Tel Aviv agrede a sus vecinos como si tuviera una patente de corso con poderosas prerrogativas. No sólo eso, ataca instalaciones humanitarias, zonas de refugiados que tienen la bandera de la ONU
Mientras más países se suman al nuevo orden mundial
Los últimos días de septiembre 2024, mientras se efectuaba la Asamblea General de las Naciones Unidas, vimos como en la mayoría de representantes -sobre todo los del Sur Global-, existía la sensación de que este foro resulta cada vez más inoperante, que debe reformularse o crear otro ente que resulte efectivo ante tantas inequidades e injusticias.
Hay hartazgo de que diariamente asesinen palestinos, de que se perpetre un genocidio allí en el Medio Oriente, y la comunidad internacional observe impotente.
Existe hartazgo de que se hayan emitido decenas de resoluciones conminando a Israel para que cese en sus arbitrariedades y despojos, pero que el veto de Estados Unidos renueva los bríos para sus fechorías.
Tel Aviv agrede a sus vecinos como si tuviera una patente de corso con poderosas prerrogativas. No sólo eso, ataca instalaciones humanitarias, zonas de refugiados que tienen la bandera de la ONU.
Insultan y amenazan a funcionarios de la ONU. Es decir, al ordenamiento jurídico emanado luego de la Segunda Guerra Mundial lo violentan como y cuando les da la gana.
Muchos países se han pronunciado, han denunciado y han roto relaciones con ese Estado criminal, pero resulta insuficiente.
Está claro que, dentro de estos parámetros, dentro de este formato, no habrá soluciones reales a los problemas que afronta la humanidad.
El llamado Occidente Colectivo, -mientras mantenga su predominio en esas instituciones-, no hablamos sólo de la ONU, también de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial del Comercio (OMS) o la tan desprestigiada Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), impedirá todo asomo de justicia, de equidad.
Ellos, luego de la Segunda Guerra Mundial, moldearon esas instituciones para asegurar su predominio, con el pretexto de la “amenaza soviética”.
Pero en esos tiempos, por lo menos había equilibrio por lo que significaba el bloque liderado por la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
La última década del siglo pasado, y la primera del presente, ese equilibrio desapareció, quedando una nefasta unipolaridad. Esa unipolaridad, incluso, fue injusta con los menos poderosos del Occidente Colectivo. Al final, como vemos hoy, la Unión Europea atraviesa una fuerte crisis económica, política y social; también fueron perjudicados.
Existe consenso en el mundo en que esa situación debe ser revertida, que un nuevo orden mundial debe reemplazar al que hoy criticamos por injusto.
De hecho, ya se viene configurando. Se viene configurando porque quienes confrontan al viejo orden se han dado cuenta de que deben acumular fuerza y recursos para reemplazarlo y constituir uno más justo, y sobre todo viable.
Eso ya se percibe. ¿Un ejemplo? Mientras se desarrollaba la aludida asamblea de la ONU, Vladimir Putin, presidente de Rusia, hablaba en diversos foros y los reflectores de la geopolítica global estaban sobre él.
Le robó protagonismo a la Asamblea y había razones para ello. Había razones porque lo que dijo si tiene repercusiones en la configuración de este nuevo orden mundial que se avizora.
Mientras el Occidente Colectivo mantenga su predominio en la ONU, FMI,OMS o la tan desprestigiada OTAN, impedirá todo asomo de justicia, de equidad
En efecto, el 25 de septiembre, durante una reunión del Presídium del Consejo de Estado de su país, señaló que «la contribución de los países del BRICS a la economía mundial ya supera a la participación del llamado G7 y sigue creciendo«.
Para reforzar su afirmación, Putin recordó que el G7 en 1992 representaba el 45,5 % del PIB mundial, mientras que los países del BRICS sumaban 16,7 %.
Para el 2022, el G7 tenía el 30,5 % del PIB mundial, mientras que la tasa del BRICS creció hasta 31,4 %.
Según dijo, las previsiones para el 2028 son que el G7 representará el 27,9 % del PIB mundial, frente al 33,8 % de los BRICS.
