“…el decadente imperialismo jamás había tenido tan pobre y ridículo liderazgo como el que hoy exhibe el G7 (…) Nuestra Democracia Revolucionaria les dirá este 28 de Julio, nuevamente, que somos libres y soberanos y que sus lacayos ¡No Volverán!”, Yván Gil
Las recientes elecciones europeas vislumbran sin duda el rechazo, cada vez más paulatino, a las determinaciones estadounidenses nariceando la política exterior de la Unión Europea, más en momentos donde uno de los grandes objetivos del grupo de poder de ese país es alejar por completo las relaciones de la parte occidental del continente europeo con la Federación de Rusia, siendo esta nación proveedor seguro y sustentable de energía.
Esto, sumado al profundo debate en torno a la migración creciente como un problema donde, por cierto, la propia colonización europea y las intervenciones que se han generado en los últimos 30 años, al margen del sistema de Naciones Unidas y lo dispuesto en su carta fundacional, no han hecho otra cosa sino empeorar la situación de regiones de África y Oriente Medio; que han desembocado en una fuerte ola de migrantes buscando futuro en donde puedan conseguirlo.
Sin embargo, los dos elementos expuestos arriba para nada fueron impedimento para avanzar en la reciente Cumbre del Grupo de los Siete G7, reunida en Bari, República Italiana, en la ratificación de la vía del conflicto y el sostenimiento de un frente de guerra en Europa del Este; que no parece tener fin mientras no se aborde con sentido de realidad una solución política de largo plazo.
Lo mismo sucede en el caso de la situación en torno a la Franja de Gaza y el injustificable genocidio al cual ha sido sometido el pueblo de Palestina, por parte del Estado de Israel que, al amparo de la acción de respaldo o el silencio cómplice, promueve la expulsión de miles de personas; creyendo que ello puede ser una solución de largo plazo y no el incremento del conflicto de base que ya lleva más de 70 años.
Pues bien, ambos temas fueron parte de la agenda de trabajo del Grupo de los Siete y las soluciones de fondo no sólo no se ven; sino que parecen no tener mucho de voluntad política práctica que no sea prolongar el conflicto, añadiendo amenazas y declaraciones que esconden sus verdaderos intereses estratégicos.
Básicamente, los líderes de los llamados siete países que se autoafirman como “más poderosos del mundo”, discutieron aspectos como el desarrollo de la inteligencia artificial, los conflictos alrededor de mundo, así como nueva ayuda financiera para Ucrania.
De hecho esta Cumbre contó con la visita del Papa Francisco para abordar el tema de la Inteligencia Artificial, a la cual el máximo líder de la Iglesia Católica exhortó a controlar, como manera de evitar daños a la sociedad en el mediano y largo plazo, convirtiendo las relaciones humanas en algoritmos.
«Frente a las maravillas de las máquinas, que parecen saber elegir de forma autónoma, debemos tener claro que el proceso de toma de decisiones, incluso cuando nos enfrentamos a sus aspectos a veces dramáticos y urgentes, siempre debe dejarse en manos de los humanos (…) Condenaríamos a la humanidad a un futuro sin esperanza si priváramos a las personas de la capacidad de decidir sobre sí mismas y sobre sus vidas, condenándolas a depender de las decisiones de las máquinas«, afirmó el sumo pontífice durante su intervención.
Al valorar este tema la Declaración final de la Cumbre estableció sobre la inteligencia artificial lo siguiente: «…perseguiremos una transformación digital inclusiva y centrada en el ser humano que apoye el crecimiento económico y el desarrollo sostenible, maximice los beneficios, y gestione los riesgos en línea con nuestros valores democráticos compartidos y el respeto a los derechos humanos».
Sin embargo lo anterior, que parece abordar desde un punto racional el asunto de la inteligencia artificial, no fue precisamente el sello que marcó el resto de los puntos abordados. Por el contrario, el crecimiento de la conflictividad marcó la narrativa contenida en el documento final.
Destacan en la declaración los siguientes aspectos:
Aprobación de un préstamo de más de 50 mil millones de dólares a Ucrania.
Exhortación a Israel para que se abstenga de cualquier maniobra a gran escala en Rafah, que según el bloque «tendría aún más consecuencias nefastas para los civiles».
Advertencia a la República Islámica de Irán de una respuesta “rápida y coordinada, incluso con medidas nuevas e importantes» si Teherán sigue apoyando a la Federación de Rusia en la guerra de Ucrania con «misiles balísticos y tecnología relacionada».
Compromiso a tomar medidas contra lo que subrayan como prácticas comerciales inequitativas e incorrectas por parte de la República Popular China.
El grupo ha pedido al Gobierno del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, elecciones limpias, con observación europea y el cese de lo que denominan “acoso” contra dirigentes opositores.
Exhorto a Venezuela para que se abstenga de posturas amenazantes a la República Cooperativa de Guyana, en el contexto de la controversia territorial sobre la Guayana Esequiba.
Como elemento de respuesta, la República Bolivariana de Venezuela fue enfática en afirmar con claridad la crisis de liderazgo de este grupo; que enfila desde una óptica arrogante y conflictiva, alejada de un mundo que de manera paulatina viene trabajando en otras opciones multilaterales.
Esto manifestó el Canciller Yván Gil: “…el decadente imperialismo jamás había tenido tan pobre y ridículo liderazgo como el que hoy exhibe el G7 (…) Nuestra Democracia Revolucionaria les dirá este 28 de Julio, nuevamente, que somos libres y soberanos y que sus lacayos ¡No Volverán!”
Y es que a juzgar por las conclusiones aquí valoradas, y a pesar de que existen crecientes conflictos en el propio seno de la Unión Europea, han quedado ratificadas posiciones previas, por ejemplo ante la guerra en Ucrania, que lo que promueven es acrecentar el conflicto y casi ponen en condición de inutilidad a la Conferencia por la Paz que esta semana se desarrolla en Ginebra, Suiza, y de la cual ya varios países se han bajado.
De suyo, estas posiciones del G7 reafirman la necesidad cada vez superior de procurar alternativas como la que se viene estableciendo a partir del Grupo BRICS, cuya Cumbre de Kazán en octubre próximo tendrá que debatir sobre la solicitud formal de más de 30 países para formar parte del mismo, ya que interpreta de manera real y en respeto a la Carta de Naciones Unidas los anhelos de los pueblos y los Estados en pro de construir un futuro de desarrollo compartido y no de imposición del unilateralismo como parece querer mantener el Grupo que se reunió en Bari.
Un Grupo de los Siete que lejos de fortalecerse se sigue socavando mientras sigan el empeño de sostener conflictos y mirar para otro lado cuando de voluntad política se trate para buscar soluciones de fondo a los grandes desafíos mundiales, que ya no admiten el unilateralismo como único factor de influencia.
Realidades, de las que este grupo parece cada vez más alejado.