Aprovechando que las redes propician el analfabetismo funcional, la emocionalidad reactiva y la apatía hacia la Patria, se han propuesto acabar con El Libertador, que es el principal símbolo de lucha y creación enraizado en la cultura popular y el imaginario colectivo
Por: José Gregorio Linares
A través de las redes digitales se está desarrollando una campaña internacional contra el Libertador Simón Bolívar. Basta abrir cualquier red y colocar la palabra “Bolívar” para que aparezcan una serie de influencers atacando al Padre de la Patria.
Es un ataque geopolítico. Los laboratorios de ideas de Estados Unidos, España, y Suramérica saben que Bolívar se ha convertido en un referente de las naciones y pueblos del Sur; por tanto, se han propuesto aniquilarlo simbólicamente, excluirlo del imaginario colectivo, desterrarlo del corazón de los pueblos. Saben que mientras Bolívar permanezca como símbolo, su mensaje de liberación se incorporará a los movimientos sociales contrahegemónicos, en alternativa frente al proyecto globalizador deshumanizante.
Dictador cruel y sanguinario
Uno de los abanderados de esta cruzada es el colombo-español Pablo Victoria Vilches, autor de “La otra cara de Bolívar” y “El terror bolivariano”. En relación con el Padre de la Patria afirma este youtuber de la academia: “Bolívar era un dictador cruel y sanguinario. No vacilaba en fusilar a prisioneros de guerra. Sus ejércitos sacaban a los heridos de los hospitales y los remataban en la calle. Si se contabilizan los asesinatos de Simón Bolívar desde 1812 a 1814, suman más de 2.000 asesinatos a sangre fría. No vaciló en darle una especie de solución final al tema español como lo hizo Hitler con los judíos. En Venezuela se entrenaron muchos asesinos que luego fueron a la Nueva Granada y allí enseñaron a matar.”En la introducción del texto El terror bolivariano dice “El Bolívar que he descubierto me ha llenado de espanto, congoja y vergüenza. Nunca pude imaginar que detrás de ese idealista y hombre grande, pudiera esconderse simultáneamente, un alma tan ruin y sanguinaria”.
Pablo Victoria Vilches es simplemente una pieza en el tablero de peones intelectuales que se proponen destruir a Bolívar. Es un “doctor” con muchos títulos al servicio de la oligarquía colombiana, la España monárquica y el Pentágono. Dio su respaldo al movimiento neonazi autodenominado “Alianza Nacionalista por la Libertad”; y en el acto de relanzamiento de esta organización en el 2013, fue el orador de orden junto al terrorista venezolano Lorent Saleh, amigo de Álvaro Uribe. Sus acciones obedecen a un plan bien tramado, donde a él le toca ocuparse de un target (público objetivo) ─el académico con ramificaciones con el paramilitarismo nazi─ y cobrar por sus servicios.
Un matarife sanguinario
Asimismo, ha ganado fama otro antibolivariano colombiano: el libelista Evelio Rosero con la novela La Carroza de Bolívar. El argumento de la obra es el siguiente. Justo Pastor Proceso, ginecólogo del pueblo de Pasto e historiador, paga a unos artesanos para que decoren una carroza de Carnaval donde se proponen ridiculizar a Bolívar, el “mal llamado Libertador”. En la comparsa, Bolívar aparecería coronado de emperador y se haría alusión a su aviesa personalidad y a sus errores políticos. El propósito del organizador del evento es “bajar el mito del pedestal”. Pero pronto las fuerzas tradicionalistas de la ciudad ejercen presión para que la carroza no sea construida y no salga a desfilar. Cuando esto no resulta suficiente, entra en acción una célula guerrillera integrada por fanáticos bolivarianos con nombres soviéticos, quienes a la vez que se proponen impedir el acto de burla contra el Libertador y asesinar al promotor de la parodia. Al final de la novela los guerrilleros bolivarianos, en medio del jolgorio de las fiestas de carnaval, avanzan disfrazados de asnos y buscan matar al médico que quiso desmitificar a Bolívar ¡Toda una simbología! Para Rosero, “Bolívar fue un matarife sanguinario, asesino excepcional, un desquiciado” . En reconocimiento a su “aporte” intelectual, la élite santandereana de Colombia le otorga el premio Nacional de Novela en el 2014.
Campaña antibolivariana en las redes
Aprovechando que las redes propician el analfabetismo funcional, la emocionalidad reactiva y la apatía hacia la Patria, se han propuesto acabar con El Libertador, que es el principal símbolo de lucha y creación enraizado en la cultura popular y el imaginario colectivo. Los propósitos principales de esta campaña antibolivariana son: En primer lugar, borrar de la memoria colectiva suramericana su más importante referente de justicia social, emancipación y unidad continental. En segundo lugar, socavar en los planos simbólicos, culturales, teóricos, políticos y emocionales, la columna central de la Revolución Bolivariana para debilitar sus bases de sustentación. En tercer término, vilipendiar y desestabilizar al gobierno bolivariano instaurado en Venezuela; para sustituirlo por un régimen afecto a los Estados Unidos que tutele su accionar político y convalide su proyecto de sociedad. Finalmente, destruir toda esperanza de constituir en el continente y en el Sur Global sociedades fundadas en la doctrina y los principios bolivarianos.
Toda la Patria una escuela
La respuesta a esta Campaña geopolítica internacional contra El Libertador debe ser contundente. Toda la patria nuestroamericana debe convertirse en una gran Escuela Bolivariana de formación y difusión, que se contraponga a la infamia digital contra el Libertador. En ese sentido, hay que avanzar con sentido creador y con fines de transformación en el estudio de la vida y obra de Bolívar. Incorporarlo expresamente en nuestros currículos en todos los niveles de la instrucción; diseñar y ejecutar una magna campaña comunicacional en los medios masivos, especialmente en las redes digitales, donde también debemos dar la batalla.
Sí, debemos continuar estudiando la vida, el pensamiento, y la obra de El Libertador; y difundir su ideario movilizador. En una oportunidad (12 de julio del 2004) el Comandante Chávez dijo: “Yo tengo la impresión de que nosotros no conocemos bien a este hombre, quién fue realmente Bolívar”. El desafío es, por tanto, conocer y dar a conocer al Padre de la Patria: entender su radical gesta histórica, comprender su proyecto político contrahegemónico, perpetuar su legado, ─hoy más vigente que nunca─. Allí cabalga todo un “ejército de ideas” que pone en peligro el poderío de los imperios globalizadores y las oligarquías neocolonizadas.
No nos extraña que los enemigos de los pueblos del mundo contraten manipuladores comunicacionales virtuales, a quienes les ordenan ponerse a denigrar contra El Libertador. Pero no lograrán su cometido. Ignoran que Bolívar es una fuerza espiritual imperecedera, un padre tutelar que nos acompaña siempre. Como dijera Miguel de Unamuno, “es uno de esos seres espirituales sin cuya presencia en este mundo, la humanidad quedaría incompleta”.