de lucha y poder popular.
─Cómo estuvieron los resultados electorales de este 4 de febrero en el Salvador?
─Ayer, cuatro de febrero, se desarrollaron las elecciones presidenciales y legislativas, se eligió a un binomio presidencial de las 6 fórmulas que se presentaron: FMLN, ARENA, NUESTRO TIEMPO, FUERZA SOLIDARIA, FRENTE PATRIOTICO Y NUEVAS IDEAS. Y se eligieron 60 diputados de estos partidos, más otros como: VAMOS, PDC, PCN, GANA, CD, PAIS. Hoy lunes 5 de febrero dio inicio la campaña para 44 alcaldes y concejales de El Salvador y para 20 parlamentarios Centroamericanos ─PARLACEN─.
Si bien es cierto que los resultados electorales a boca de urna, de la encuestadora Cidgalo, le da el 85% de los votos a Nayib Bukele, estos no son datos oficiales del TSE de resultados preliminares, mucho menos finales en firme. También están pendientes los de las diputaciones. Por lo que los pronunciamientos de quienes le han felicitado o quieren felicitar, como gran ganador, deben ser cuidadosos.
Lo que sí podemos denunciar, es el gran fraude que se ha cometido en El Salvador, cuyas principales características están ya siendo denunciadas ante el mundo , entre las que encontramos: (desde) ilegalidades de inconstitucionalidad, hasta desorganización premeditada, y fraude en el sistema informático; detectado por la defensa del voto de los partidos de oposición; principalmente del FMLN y que ha obligado al TSE a descartar su sistema electrónico y pasar al conteo manual de los votos; el descontrol del paquete electoral este lunes 5 ha sido grave, al grado que ha llevado a sectores a pedir la destitución del Tribunal Supremo Electoral y a pedir una auditoría independiente del voto del exterior ya que hoy hay actas, y papeletas para contrastar los resultados; pero con lo ocurrido en el sistema electrónico del Tribunal (dando sumas y cifras contradictorias) hay una duda razonable de cuales fueron los votos reales en el exterior.
Considero que el gran fraude en el exterior lo hizo el TSE como parte del régimen actual presidido por Nayib Bukele, ya que este sabía que él podía tener alta votación, y continuar gobernando inconstitucionalmente en forma continua; pero lo que le preocupaba y preocupa es perder el congreso, pues desde ahí controla todo el Estado y puede reformar en los próximos meses, antes de que asuma el nuevo congreso, la constitución. Y la siguiente que se instale en mayo, la ratifique y así consume la supresión de las reformas constitucionales ─producto de los acuerdos de paz─ que legalmente le impiden cometer los abusos de poder y la militarización e injusticia y violación a Derechos humanos que hoy le complican.
Hay denuncias que durante las 24 horas pasadas subsiguientes a la votación se extraviaron cajas de votos, y aparecieron en lugares no institucionales.
El mismo Tribunal, ha acordado que a partir de este mismo día, en las tardes, se cuenten los votos manualmente porque el sistema electrónico se cayó.
Ahora se está creando un ambiente de desconfianza en los candidatos de los partidos de oposición, pues no hay confianza en el voto electrónico, y se está pidiendo que la votación y su conteo de votos, para las elecciones del 5 de febrero para municipios y parlamentarios centroamericanos se haga manual.
El ambiente en El Salvador, más allá de los que apoyan al gobierno y los resultados favorables a ellos, es de indignación, cuestionamiento.
Consideramos que como FMLN hemos enfrentado la peor dictadura de la historia democrática del país, hemos enfrentado al terror, el miedo, campañas de odio, persecución y el fraude; con la dignidad que nos ha caracterizado. De esta jornada electoral, que no concluye, estamos más organizados, más movilizados y mejor preparados para la resistencia y la lucha; de frente y sin miedo.