«Esto significa que se están formando los verdaderos mercados del futuro, basándose en cooperaciones sólidas y estratégicas, en los principios de la unión de los potenciales económicos y del fortalecimiento mutuo del crecimiento», expresó.
En opinión del mandatario eurasiático, «es importante no solo entender estas tendencias, sino también aprovechar las ventajas y oportunidades de exportación que se abren ante nuestros negocios, ante las empresas…Es de fundamental importancia estimular la llegada de las empresas rusas a los mercados de bienes de alto valor añadido, aumentar las denominadas exportaciones no energéticas y no relacionadas con recursos, incluido el suministro de artículos de ingeniería, productos alimenticios, etc.».
Porque pese a las miles de sanciones que Estados Unidos y sus aliados le han impuesto a Moscú, en los primeros siete meses de este año las exportaciones no energéticas y no relacionadas con recursos han seguido creciendo y han aumentado en otro 5 %, hasta 89.800 millones de dólares.
En algunos sectores, por ejemplo, en el suministro de alimentos, Rusia ya se ha convertido en uno de los principales exportadores del mundo.
Un día después, el jueves 26, durante el 7° Foro Internacional “Semana Rusa de la Energía”, al que asistieron 4 mil participantes de más de 50 países, manifestó que la
industria energética moderna es una esfera clave sobre la que se fundamenta el desarrollo mundial, esto es ignorado por quienes imponen medidas coercitivas unilaterales.
«Históricamente, los principales instrumentos de la infraestructura de apoyo al mercado mundial de la energía se han concentrado en manos de Occidente», recordó.
Criticó que las élites occidentales se sintieran capaces de cortar el acceso a este sistema a los países que no son genuflexos con ellos, aunque en la práctica sean instrumentos para afectar a sus rivales.
«El motivo es obvio: Occidente no quiere competencia, porque no puede hacerle frente, a menudo pierde en una lucha justa y recurre a la discriminación, presentándola bajo el pretexto de una supuesta solidaridad euroatlántica, la lucha por los derechos humanos, etcétera. Hay muchos pretextos», indicó.
Para Putin, esto impulsó el desarrollo de una plataforma alternativa independiente que avanza con paso firme.
Igual que muchos estudiosos de la geopolítica mundial, él cree que el mundo ingresó en una etapa de cambios fundamentales irreversibles, con un nuevo modelo multipolar que pone en marcha una nueva ola de crecimiento global para todo este siglo, cuyo foco no estará en Europa y Estados Unidos, aunque sus economías sigan funcionando.
«Esta distancia de frenado será larga. Pero aun así, el principal crecimiento se concentrará, no en Europa y Norteamérica, que están perdiendo gradualmente sus posiciones en la economía mundial, sino en los países BRICS y en aquellos Estados que quieran unirse a nuestra asociación y vean la perspectiva de una cooperación igualitaria, teniendo en cuenta los intereses nacionales«, expresó.
Otro detalle importante señalado por Putin es que pese a dificultades objetivas, Rusia sigue siendo uno de los principales participantes del mercado energético, después de haber logrado reorientar los suministros de los recursos energéticos.
La cuota de exportaciones de la región Asia-Pacífico solía rondar el 39 %, pero a finales del año pasado se había multiplicado por 1,5, hasta superar el 60 %.
«En general, los países amigos representan más del 90 % de las exportaciones energéticas de Rusia. Al mismo tiempo, su volumen físico, a excepción del gas natural […], prácticamente se mantuvo al nivel de 2021. Rusia está ampliando la geografía y la escala de la cooperación energética«, dijo.
Es decir, esos ataques económicos propiciados por Washington hicieron que creciera el volumen de intercambio con los países del bloque y otros aliados.
Ekaterina Mayórova, directora del departamento de negociaciones comerciales del Ministerio de Desarrollo Económico, sostuvo que «las sanciones contra Rusia llevan a que restrinjamos nuestro comercio con Occidente y, por el contrario, aumentemos nuestro comercio con los países del BRICS. Si nos fijamos en la dinámica de nuestras relaciones comerciales con los BRICS, la participación del comercio con ellos claramente ha crecido».
