La vieja política, la vieja narrativa del enemigo necesario, amerita tener a quien confrontar para mantener boyantes las empresas de armas; de las cuales muchos funcionarios o militares del Pentágono son ejecutivos
Bodas de diamante celebró la OTAN, de diamantes de sangre, podríamos decir. Esa organización que, en teoría, se creó con fines pacíficos; pero que en realidad ha sido brazo armado de Estados Unidos, primero en tiempos de la Guerra Fría, y luego, ya sin disimulo, al servicio de la Casa Blanca y sus perversas aventuras.
Disgregada la Unión Soviética, el complejo militar industrial y financiero que interactúa en Washington, como gendarme de “occidente”, debía encontrar un “enemigo necesario” para seguir funcionando, para seguir haciendo negocios.
Se inventaron dos: la defensa de los derechos humanos y el terrorismo.
Algunas veces en sus intervenciones fusionaron los dos, o los hicieron por separado. De ahí la masacre y desmembramiento de Yugoslavia. Las guerras e invasión a Irak, a Libia, Afganistán.
Claro, desaparecida la Unión Soviética, quedando Estados Unidos como potencia hegemónica, sus estropicios no tenían cortapisas. Actuaban, a veces saltándose a la ONU, al Consejo de Seguridad.
Total, eran los dueños del mundo. En ese contexto, la OTAN era el brazo armado de Occidente, o, en la práctica, de Estados Unidos.
Pero a las invasiones y saqueos de esos países, debemos agregar las tantas “misiones de paz” en el Medio Oriente, en África, en Haití, que dejaron como secuela denuncias de violaciones, asesinatos, corrupción.
En ocasiones, los cascos azules provocaban más terror que los grupos armados en conflicto. Así se desempeñaban, con plena impunidad.
Pero, como hemos venido señalando, el escenario cambia con la irrupción de China y Rusia como grandes potencias. Potencias económicas y militares. Y, esto hay que aclararlo bien, la propaganda occidental se encargó de hacerle ver a gran parte del planeta, en donde tiene mayor influencia, que China es sólo una potencia económica, pero sin músculo militar; falso.
Y eso lo saben bien. ¿Acaso no es cierto que el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) aplicada a la industria militar por los chinos, ha superado a la del Pentágono? Lo reconocen ellos mismos y están preocupados. La producción de aviones de ataque china ya supera la de los F 35, que tantos cuestionamientos reciben por estos días.
De hecho, China ya ha desarrollado misiles hipersónicos, como los rusos. China posee también un respetable arsenal nuclear, y proyectiles que podrían neutralizar fácilmente los portaviones norteamericanos.
Además, los estrategas militares saben la importancia de una buena diplomacia, de tener aliados poderosos y una economía pujante. China cuenta con eso.
Hablar del poderío militar ruso, en estos momentos en que le viene ganando la guerra a la OTAN en suelo ucraniano, sería reiterativo. Porque, además, no es de ahorita, ya lo muestran desde el conflicto armado que empezó el 2014 en Crimea.
Allí, las armas rusas enfrentaron a Occidente con los resultados que todos sabemos. Ya los rusos, con su tecnología militar, en suelo sirio han derrotado a Occidente, a la OTAN. Lo siguen haciendo en Ucrania.
Rusia también tiene vigor económico. Y no vengan a decir que sólo es un exportador de energía. Cuando decimos energía nos referimos a petróleo, gas y uranio.
Rusia tiene un desarrollo industrial y tecnológico de primer nivel. Ellos no sólo venden el uranio; a muchos países les han instalado plantas y reactores nucleares con los que generan electricidad.
Son, además, una potencia agroindustrial. De hecho, ya algunos entes los sitúan entre las primeras 7 economías del planeta. ¿Ustedes creen que un país débil económicamente podría afrontar con éxito una guerra de desgaste como la que se ha planteado entre Rusia y la OTAN?
Al igual que China, tienen una red de aliados en el mundo que les garantiza todo tipo de apoyos en caso de conflictos. Bueno, lo estamos viendo.
Tanto Moscú como Pekín son miembros fundadores de los hoy fortalecidos BRICS. Conforme hemos señalado en varias ocasiones, el hegemón ha intentado e indudablemente lo va a seguir haciendo, crear rencillas entre las potencias emergentes para impedir que se cohesionen.
