Entre los estands de la Filven, encontramos el viceministro de Fomento de la Economía Cultural, reconocido intelectual y poeta, analista de medios
Lo encontramos entre los stands de la Feria Internacional del Libro. Incansable y atento, Raúl Cazal valora cada encuentro con los autores, cada debate en el que participa con generosidad y competencia, valiéndose de su experiencia de intelectual, que ha pasado del siglo pasado a la actualidad, con tareas de analista y político. Después de haber dirigido durante años la edición venezolana de Le Monde Diplomatique, ahora es viceministro de Fomento de la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal). Tareas a las que suma la mirada del poeta, del escritor y del analista de medios, que se refleja en sus publicaciones.
─¿Cómo se caracteriza esta Filven n. 20?
─Este año tenemos a Sudáfrica como invitado de honor, y ya hemos tenido la oportunidad de apreciar la literatura, la cultura y la vitalidad de este gran país en los encuentros virtuales y presenciales que hemos organizado. El estado venezolano invitado es Delta Amacuro, el escritor nacional homenajeado es Benito Yrady, quien trajo cuatro libros publicados por ediciones Monte Ávila. También celebramos los cincuenta años de la Fundación Biblioteca Ayacucho, y los 75 años de la revista Tricolor.
─La cultura y los contenidos de revoluciones pasadas están muy presentes también en esta edición. ¿Cómo se le da un buen uso a la memoria en el presente?
─Estamos en medio de una revolución. Y las revoluciones producen cambios sustanciales, como es por la revolución bolivariana. Así, en el caso de la Biblioteca Ayacucho, que fue diseñada hace medio siglo, es necesario actualizar la mirada para que refleje el espíritu de hoy, para que se parezca más a la revolución en curso, para que capture el sentido del cambio: no para hacer cosas diferentes, sino para lograr una audiencia más amplia, tener mayor visibilidad, para que nuestro pueblo pueda entender porqué hemos llegado hasta aquí, porqué somos de esta fibra, porqué luchamos con este vigor por nuestra independencia, nuestra soberanía. Necesitamos hacer esto para entender de dónde venimos. Nos basamos en conceptos y discursos que tienen siglos de antigüedad, por eso nos llamamos República Bolivariana, para indicar el deseo de no dejarnos subyugar por ningún imperio.
─Las elecciones presidenciales tendrán lugar el 28 de julio. ¿Qué contenidos puede traer Filven?
─La Filven, creada hace veinte años por el comandante Hugo Chávez, es por el pueblo, es una demostración de lo logrado con la revolución, el trabajo realizado y las expectativas en el terreno. Como se puede observar en esta edición, no sólo existe el protagonismo de los escritores y artistas, sino de los lectores que interactúan con los autores y entre sí, porque aquí la democracia se da con la participación de todos, no es un proceso excluyente.
─Maduro, como Chávez, también es un gran lector. ¿Qué importancia tiene este ejemplo en la participación de público en la Filven, que también este año está registrando cifras importantes?
─Ambos presidentes siempre han sido grandes lectores, y esto indica, por un lado, sus deseos de descolonizar el pensamiento, y por otro, el hecho de que no son producto de la inteligencia artificial, sino de la inteligencia real, la que vibra y tiene el pulso de un pueblo en movimiento.
─Las grandes redes de comunicación hegemónica también utilizan la inteligencia artificial para desacreditar y ocultar los resultados de los que Ud. habla y que aquí son visibles. Como estudioso de los medios, ¿cómo evalúa esta campaña contra el gobierno bolivariano, que se intensifica de cara a las elecciones?
─ En todas las latitudes, la derecha piensa que sólo el dinero y su circulación tienen valor. Para ellos sólo cuenta la «libertad» económica, todo lo demás queda relegado al último paso. Su expresión, en América Latina, la vimos primero en la Argentina de Macri y ahora con Milei, que inmediatamente eliminó cualquier tipo de apoyo a la cultura, a las editoriales, al cine: porque no son altamente monetizables, no rinden por ellos materialmente. Y, sin embargo, sus gobiernos invierten masivamente en la guerra cultural, en la guerra cognitiva para inculcar un pensamiento alienado en el pueblo y convertirlo en repetidor de conceptos dominantes que lo hacen dependiente.
─ La Filven acoge diversos debates y volúmenes procedentes de China e Irán, que explican los procesos de transformación que se están produciendo en estos países. ¿Qué tienen que decirle estas culturas a la revolución bolivariana?
─El pueblo chino, el iraní y todos los pueblos que se enfrentan al imperialismo norteamericano, sus multinacionales y sus acólitos, son más que aliados para nosotros. La fuerza material y espiritual que han puesto para resistir y reinventarse son un estímulo y un ejemplo para continuar nuestra lucha.