No olvidemos nunca que, en estos momentos, los BRICS constituyen casi la mitad de la población mundial, el 40% de la producción global de petróleo y alrededor del 25 por ciento de la exportación de bienes. Es posible que en octubre, con nuevas incorporaciones, la cifra se incremente.
Como hemos señalado, Occidente intentará boicotear a los BRICS; intentará crear intrigas entre sus miembros, crear grietas para evitar su consolidación, azuzar conflictos históricos, como el existente entre China e India. Ya lo han intentado, pero hasta el momento sus intentos han sido vanos.
Hay conciencia entre los líderes de esos países que si caen en alguna celada creada por Washington y sus amigos, verían perjudicados los intereses de sus países.
A propósito de ello, EEUU “aconsejó” a la India que sancionara a la plataforma informativa Rusia Today, a lo que el Ministerio de Asuntos Exteriores del país asiático respondió que para ellos ese no es un asunto relevante, según reveló el medio The Hindu.
La situación se planteó luego que Washington culpara a RT de estar vinculada a los servicios de inteligencia rusos. “Instamos a todos los aliados, a todos los socios, a que traten a RT como actividades de inteligencia”, dijo el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken.
“He dado instrucciones a los diplomáticos de todo el mundo para que compartan la información”, resaltó.
Conforme publicó The Hindu, funcionarios de la India mencionaron a sus pares norteamericanos que este asunto “no concierne” a la India y que su país no ejecuta sanciones unilaterales que no hayan sido aprobadas por las Naciones Unidas”.
Y las provocaciones no cesan. Por ejemplo, la última semana de septiembre, naves de Australia, Nueva Zelandia, Japón, atravesaron el estrecho de Taiwán pese a las protestas de China.
También los han hecho buques de Estados Unidos y Gran Bretaña. Hasta la disminuida Alemania anunció que algunas de sus naves harían lo propio.
Según el derecho internacional, el estrecho de Taiwán es de libre navegación, pero Pekín insiste en que tiene el derecho exclusivo de prohibir el paso de buques de guerra de potencias extranjeras.
“La cuestión de Taiwán es un asunto interno de China, y la clave para mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán reside en oponerse resueltamente a la ‘independencia de Taiwán’”, reiteraron funcionarios de Pekín.
Pero mientras hacen eso, las FFAA del Reino Unido atraviesan una grave crisis.
Uno de sus problemas está en el reclutamiento de personal. El número de reclutas en los 12 meses anteriores a marzo de 2023 parece haber descendido un 22,1% en la Marina Real, casi un 17% en la Real Fuerza Aérea y casi un 15% en el Ejército, según datos oficiales.
Las filas profesionales del Ejército británico cuentan actualmente con 75.166 efectivos de las fuerzas regulares, frente a unos 100.000 en 2010. Asimismo, la Armada Real se ha visto obligada a desguazar varios de sus buques.
El ministro de Defensa del Reino Unido, John Healey, dijo que el estado del Ejército, la Armada y la Real Fuerza Aérea británicos era «mucho peor de lo que pensábamos«.
The Telegraph, en enero de 2024, informó que la Marina británica no disponía del armamento necesario para llevar a cabo la operación en el mar Rojo contra los hutíes yemeníes.
Greg Bagwell, mariscal del aire y excomandante de la Real Fuerza Aérea británica, dijo que el país solo dispone de 4 cazas que podrían despegar inmediatamente y entrar en combate en caso de ataque enemigo en territorio del Reino Unido.
Lo mismo pasa con las demás potencias occidentales que pusieron su seguridad, su defensa, en manos de Estados Unidos. Si esto es así, ¿porque tantas provocaciones contra Rusia y China?
Bueno, no extrañaría que Washington usara a esos países como carne de cañón para crear problemas a China y Rusia, buscando retardar la plena aparición del nuevo orden mundial.
En pocos días, a partir del 22 de octubre se reúnen los BRICS en Rusia y posiblemente se anuncien nuevas incorporaciones que hagan más poderoso el bloque. Eso hace temblar a quienes manejan el establishment. La tendencia es irreversible, el viejo orden se extingue.