Por: Luis Darío Bernal Pinilla
Pocas veces en la historia de América Latina, la decisión política de uno de sus países integrantes, ha sido tan decisiva, no sólo para marcar el rumbo de esa nación; sino el futuro de todo el continente. Y nunca un pronunciamiento electoral particular de un pueblo, puede traer tantas y tan trascendentales consecuencias políticas para el resto de pueblos de la región.
En otras palabras, la elección de presidente de la República que va a llevarse a cabo en la República Bolivariana de Venezuela, llueva, truene o relampaguee; como dice la consigna de la Revolución, va a determinar que Venezuela, América Latina, y el mundo; asuman de una vez por todas, que el Capitalismo Salvaje del cual ha hablado hasta el propio papado, siga arrasando el planeta. O, por el contrario, que el Socialismo, en sus diversas modalidades según las condiciones de cada país; empiece a convertirse en un sistema político, económico, y social; válido para solucionar los problemas fundamentales de los llamados Condenados de la Tierra.
Venezuela a la Vanguardia
Siguiendo con su tradición de ser la vanguardia de la libertad, y sin desconocer el extraordinario ejemplo de lucha, valentía y dignidad de la Cuba Revolucionaria; la República Bolivariana de Venezuela, se ha convertido, como lo fue hace doscientos años, en punta de lanza de la lucha de los pueblos, por la independencia. Especialmente en América Latina. Ayer Bolívar y Sucre, entre otros. Hoy Chávez, y su discípulo Maduro, han levantado a sus pueblos, y con su ejemplo a otros, (a pesar de las pausas transitorias de los últimos años) contra todas las formas de Imperialismo; en especial contra la potencia militar más importante de la historia de la humanidad.
El Proceso Bolivariano ha logrado además, que la inteligencia revolucionaria ─a pesar de la situación a que ha sido sometido el gobierno y el pueblo de Bolívar─ desenmascare a la CIA, entidad culpable desde hace más de 60 años de todo tipo de crímenes contra los pueblos del mundo; como responsable, asimismo, de los últimos intentos para derrocar el gobierno del Presidente Maduro.
También se ha comprobado, fehacientemente, lo dicho hasta la saciedad por la diplomacia y el gobierno venezolanos, y que los medios de comunicación goebbelianos del continente y del mundo han negado, también hasta la saciedad; que las formas de violencia (intentos de magnicidio entre otras) que se han venido desarrollando en la Venezuela de los recientes años, y de manera especial en los últimos meses, no han sido jamás formas endógenas de actuación política en Venezuela, sino elaboraciones pensadas, planificadas y financiadas en el exterior, EEUU, Colombia, Israel.
Venezuela vs Imperialismo
Así las cosas, las elecciones próximas en Venezuela, no son para enfrentar a la derecha venezolana, cada vez más escuálida, por las torpezas políticas de sus dirigentes; ni siquiera para decirle al mundo que el Proceso Bolivariano está más vivo que nunca; ni que Maduro, no sólo es el sucesor de Chávez, sino la persona que ha logrado enfrentar y vencer la campaña de desprestigio, ataque falaz, y obstaculización más brutal a su gobierno que haya recibido gobernante alguno en América Latina.
Tales elecciones son un combate cuerpo a cuerpo, nada menos que con el Imperialismo Norteamericano y sus vasallos y esbirros de América Latina y del mundo, entre los cuales se destaca, triste y miserablemente, el oligarca prosionista que de entrada realiza el peor gobierno de los últimos años en Argentina, Javier Milei, enfermo mental y payaso político, quien, en menos de tres meses de gobierno, ha sido capaz de hundir en el lodo económico, político y social a Argentina y de apoyar, lamentándose de su fantochada en el mítico Muro, seguramente de su estulticia y de su apoyo al Genocidio en Gaza.
Votos sí, balas no
Al pueblo venezolano de hoy, heredero del Bravo Pueblo que recorrió el continente suramericano hace 200 años, liberándolo del yugo español , el imperio más extenso jamás visto, en el cual, como decía uno de sus jerarcas, jamás se ponía el sol; le toca hoy, para defender la Revolución Bolivariana, a los pueblos de América Latina y al mundo, esperanzados en el experimento socialista venezolano, contestar a las BALAS asesinas de la Derecha Venezolana e Internacional; a las amenazas del Imperialismo Norteamericano; a la traición de presidentes como el deslenguado gaucho, y a la injerencia de la Unión Europea, con VOTOS .
Pero lo votos, si no van acompañados de una profundización de la conciencia política de los sectores que están con la revolución, como lo sigue haciendo la Cuba Grande y de un gran esfuerzo de captación de los que aún no entienden la película política y votan por sus capataces, pueden ser útiles para ganar las elecciones. Pero no para vacunar al Proceso Bolivariano de reveses como los que han sucedido a lo largo de estas calendas en Perú, Brasil, Ecuador y ahora Argentina. Que ojalá la campaña que se avecina no sea sólo consignas y bochinche, como criticaba Miranda hace 200 años. Sino reflexión, análisis, debate, crítica y, sobre todo, autocrítica.
Las izquierdas de todo el mundo, los demócratas de todo el planeta, los seres simplemente humanistas del universo; deben saber que en Venezuela se está cocinando a fuego lento, a pesar de la velocidad de los acontecimientos, ni más ni menos que la posibilidad de transitar de manera pacífica hacia una cultura de la igualdad, la inclusión, la libertad, la justicia social, la paz. Por tal motivo, instamos a todos ellos, a tomar partido activo por esta opción, desde cualquiera de las trincheras en las cuales se muevan. A fin de impedir que, de nuevo y por muchos años quizá, siga imperando en el mundo el reino de la desigualdad, la miseria, la exclusión, la esclavitud, la injusticia social, la guerra. Entre Vencer o Morir, como dijo un prócer de la independencia venezolana, no hay otra opción que vencer.