Uno de los países que más han cortejado para ese fin ha sido la India. Han usado antiguas disputas con China o Paquistán para crear zozobra, enfrentamientos. Pero Nueva Delhi no ha caído en la tentación; por el contrario, se acerca a Rusia. En efecto, los días 8 y 9 de julio el presidente indio visitó Moscú.
Vladimir Putin dijo que las relaciones entre los dos países «tienen el carácter de una asociación estratégica especialmente privilegiada … Entre nuestros países existe una amistad muy antigua, con buenas relaciones que se han desarrollado durante décadas. Este año celebramos 77 años del establecimiento de relaciones diplomáticas«.
Hay cifras interesantes a tener en cuenta: el intercambio comercial entre Moscú y Nueva Delhi creció un 66 % el año pasado y un 20 % en el primer trimestre de este año.
El jefe de Estado ruso reiteró que ambos países colaboran estrechamente en la arena mundial, incluso en las organizaciones internacionales.
«Le agradezco la atención que está prestando a los problemas más agudos, incluido el intento de encontrar vías para resolver la crisis ucraniana, por supuesto, ante todo por medios pacíficos«, señaló el mandatario ruso.
La cultura del lejano oriente tiene características que, muchas veces, los occidentales pasan por alto, que no le prestan la atención adecuada. Hay palabras y gestos que revisten gran importancia.
Por eso debemos tener muy en cuenta que el primer ministro indio, Narendra Modi,
calificó al líder ruso cómo su «querido amigo» y le dio las gracias por su hospitalidad.
Luego, relató que conversó con Putin durante unas cuatro o cinco horas «en un ambiente hogareño … estoy muy contento de que sobre el tema de Ucrania hayamos intercambiado puntos de vista de manera abierta«.
Sobre las negociaciones con Moscú, dijo que habían sido fructíferas, que en el transcurso de las negociaciones se habían debatido las vías para diversificar la cooperación india-rusa en ámbitos como el comercio, la seguridad, la agricultura, la tecnología y las innovaciones. “Otorgamos gran importancia a la accesibilidad del transporte y el intercambio cultural«.
Modi, en un arrebato verbal que parece destinado a Occidente, enfatizó: «nuestros lazos se han puesto a prueba en múltiples ocasiones, y nuestra amistad siempre ha salido fortalecida«.
Pero, «para variar», Estados Unidos no perdió la oportunidad de hacer el ridículo. Así es, en tono de regaño el portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Matthew Miller, indicó que Washington estaba preocupado por las relaciones de la India con Rusia
«Hemos dejado muy claro, directamente a la India, nuestra preocupación por su relación con Rusia. Así que esperamos que la India y cualquier otro país, cuando se relacione con Rusia, deje claro que Rusia debe respetar la Carta de las Naciones Unidas y la soberanía e integridad territorial de Ucrania«, expresó.
No quedó ahí, Miller dijo que Nueva Delhi es «un socio estratégico de Washington con el que mantiene un diálogo franco y completo, que incluye las preocupaciones sobre la relación con Rusia«.
Ya desatado y frenético, Miller comparó la visita de Modi al país euroasiático con la del primer ministro húngaro, Víktor Orbán, que había visitado Moscú días antes.
Bastante caso hizo la India al regaño. Muy «asustado» debe haber estado Modi. Tanto que, paralelamente, los gobiernos de India e Irán anunciaron sus planes de reanudar el diálogo para desarrollar una ruta ferroviaria entre el puerto de Chabahar y la ciudad iraní de Zahedán, al norte del puerto.
Ya en mayo de este año, ambos países habían suscrito un acuerdo en virtud del cual Nueva Delhi gestionará durante los próximos diez años el puerto, que constituye un importante nudo del Corredor Norte-Sur de Transporte Internacional y un enlace entre Oriente Medio y Eurasia.
Chabahar es el único puerto iraní con acceso al océano Índico, una vez en funcionamiento el proyecto reduciría en una tercera parte el tiempo de los envíos de mercancías indias a los países de Asia Central.
Ah, en mayo, la administración Biden al enterarse de estos planes, advirtió: «cualquier país o persona que esté considerando hacer negocios con Irán debe ser consciente de los riesgos potenciales a los que se expone y del riesgo potencial de sanciones«.
Así las cosas, en un mundo que ve cómo el poder real migra a Eurasia, la OTAN, sus jefes de Estado y dignatarios, se reunieron en Estados Unidos. Aquí no vamos a comentar los extravíos de Joe Biden, que ya son usuales en él; no, vamos a referirnos al documento que emitieron esos señores, que son una oda a la desconexión de la realidad. Una oda a su tendencia a seguir ignorando la existencia de otros protagonistas. A pretender seguir ignorando el nuevo orden mundial que emerge.
En un mundo que ve cómo el poder real migra a Eurasia, la OTAN, sus jefes de Estado y dignatarios, se reunieron en Estados Unidos
Entre lo «acordado» en la reunión, y lo entrecomillamos porque ese parece uno de los tantos documentos publicados por Washington y sus laboratorios de ideas; se decía que la OTAN pretende reforzar su presencia en los Balcanes, el mar Negro y las regiones meridionales; para contrarrestar las amenazas a sus intereses, seguridad y valores.
En otro párrafo dicen: “la competencia estratégica, la inestabilidad generalizada y los choques recurrentes motivan el aumento de las capacidades militares de la alianza … las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de Irán, China y Rusia siguen suponiendo un desafío a nuestros intereses, seguridad y valores«.
Es decir: la vieja política, la vieja narrativa del enemigo necesario, el tener a quien confrontar para mantener boyantes las empresas de armas; de las cuales muchos funcionarios o militares del Pentágono son ejecutivos.
En la declaración conjunta, también se habla sobre las regiones meridionales, advirtiendo que los conflictos, la fragilidad y la inestabilidad en esos lugares, afectan la seguridad del bloque militar y la de sus aliados.
Hablaron también sobre fomentar una mayor seguridad y estabilidad en Oriente Medio y África; sobre reflexionar respecto a los retos y oportunidades del Sur. Es decir, hoy, después de que China y Rusia han venido trabajando acuerdos, haciendo diplomacia seria, más justa con el Sur Global, los señores de la OTAN recién van a reflexionar al respecto.
Lo dicho, tienen un problema de desconexión de la realidad.
También hablaron de ampliar su cooperación con Australia, Japón, Nueva Zelanda y la República de Corea; resaltando que el Indo-Pacífico es «importante para la OTAN; dado que los acontecimientos en esa región afectan directamente a la seguridad euroatlántica».
Claro, pero Washington ya sentó posición al respecto con la formación del AUKUS, poniéndolo por encima de la Unión Europea. Cuando se conformó el AUKUS se perjudicó a Francia, que le iba a vender submarinos por 65 mil millones de dólares a Australia.
Pero fueron más allá, la emprendieron contra China. Dijeron que la OTAN está intensificando su preparación para protegerse de los «esfuerzos de China para dividir a la Alianza».
Afirmaron que China plantea desafíos sistémicos a la seguridad euroatlántica, advirtieron sobre sus «actividades cibernéticas e híbridas maliciosas sostenidas, incluida la desinformación, el aumento de las capacidades y actividades espaciales del país; así como el rápido crecimiento de su arsenal nuclear«.
Pero, en otro confuso ejercicio de verborrea, aseguraron que la OTAN «sigue abierta a un compromiso constructivo con la RPC [República Popular China], que está impulsando la conciencia compartida, mejorando su resiliencia y preparación, y protegiéndose contra las tácticas coercitivas de la RPC y sus esfuerzos por dividir a la Alianza«.
Y, como era obvio, se refirieron a China y la guerra de la OTAN en Ucrania, condenando a Pekín por su cada vez más profunda asociación estratégica con Moscú. Acusaron a ambos países de “intentar socavar y remodelar el orden internacional basado en normas”.
China y Rusia son países amigos, ¿no va a apoyar China a Rusia? ¿Los señores de la OTAN son bobos?
Culminó la cumbre, se tomaron las fotos de rigor, en la que se veía a los mandatarios rendirle pleitesía a Biden; cuando de pronto el senador republicano por Idaho, Jim Risch, en un foro público de la OTAN dijo: «todos nos hemos quedado atónitos ante la debilidad y los agujeros de nuestra producción industrial en materia de defensa. Vamos a tener que hacer más«.
Algo a tener en cuenta, Risch es el senador republicano de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Lo que dijo el legislador lo vienen diciendo varios expertos en materia militar. Claro, a muchos no les gustó el momento en que lo dijo.
Fue un aguafiestas, y justo cuando se conmemoran los 75 años de la OTAN.
Pero, la realidad es la realidad.